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domingo, 24 de enero de 2010

Futesas de un domingo de enero

I
Leo la prensa. El principio del consentimiento se impone en la cima de la jerarquía democrática de valores. Ha sustituido a la lógica del mando. Mandar parece antidemocrático. Lo guay es el consenso.

II
Leo la prensa. Cementerios nucleares. ¿Quién decide cuándo se tiene derecho a decidir y cuándo no?

III
Leo la prensa. Primero fueron los derechos políticos, luego los sociales; ahora, los culturales y como si el proceso fuese orgánico, las identidades son reivindicadas con el lenguaje de los derechos del hombre.

IV
Leo la prensa. La democracia moderna parece verse a sí misma como un proceso. Pero en el momento que un grupo se instaura como portavoz del proceso, el régimen de la discusión entra en peligro. Los que ponen en cuestión el valor del proceso son presentados como retrógrados, habitantes perdidos de un tiempo superado. La conversación cívica es eso que todo el mundo defiende y nadie respeta.

V
Pienso en la concejala de educación de Vic. No hace mucho la felicité públicamente por la labor que estaban haciendo. Cierro la prensa y pienso en los guardias rosas de la democracia. Su libro rosa asegura que es posible avanzar, que no hay límites. El único poder limitador no está en la naturaleza, sino en los pesimistas que no creen en los guardias rosas. La utopía postmoderna: un mundo finalmente reconciliado en el relativismo universal. El valor del reconocimiento de la diferencia no se argumenta, se proclama.

VI
En la moderna demanda de reconocimiento de la diferencia hay una incoherencia que tarde o temprano estallará. Por una parte tiende a vaciar de simbolismo el espacio público, que sólo ha de ser un espacio de acogida de las diferencias... y de los símbolos de los otros. Pero por otra, en tanto que demanda de reconocimiento, es una exigencia de ser admitido como diferente en un espacio común.

1 comentario:

  1. Lo más gracioso de la demanda postmoderna de reconocimiento de la diferencia -en el espacio común- es que se pide precisamente a los que se supone que la niegan. Por lo cual, por un lado reconocen su poder al hacer esta demanda, por otro lado pretenden socavar tal poder.
    Una explicación de este tema aplicado a cierto feminismo: http://masculinitat.blogspot.com/2009/10/del-pluralismo-postmodernista-la.html
    Saludos cordiales

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