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miércoles, 13 de enero de 2010

La verdad es...

... que no encuentro mucha dignidad en esto tan insólito de ir envejeciendo.

Yo, se lo aseguró, no nací para ser viejo. Lo cual no evita que abra cada día unos brazos como remos para recibir al nuevo día... es cada día más fácil, porque cada día necesito dormir menos.

Los engranajes de las articulaciones van perdiendo dientes. La vista, el oído... todo necesitaría una reparación a fondo, pero ya no quedan piezas de recambio y cuando hablo por teléfono con amigos remotos terminamos intercambiándonos relaciones de achaques como memoriales de agravios. Ahora bien, lo que más me fastidia es que mientras los voy perdiendo en la cabeza, los pelos se empeñen absurdamente en crecer en la nariz y en las orejas... es como si a la evolución le diera por hacer memoria ahora que me coge desprevenido.

Y mientras tanto, ellas siguen teniendo, eternamente, la misma edad inaccesible.

No negaré que hay premios de consolación. De consolación. De consolación. Y juro que les pongo buena cara. Pero el primer premio de la vida está reservado, en exclusiva, para la juventud.

15 comentarios:

  1. Bueno, el consuelo siempre es pensar que la alternativa es, se supone, peor... Gran imagen, la de la evolución!

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  2. Uf, cuanta razón tiene, me pone nerviosa cuando me insisten en qué lo importante es el espíritu y en qué cada edad tiene sus grandes maravillas... Vamos cayendo a trocitos.

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  3. No sé a qué ellas se refiere, a mi, no.

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  4. ¿se nos ha vuelto presumido? ¿no estara insinuando estar a favor de las reparaciones esteticas? ¿y la experiencia? ¿donde queda su capacidad de poder entender que le otorgan los años? ¿donde queda su autonomia e independencia que se ha ganado gracias a su intelecto? Ciertamente los valores sensibles de la juventud son magicos, pero no se puede tener todo en todo momento.

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  5. Nada, nada. Un horror.
    Júlia, aquí una "ella" que tampoco.

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  6. NO VOLVERÉ A SER JOVEN

    Que la vida iba en serio
    uno lo empieza a comprender más tarde
    -como todos los jóvenes, yo vine
    a llevarme la vida por delante.

    Dejar huella quería
    y marcharme entre aplausos
    -envejecer, morir, eran tan sólo
    las dimensiones del teatro.

    Pero ha pasado el tiempo
    y la verdad desagradable asoma:
    envejecer, morir,
    es el único argumento de la obra.

    (Jaime Gil de Biedma)

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  7. Pues sí, llega un momento en que hasta el móvil carga baterías más rápido que uno mismo. Y la única coquetería que nos queda es ésta de quejarnos.

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  8. La próstata, esa es la sustancia del envejecer. Su hipóstasis. Masculina, cierto.

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  9. La primera percepción del paso del tiempo la tuve cuando fui consciente de que los jugadores del Barça que se retiraban eran más jóvenes que yo. A partir de ese momento, ya es todo cuesta abajo (o cuesta arriba, según se mire).

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  10. Júlia, Lola: Me parece muy poco misericordioso por su parte esta exigencia de rendición incondicional. Mantendré la fe en ellas, incluyéndolas, obviamente, a ustedes.

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  11. No me creo que un "Gordillo" pierda pelo en la cabeza.
    A mí me sirvió de consuelo el "Yo, mutilado capilar" de Galeano:
    http://www.goear.com/listen/bfc5edb/Yo-Mutilado-Capilar-eduardo-galeano

    Carlos

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  12. Ay, esta mañana he dejado un comentario que veo que no ha aparecido.
    Venía a decir que:
    1. "per molts anys" si es que ha cumplido años, Gregorio :-).
    2. Que tenga en cuenta lo que dice Joan de que la alternativa es muchísimo peor.
    3. Que comparto lo que dice excepto lo de los pelos en nariz y orejas (¡por suerte!) y lo de lamentarme porque "ellos" siguen teniendo la misma edad inaccesible; ya ni eso: será que la senectud femenina es más serena (bueno, menos poesía: simplemente deben ser los distintos sistemas cerebrales-hormonales).
    4. Que, con todo, no me haga como he oído en la radio que ha hecho Harrison Ford, que sumido en la depresión senil ha retirado todos los espejos de su casa (y cómo debe hacerlo para afeitarse, por ejemplo, me pregunto).
    Saludos cordiales.

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  13. "Each recriminative decade poses new riddles, how best to live, how best to write. One's fifties, in principle less acceptable than one's forties, at least confirm most worst suspicions about life, thereby disposing of an appreciable tract of vain expectation, standardized fantasy, obstructive to writing, as to living. The quinquagenarian may not be master of himself, he is, notwithstanding, master of a passable miscellany of experience on which to draw when forming opinions, distorted or the reverse, at least up to a point his own. After passing the half-century, one unavoidable conclusion is that many things seeming incredible on starting out, are, in fact, by no means to be located in an area beyond belief."

    Anthony Powell, Temporary Kings

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  14. Oh juventud, divino tesoro...seguro que lo es.

    Finalmente, lo bueno de ser joven: es no ser viejo. Y lo bueno de ser viejo: es no ser más viejo.

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