Suelo decir, más de veras que de bromas, que uno sabe, fatalmente, que es viejo cuando esá más pendiente de sus rodillas que de las rodillas de la vecina.
Pero, en realidad, ahora sé que este de las rodillas es sólo el primer síntoma de una completa metamorfosis existencial.
Hay otros muchos síntomas que no dejan de sorprenderme, y no siempre para mal. Por ejemplo: encuentro hoy más intensidad musical, mucha más, en un pasaje cualquiera de La del manojo de rosas o de La tabernera del puerto que en la obra completa de Led Zeppelin. Y, para muestra, un botón (un botón sublime, ciertamente).
Yo también estoy enveciendo. Un beso
ResponderEliminarImpresionante la muestra, ciertamente.
ResponderEliminarDe acuerdo -por propia experiencia- que el paso de la juvenilia a la senextilia se mide en las rodillas, e ainda mais. Pero sé también que siempre preferí Sorozábal a Led Zeppelin
ResponderEliminarDe acuerdo -por propia experiencia- que el paso de la juvenilia a la senextilia se mide en las rodillas, e ainda mais. Pero sé también que siempre preferí Sorozábal a Led Zeppelin
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