"Un día le conté a un ruso uno de los cuentos leídos en el conmovedor libro de Amicis, Corazón, el titulado "De los Apeninos a los Andes", y el ruso, después de escuchar el relato, me preguntó:
- ¿Y para qué hizo tan largo viaje ese niño? ¡Para ver a su madre! ¿Tan sólo? -me objetó- No puede ser. Esa era la excusa. Seguramente era espía.
Vicente Reguengo, Quince años en Rusia.
Para B. M., que me sigue desde París.
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