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jueves, 7 de enero de 2010

Los escáneres que escanean nuestros miedos

A mi me gusta viajar en avión.

Y como soy, por lo visto, de derechas, me gusta hacerlo con la mayor seguridad posible. Debe ser cosa de la decrepitud de la edad. Ya sé que no hay sistema que me garantice una seguridad total. Tampoco en las carreteras, y no por ello soy partidario de renunciar al código de circulación en aras de fomentar la libertad incondicional.

Hay viajes en los que a uno le apetece simplemente viajar, demorarse en el paisaje e intentar trabar alguna conversación con las gentes. Y hay viajes en los que a uno le pide el cuerpo llegar cuanto antes al destino. En este segundo caso es cuando prefiero el avión. ¡Ya ven qué rarezas!

Confieso otra claudicación: Lo que incrementa mi sensación de libertad es que puedo elegir entre una y otra alternativa.

Si uno va por los desiertos de Arizona puede permitirse el lujo de bajar la guardia y andar perdiéndose por el camino en busca de un indio navajo parlanchín, pero si se te ocurre adentrarte por el corazón de Uzbekistán, es mejor ir bien protegido... si es que quieres llegar sano y salvo a Samarcanda. He viajado en los dos lugares y sé lo que me digo. Me parecería absurdo renunciar a la seguridad en Uzbekistán, aunque eso imponga limitaciones a mi libertad de movimiento. Y es que el uso del sentido común es también un ejemplo de libertad.

Pero como, por lo visto, esta actitud mía es retrógrada, propongo que a la hora de embarcar en un vuelo haya dos tipos de colas. En una nos pondremos los timoratos cobardes que priorizamos la seguridad, y en otra las gentes de principios que priorizan la libertad. ¡Y a ver qué pasa!

Yo les aseguro que estoy dispuesto a pasar por los escáneres que haga falta, porque me dan mucho más miedo los alegres chicos de las bombas que las máquinas registradoras de mi epidermis. Al menos estas últimas me permiten llegar a mi destino con epidermis.

Y que cada cual elija. Por supuesto, la tripulación, también.

En realidad no sé si tenemos miedo a renunciar a la libertad o a aceptar que los de las bombas ya han decidido por nosotros. Estamos, nos guste o no aceptarlo, en guerra.

Debatiendo de estas cosas he recordado un maravilloso libro de viajes, "La mar descrita por los mareados", de Eugenio de Salazar, que cruzó el charco en una galera en los años posteriores al descubrimiento. Aunque llegó a América "a Dios gracias, sin ímpetu de mar ni corsarios", encontró motivos en la travesía para dejar testimonio de lo que, como veréis, por los pasajes que extraigo del libro, es un viaje sin apenas renuncias (no había en aquellos tiempos posibilidad de renunciar a muchas cosas):

  • "También hay (en el barco) ríos caudales, no de dulces, corrientes aguas cristalinas, sino de espesísima suciedad; no llena de granos de oro, como el Cibao o el Tajo, sino de granos de aljófar más que común, de grandes piojos, y tan grandes, que algunos se almadían y vomitan pedazos de carne de grumetes."
  • "El terreno de este lugar es de tal calidad, que cuando llueve está tieso, y cuando los soles son mayores, se enternecen los lodos y se os pegan los pies al suelo, que apenas los podéis levantar. De las cercas adentro tiene grandísima copia de volatería de cucarachas, que allí llaman curianas, y grande abundancia de montería de ratones."
  • "Hombres, mujeres, mozos y viejos, sucios y limpios, todos van hechos una mololoa y mazamorra, pegados unos con otros; y así junto a uno, uno regüelda, otro vomita, otro suelta los vientos, otro descarga las tripas; vos almorzáis".
¿Se dan cuenta de todo cuanto hemos tenido que renunciar en los viajes en aras a la comodidad?

12 comentarios:

  1. Es acojonante, comparto con ud el criterio, y soy de izquierdas convencido, ni condeno al que quiera ser de derechas. Deberían ser las propias compañias las que exhigieran pasar por los escaneres. Podriamos llegar al absurdo de que tanto compañias como tripulacion, que aceptaran no pasar por los scaneres, eso si ¿a que precio saldria el billete? No habria aseguradora que lo cubriera.

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  2. Desde Lockerbie (1988) todos, TODOS, los ataques a aviones con destino USA han sido cometidos por musulmanes nacidos fuera de ese país.
    El úlimo caso:
    se llama Umar Farouk Abdulmutallab
    es musulmán
    es nigeriano
    embarcó en Lagos
    pagó los 3000$ del billete en efectivo
    no llevaba equipaje
    su padre había avisado de que era peligroso

    ¿Es tan políticamente incorrecto usar las 'pequeñas' pistas de que se dispone? ¿Es mejor alternativa escanear a todo el pasaje que discriminar en los controles?
    Evidentemente, estamos en guerra (y Europa ha de irse haciendo a la idea de vivir como Israel, añado) y, por eso, ¿no deberíamos aprovecharnos de las pistas que de momento el enemigo no se preocupa en darnos?
    Ya ve Luri. Si usted es de derechas, yo he acabado dándole la razón a Ann Coulter.

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  3. Habla el economista en mi: cualquier argumento sobre la seguridad debe de tratar de los efectos marginales, pues queda claro que ninguno de los extremos es ideal. Cero o total seguridad (o "mayor seguridad posible") son lo mismo: no viajar.

    El debate debería de ser: me compensa bajar la probabilidad de un atentado de .00002 a .00001 esperar diez minutos adicionales?

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  4. Para Claudio y las "pistas"

    http://synd.imgsrv.uclick.com/comics/tt/2010/tt100107.gif

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  5. Los escáneres son una estupidez, aunque hay que considerar la posibilidad de que los terroristas sean estúpidos.

    No entiendo la obsesión de los terroristas por los aviones. ¿Por qué no sufrimos atentados como los de Iraq o Pakistán? O sea, ¿por qué no sigue una larga sucesión de atentados como los del once de marzo?

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  6. Quizá el germen de una nueva policía global sea la de los aeropuertos. La policía se desplaza, y una policía mundial debe desplazarse en avión.

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  7. A ver, pongamos orden y sensatez:

    TU no eres de derechas,

    "el facha ese" título que me adjudicó tu señora, es exclusivo, inmanente y no trasvasable.


    Un respeto eh.

    Mandan huevos Luri que con lo que te lo has trabajado, y quizá no este a favor tuyo, te despachen con una etiqueta como un saldo del corte ingles.

    La sociedad está perdiendo la capacidad creativa de los individuos; y eso si es una grave enfermedad, terrible.

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  8. Se dá la vieja dicotomía entre Civilización y barbarie.

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  9. A mí también me encanta viajar, pero visto lo visto se me quitan las ganas, y no por miedo a los terroristas suicidas, sino por el miedo a los aeropuertos. Si antes ya te mareaban como querían y te trataban como a un delincuente [seas de donde seas], ahora ya la experiencia puede ser poco menos que traumática. A mí me sigue pareciendo una barbaridad el sólo hecho de que alguien haya pensado en serio que esta es la solución. Encontrarán igualmente la forma de hacerlo y ¿qué será lo siguiente?

    Pero me parece que hay muchos aspectos que no se han tratado:

    1. todavía se están estudiando los riesgos que tiene esta aberración disfrazada de seguridad en la salud. ¿las mujeres embarazadas ya no podrán viajar en avión? ¿y la gente que por su trabajo tiene que volar prácticamente a diario?

    2. Te desnudan en un scáner en el control policial... pero luego pasas al dutifree donde todo el mundo puede comprar, por ejemplo botellas de cristal u otras cosas que se pueden utilizar como arma, pero eso no le importa a nadie mientras la gente siga gastándose el dinero..

    3. Con la tecnología que tenemos, estoy absolutamente segura de que hay o se puede crear otra forma de control antiterrorista. Aunque personalmente pienso que una solución lógica podría ser llevar personal de seguridad en los vuelos.

    4. No sé cuál es la prodigiosa compañía que vende estas máquinas, pero se están haciendo de oro. Quizá sería interesante investigar quién está detrás de esto y exactamente a dónde [a la cuenta que quién] están yendo todos los beneficios que genere este NEGOCIO.

    Sólo quiero acabar invitando a "claudio" a que reflexione un poco sobre lo que ha escrito, que a mí casi me da un pasmo, y decir por otra parte que soy seguidora de este blog, aunque no conste como ello y que me sorprende que no se sospeche de este tipo actuaciones, después de lo que los occidentales hemos visto que se ha hecho en nombre de la seguridad.
    Los atentados siempre son una tragedia, y sé bien lo que digo, pero atentar contra la dignidad de la gente desde luego no es la solución.
    Siempre hay que sospechar de esta gente que impone este tipo de medidas. Gente que, por otra parte, seguro que no pasan por estos controles. Claro, ellos viajan en jets privados.
    Un saludo a todos

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  10. Luri, seas de izquierda o de derechas, es irrelevante, tus pensamientos están por encima de las ideologías, creo yo. En cuanto a los escaneos, estoy contigo con la máxima seguridad, y como dice tumbaíto, se deberían tomar medidas no sólo en los aviones. Por qué nos centramos en los aviones? Y los metros y los trenes ?

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  11. Definitivamente, es usted un retrógrado, don Gregorio. ¿Y sabe qué?… he estado pensando que esto del tratamiento de usted y del “don” no le ayuda mucho a dejar de serlo, así que… estoy pensando hasta en retirárselo.

    Eso sí, tirando de su idea de las dos colas, se me ha ocurrido que las compañías podrían ofrecer vuelos enteros retrógrados y libres, para que cada uno elija… libremente, por supuesto. FLY-FREE y FLY-RETRO.

    Yo, claro, iría siempre en FLY-FREE, porque no está bien visto ser un retrógrado como usted, vaya enterándose…

    Bueno, un poco en serio…

    Siempre me ha parecido que en los aeropuertos nos tratan como a borregos. Los controles exahustivos (los nuevos y los anteriores) son sólo una pieza más de un proceso de embarque que no hay por dónde agarrarlo para una forma de viajar que aún guarda un glamour de élite, glamour que a mi modo de ver no se justifica desde hace por lo menos 20 años.

    No debería ser difícil innovar en este terreno, no tanto desde la tecnología de control sino desde la de gestión, pero probablemente esto supondría “abrir melones” de filtrado de pasajeros que, si los expusiera, seguro que hacían que le volverían a etiquetar de retrógrado y de derechas, ¿verdad?

    Y mire… no es tanto por las etiquetas en sí, que no sé si son mejores o peores que otras, pero es que el tonillo con que se colocan resulta muy desagradable. Y no es plan.

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  12. Por Dios... repasando el comentario... "exahustivo" y "hacían que le volverían... ¡¡¡#$&ó%!!!

    No sé si volver a comentar un post desde el iPhone... ;-)

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