viernes, 1 de julio de 2016

Me ocurre que

cada vez me interesan menos los análisis políticos. No es que les pida inteligencia a los analistas, no exijo tanto, sino que les pido ficción, creatividad, y no hay manera. La realidad es mucho más creativa que sus intérpretes y llevo tiempo sospechando que para captar la realidad, hay que mandar a sus cronistas al carajo.


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