Buscar este blog

lunes, 21 de octubre de 2024

Verdades motrices

 I
Nunca me había costado tanto como en esta ocasión superar un «jet lag». Quizás se deba a que nunca había estado tanto tiempo fuera (y en cierta forma mi imaginación sigue estando allí). Me voy arrastrando, sin levantar cabeza, sin poder independizarme de la fuerza gravitatoria que ejerce mi sofá sobre mi cuerpo. Soy su planeta.

II

Me emocionaba, aunque ellos no lo supieran, cuando para mostrarme lugares de interés, mis amigos colombianos me llevan a pueblos que presentan una muy marcada influencia española, desde Cartagena a Barichara, posiblemente las dos ciudades más bellas del país. Paseando por sus calles se ven perfiles de España que no se observan con claridad en este lado del Atlántico. Es cierto que siempre hay alguien que te saca a relucir el Imperio español. Yo suelo contestar, con la mayor amabilidad posible, que incas y aztecas también se rigieron por lógicas imperialistas y que ninguno de ellos tuvo piedad con los pueblos a los que no podía someter pero que, en cualquier caso, los llamados "liberadores" estaban más cerca genéticamente de los conquistadores españoles que yo.

III

Me he puesto a limpiar el jardín (4 metros cuadrados, no se vayan ustedes a creer). Malísima idea. Me ha mantenido ocupado toda la tarde. Tengo una ampolla en un dedo y un corte en una mano. Pero hay cosas que uno no tiene más remedio que hacer (muy) de vez en cuando.

IV

Alguna vez he hablado por aquí del filósofo pamplonés Juan David García Bacca. Un grande, sin duda. Estoy leyendo un libro suyo publicado en 1987 titulado «Elogio de la técnica». que me está abriendo numerosas perspectivas nuevas para pensar la esencia de la técnica. Y esto es muy de agradecer. Decía Hannah Arendt que la verdad no es lo que encontramos cuando nos ponemos a razonar, sino lo que, cuando lo descubrimos, no tenemos otro remedio que ponernos a pensar y con frecuencia lo hacemos muy por debajo de la verdad motriz.

 

1 comentario:

  1. Te estoy leyendo estos días que hablas de Colombia y me lo estoy pasando bien porque me recuerdas a mí marido que estuvo allí por cuestiones de trabajo en varias ocasiones y dices algunas cosas que él venía contando.
    Gracias.

    ResponderEliminar

Verdades motrices

 I Nunca me había costado tanto como en esta ocasión superar un «jet lag». Quizás se deba a que nunca había estado tanto tiempo fuera (y en ...