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martes, 18 de agosto de 2015

Más sobre Sísifo

  • Luis de Foxá, poeta falangista, exclamó al ver el nuevo edificio de los jesuitas: Si esto hicieron con el voto de pobreza, qué no harán con el de castidad.
  • Cuando un grupo de generales fue a pedirle a Franco que restableciera la monarquía, el Caudillo los recibió uno por uno; a Saliquet, por ejemplo, le preguntó de entrada: ¿Estás preocupado? ¿Es que no marcha bien tu fábrica de jabones? Ya no hubo más gestiones.
  • Julián se mató en la celda colgándose. Castigado porque no había querido decir quién le había pasado un libro prohibido. En la pared había escrito: Vivir sólo para odiar haría odiosa la vida. No merece la pena. ¿Retórica? Sí, si no se hubiera suicidado.
  • Dicen que [en México] se distinguía a un refugiado porque tenía el índice de la mano derecha más corto que los otros, de tanto golpear con él en la mesa del café mientras decía: Este año cae Franco.
  • Automáticamente, cuando me presentan a un exiliado, trato de recordar si fue de los que protestaron por la persecución del POUM o de los que callaron. De los que callaron es el filósofo José Gaos. Confuso escribiendo y claro hablando. Un alumno suyo de la Universidad le dijo un día: Leyéndolo a usted, maestro, me explico la independencia [de México]. De su versión de Heidegger alguien comentó: Sólo leyendo el original alemán se entiende la traducción castellana

Victor Alba, Sísifo y su tiempo
Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡Qué bueno Foxá!
    Por cierto, los espadones monárquicos estaban pensionados por Londres, las lealtades veniales tienen sus límites.

    Karl Mill

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  2. Buenísimo lo de Foxá, cierto como la vida misma lo de la traducción de Gaos. Si le hubiera pedido una mano a García Morente, otro gallo cantaría.

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Un amor perdurable a fuerza de no serlo

I En las últimas décadas del siglo XIX vivió en Oviedo un hidalgo llamado don Pepito Alegre, considerado unánimemente como «cumplido caballe...