Y tal vez sea ésto lo que nos 'salva': lo inesperado que no avisa para entrar a decirnos que todo se acaba
Imaginémosnos si llegará de pronto. Nos moriríamos del susto antes de que nos la presentaran.
Asi, acercándose de puntillas, despacito, imperceptible, es como más 'aceptable', más negociadora en sus trámites finales y en sus cargas
¿No es asi con todo en la vida? ¿No es lo inesperado del movimiento su esencia, su ser, su invisible proyección, su eterna sombra encarnada?
Como la vejez, asi también arriba la muerte, su hermana gemela, no se la ven llegar a éstas dos canallas.
Las dos caminan juntas, claro --por algo son gemelas--, y de la mano, al alimón, a la naranja, a todos los cítricos que unen jugos y disuelven estelas (esas babas que dejamos al arrastrarnos sin dejar contraseñas)
Pero la muerte es mucho mas inesperada que la vejez porque es menos aceptada que ésta.
Vivimos más como si fuesemos inmortales que como si nunca fuesemos a ser viejos. (Es éste un diabolo de pretéritos pluscuamperfectos)
--Oiga, ¿a quíen espera Usted? --A lo inesperado --No lo entiendo --Verá..la única forma de safarse, de liberarse de que llege lo que no se espera es aguardar a lo inesperado; es la mejor metodología táctica de esperar a la Vejez, a la Muerte --No le entiendo ni papa --...Es que Usted no sabe esperar lo inesperado
no ha llegado aún a la vejez está en la precuela, nadie es consciente (afortunadamente) de haber llegado a la vejez, siempre se vive un poco antes, o eso se cree. Decía Cioran que la vejez es la autocrítica de la naturaleza, pero yo siempre he pensado que más bien se trata de una cruel venganza.
El paso del tiempo siempre nos asalta inopinadamente. De pronto nos pasa algo que nos muestra que ya estamos, como decía Víctor Hugo: "Descendiendo despiertos por la otra mitad del sueño". No obstante que con sesenta vueltas alrededor del sol en el año del Señor de 2015 me hable usted de vejez...
Os agradezco mucho esta sobredosis de generosidad, pero los hechos son los hechos: cuando uno comienza a estar más pendiente de sus rodillas que de las rodillas de la vecina... algo va fatalmente mal.
ResponderEliminarEs verdad
Gran verdad
Estamos en el mismo 'club'
Y tal vez sea ésto lo que nos 'salva':
lo inesperado que no avisa
para entrar a decirnos
que todo se acaba
Imaginémosnos si llegará de pronto.
Nos moriríamos del susto
antes de que nos la presentaran.
Asi, acercándose de puntillas,
despacito, imperceptible,
es como más 'aceptable',
más negociadora
en sus trámites finales
y en sus cargas
¿No es asi con todo en la vida?
¿No es lo inesperado del movimiento
su esencia, su ser,
su invisible proyección,
su eterna sombra encarnada?
Como la vejez,
asi también arriba la muerte,
su hermana gemela,
no se la ven llegar a éstas dos canallas.
Las dos caminan juntas, claro
--por algo son gemelas--,
y de la mano,
al alimón,
a la naranja,
a todos los cítricos
que unen jugos
y disuelven estelas
(esas babas que dejamos al arrastrarnos
sin dejar contraseñas)
Pero la muerte es mucho mas inesperada
que la vejez porque es menos aceptada que ésta.
Vivimos más como si fuesemos inmortales
que como si nunca fuesemos a ser viejos.
(Es éste un diabolo de pretéritos pluscuamperfectos)
--Oiga, ¿a quíen espera Usted?
--A lo inesperado
--No lo entiendo
--Verá..la única forma de safarse,
de liberarse de que llege
lo que no se espera
es aguardar a lo inesperado;
es la mejor metodología táctica
de esperar a la Vejez, a la Muerte
--No le entiendo ni papa
--...Es que Usted no sabe esperar lo inesperado
Posted by Ad Humanitatem at 10:51 PM
no ha llegado aún a la vejez está en la precuela, nadie es consciente (afortunadamente) de haber llegado a la vejez, siempre se vive un poco antes, o eso se cree. Decía Cioran que la vejez es la autocrítica de la naturaleza, pero yo siempre he pensado que más bien se trata de una cruel venganza.
ResponderEliminarLa vejez, Gregorio, es una adolescencia sin angustia... Y en algunos casos con no poca pizca de sabiduría, como en el suyo.
ResponderEliminarEl paso del tiempo siempre nos asalta inopinadamente. De pronto nos pasa algo que nos muestra que ya estamos, como decía Víctor Hugo: "Descendiendo despiertos por la otra mitad del sueño". No obstante que con sesenta vueltas alrededor del sol en el año del Señor de 2015 me hable usted de vejez...
ResponderEliminarKarl Mill
Os agradezco mucho esta sobredosis de generosidad, pero los hechos son los hechos: cuando uno comienza a estar más pendiente de sus rodillas que de las rodillas de la vecina... algo va fatalmente mal.
ResponderEliminarY ahora, al grano, hermanos,
ResponderEliminardejemos la prestidigitación
y los juegos de abalorios a un lado:
la vejez es un ASCO,
un asco con el que,
por cojones,
tenemos que pactar
agachando el tarro
y cediendo lo Infinito...
lo que mas amamos
Lo demás son flautas y pitos
de esa orquesta ambulante
que contratamos
para que no nos lleve el río...
Las rodillas, ay las rodillas...
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