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viernes, 25 de octubre de 2024

Minc, Bruckner, Topuria

I
Me ha llegado esta mañana, puntual a su cita anual, el último libro de mi muy admirado Alain Minc, cuyo título, «Somme toute», tiene un cierto sabor a despedida que espero de todo corazón que quede desmentido en el futuro por nuevos libros.


II

En el AVE me he leído el último libro de Pascal Bruckner, Vivir en Zapatillas. Lastra su lectura su excesiva dependencia de algo que parece quedar muy remoto, la pandemia de la COVID. La auténtica lección que nos depara esta pandemia es la recurrente necesidad de olvido de la naturaleza. Este olvido no es un capricho, es la condición sine qua non que permite la emergencia de la cultura. He comenzado subrayando abundantes frases del libro y he acabado tachando el nombre del autor. De Bruckner esperaba mucho más.

III

Por la mañana me ha llamado un periodista que quería saber mi opinión sobre la admiración de los adolescentes por Ilia Topuria. ¿Y qué tiene de nuevo la atracción del gladiador? Como los progres creen que todo en el ser humano es cultural, son incapaces de entender la pervivencia de lo ancestral, por la que asoma sus orejas la naturaleza. La cultura, insisto, es el esfuerzo sostenido por mantener a la naturaleza más allá de los límites de las cosas humanas (en el olvido). Pero en cuanto te descuidas un poco, las malas hierbas ya se han adueñado de tu campo de cultivo.

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