domingo, 3 de enero de 2021

πάθει μάθος

I

Se suele decir que en las tragedias de Sófocles se pone de manifiesto el πάθει μάθος (páthei máthos), o sea, que el sufriendo es una fuente inevitable de aprendizaje. Estoy en condiciones de asegurar que es cierto. Con este cólico nefrítico, que parece que ya va remitiendo, rindiéndosse a pesar de algún conato de rebeldía, he aprendido algo sumamente importante: que el Nolotil no está hecho para ser bebido.

 II

Vaya por delante que a mí me gusta la Navidad y su jaleo, pero llega un momento en que estás esperando que pasen los Reyes y vuelva la rutina cotidiana, con sus horas tranquilas y sus ritos pausados. En el ajetreo hay también un aprendizaje.

III

Estoy leyendo las memorias de don Niceto Alcalá Zamora. Creo que es uno de los testimonios más tristes de nuestra historia. Todo está en ellas como anuncio de la inevitabilidad de una guerra civil cuya memoria debiera ser la de una profunda vergüenza colectiva. La memoria adolorida debiera permitirnos aprender algo, no meramente conmemorar nuestros desastres nacionales. 

IV

Le pregunto a mi mujer si volveremos a viajar como viajábamos. Me dice que sí y yo asiento a su sí con idéntica desconfianza. 

Yo pensaba en aquel mayo en que nos fuimos a remontar andando el río Tundja, en Bulgaria. Comenzamos la aventura en la ciudad turca de Edirne y la culminamos en el santuario de Shipka. ¿Volveremos a hacer viajes como éste? No lo creo, pero nos queda la memoria literia de aquel viaje:


En esta memoria hay también un resignado πάθει μάθος.


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