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miércoles, 6 de enero de 2021

Las memorias de don Niceto

Llego al punto final de las memorias de Niceto Alcalá Zamora.

Lo primero que me pregunto es por qué alguien que fue Jefe del Estado -Presidente de la República-, es hoy tan ignorado. Desde luego, no se merece nuestro olvido. Pero nuestro olvido está ahí  y dice mucho sobre los caprichos y sesgos de nuestra memoria histórica. No nos deberíamos permitir el lujo de olvidar ciertas cosas.

A don Niceto se le descubren pronto sus puntos flacos. Es demadsiado orgulloso, demasiado seguro de sí mismo. Es, en suma, un tremendo narcisista. Pero aunque pudo equivocarse en sus decisiones puntuales, el proyecto que lo guiaba era noble: sumar a la República el apoyo de las derechas españolas. No quería verse a sí mismo como el ala derecha de los republicanos, sino como su centro. Sin duda, al asumir la Presidencia se incapacitó para hacer la política partidista que le hubiese permitido crear un partido capaz de realizar su sueño. Para la estabilidad de la República española fue un mal negocio la presidencia de don Niceto.

Es esta una de las biografías -todas memorias tienen mucho de biografías- más tristes que he leído, porque todo se transparenta y se anuncia en ellas. Todo cuanto vendrá está llamando a la puerta. Es especialmente doloroso comprobar la continua fragmentación del mapa político. La Restauración se hundió sin que hubiera tiempo para que el liberalismo transitara ordenadamente hacia el socialismo liberal (a la británica) y sin que el conservadurismo liberal consiguiera hacerse con un líder capaz de emular a Cánovas. Pudieron haberlo sido Maura, e incluso Cambó, pero faltó alguien que hiciera de Sagasta y, en un país tan cainita como el nuestro, las dinámicas centrífugas pudieron más que las centrípetas.

Hay tantos errores, tantas meteduras de pata, tanta improvisación, tanto ideal hiperbólico ocultando lo posible -"en política lo imposible es inmoral", decía Cánovas- que convendría no olvidar nuestra enorme capacidad para hacernos daño a nosotros mismos. Esta, de hecho, debiera ser nuestra primera preocupación cuando hablamos de la memoria histórica porque lo más probable es que todos nosotros tengamos a nuestros abuelos repartidos entre los dos bandos de la guerra civil.


2 comentarios:

  1. No olvides las influencias externas. Un beso

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  2. Probablemente Julián Besteiro habría sido el hombre llamado a democratizar el socialismo, pero sus propios correligionarios lo arrinconaron atendiendo a los cantos de sirena de Prieto y Largo Caballero. No por casualidad cuando la revolución del 34 la primera casa en ser tiroteada por los insurrectos fue la del propio Besteiro. La moderación vista como traición.

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