Cada vez estoy más convencido de que la ignorancia mueve al mundo y que un hombre de éxito es, básicamente, un ignorante con suerte.
Cuando se contempla la historia desde esta perspectiva, se añoran las teorías conspìrativas, porque suponen un mundo gobernado por malvados, sí, pero por malvados muy inteligentes y, por lo tanto, el resultado sería un equilibro de poderes forzado por las grandes inteligencias conspirativas repartidas por el mundo.
Cuando leo a un analista político -cada vez de manera más ocasional- sospecho que ha reducido la complejidad de la realidad a su conveniencia, para poner de manifiesto su inteligenca analítica. El lector acaba su artículo convencido de que ese analista le ha desentrañado alguna de las claves ocultas de la realidad, pero en realidad no ha hecho más que manipular la realidad hasta convertirla en pedestal de su ego... o mejor, en pedestal del ego común, dado que cada vez más los medios dan más realce a aquella parte de lo sucedido que despertará la empatía del lector. Cuanta más empatía lectora movilicen, más anunciantes llamarán a sus puertas.
Cuando oigo a un político... me suena todo tan repetido, tan reiterado, tan cacofónico, que siento un poco de pena por él.
Respecto a mí, ignorante convencido, dado que la ignorancia es tan reacia a la lógica, sé que me moriré sin haber comprendido nada realmente relevante de todo este gran teatro del mundo, en el que la auténtica realidad son los actores que llevan tanto tiempo con las máscaras puestas que ya han olvidado quienes son realmente bajo las máscaras. De hecho, si se las quitasen posiblemente no se reconocería. ¿Y qué somos tú y yo, sino espectadores enmascarados que se niegan a aceptar que lo son?
O quizás sí haya comprendido una cosa: que la política puede soportar sin problemas la ignorancia, pero es incapaz de digerir el cinismo.
Al margen de esta estupenda reflexión, quería trasladarte mi más sincera enhorabuena por la publicación de "La escuela no es un parque de atracciones". Soy navarro, más o menos de tu promoción de Magisterio, he sido director de escuela unos años, he estado una temporada dirigiendo un CAP (CEP en otros sitios...) y no puedo estar más de acuerdo con tu defensa del conocimento y el esfuerzo. Saludos cordiales desde Navarra (por cierto,¿ ya os han entregado las cruces de Carlos III, 2020?)
ResponderEliminarPues si compartimos recuerdos de la Huarte de San Juan, un saludo cordialísimo. Recuerdo aquellos años con cariño, especialmente por la ingenuidad con que, al menos yo, intentaba descubrir el mundo. Gracias por tus palabras a oproposito de "La escuela no es un parque de atracciones". Este libro no deja de darme alegrías. Parece que se está vendiendo bien por hispanoamérica. Respecto a las cruces de Carlos III, la entrega se postergó sine die y no tengo ni la más remota idea de qué intención tiene el Gobierno de Navarra.
EliminarA veces para encontrar la verdad hay que buscar en caminos alternativos. Un beso
ResponderEliminar"Cada vez estoy más convencido de que la ignorancia mueve al mundo [...] Cuando se contempla la historia desde esta perspectiva, se añoran las teorías conspìrativas, porque suponen un mundo gobernado por malvados, sí, pero por malvados muy inteligentes..."
ResponderEliminarCabe otra posibilidad, bastante más probable: que el mundo sea gobernado por malvados muy poco inteligentes. Un conspiracionismo de cretinos.
Y una tercera, también: que el mundo salga al paso y se gobierne solo, a pesar de los malvados poco inteligentes.
EliminarEs la enésima reedición revisada y ampliada de la Conjura de los Necios, un best seller anticipado con buena y masiva respuesta de crítica y público.
ResponderEliminarSe agradece Sr. Luri que de su experiencia en la escuela haya seguido el ejemplo del niño que vio al rey desnudo y lo dijo.
Idus