Como adivino dejaba más que desear que como filósofo. Y ya es decir.Enrique García Vargas
Que los dioses, o su ausencia, le oigan. Auto/ficcion
I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...
Como adivino dejaba más que desear que como filósofo. Y ya es decir.
ResponderEliminarEnrique García Vargas
Que los dioses, o su ausencia, le oigan. Auto/ficcion
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