domingo, 29 de enero de 2023

Madrid, de nuevo

Que llegues a Madrid y te esté esperando Aurora Nacarino es como una premonición: todo va a ir bien y sobre ruedas. Y así ha sido. Con Aurora fui directamente a ESADE, donde mantuve un debate de guante blanco con Lucas Gortázar. De ESADE a un colegio con decidida vocación elitista. Tan elitista, que puede permitirse el singular lujo de defender evidencias como esta:

Hay que visitar el mayor número de centros educativos posible, y cuanto más diversos, mejor, para hacerse una idea cabal de la educación efectiva en España, porque la realidad es siempre mucho más compleja que los esquemas mentales que nos hacemos de ella. En este caso hice la visita acompañado de un amigo que es también un auténtico innovador pedagógico, Daniel González de Vega, creador de Smartick.

Este centro sabe lo qué quiere hacer, qué profesorado necesita para ello (y en qué partes del mundo reclutarlo), con qué familias quiere hacerlo, qué alumnos pueden hacer posible su proyecto, el precio que cuesta realizarlo y sobre qué imagen del futuro quiere orientarse. Por cierto, la directora, que nos invitó a comer (a un magnífico restaurante, el A'Barra) me insistió en que la principal competencia del futuro es la escritura y la segunda y la tercera es también la escritura. Estoy totalmente de acuerdo con ella. Me despedí con la convicción de que la escuela pública nunca podrá competir en la carrera carísima de la innovación con las escuelas de élite, por lo cual debe definir bien cuál es su campo y qué es lo que puede y quiere hacer mejor que nadie.

Fui dando un largo paseo hasta el hotel, con mi maleta de mano, en la que llevaba dos botellas, una de un orujo blanco excelente y otra de un mezcal sublime. Hacía frío, pero me apetecía pasear y rumiar un poco todo lo que se había acumulado en mi memoria. 

Tras descansar un poco, como la cabra siempre tira al monte, fui a gastar dinero... a una librería de viejo, la librería Ábaco, donde encontré algunas cosas bien interesantes. Después, a las 20:00, tenía cena (de ahí las dos botellas), que alguien a quien aprecio cada vez más, y a quien he decidido llamar Diotima, tuvo la inmensa habilidad de organizar en mi honor. Nos encontramos 17 personas alrededor de una mesa excelentemente servida y allí estaba de nuevo Aurora Nacarino, que apareció con ejemplares de En busca del tiempo en que vivimos para todos los asistentes. Después de la cena los más jóvenes nos fuimos de copas.

Pasé la mañana del domingo junto a alguien que admiro y aprecio, la economista María Blanco, hablando de lo divino y de lo humano y recordando los tiempos del MSV (Movimiento Stalin Vive) y de la compañera camarada Vagina Seminova. Pero esta es otra historia.

Hoy, en El Debate, mi última entrega: De Anacarsis Cloots a Ángel.


3 comentarios:

  1. Un día nos podía hablar de su biblioteca, de esos lirbos que ha comprado en sus razzias por librerías de viejo, de los libros leídos y de lo que quizá nunca lea. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Yo sigo fervientemente a la Dra. Blanco, enorme economista y a quien no tengo el gusto de conocer. Espero hacerlo algún día. Ha pasado al parecer un trago amargo de salud del que ya parece en trance de recuperación, si no se ha recuperado ya. Al menos "vuelve a dar guerra" en Twitter.

    ResponderEliminar

Mi pueblo

 I Decía Leo Strauss que la política tiene un fuerte componente infantil. Duele darle la razón, pero los políticos (o sea, todos nosotros) n...