Conocí a un diseñador que tenía aversión a las plantas de interior, no por ellas mismas, sino como elemento ambiental decorativo, jamás las usaba y se enervaba cuando algún cliente con el paso del tiempo las había introducido con todo su derecho. Su premisa era “las plantas sólo en el jardín”. Duane Michals es un gran fotógrafo, casi siempre realiza series a modo de secuencia con una narración onírica o misteriosa y muchas son espléndidas, magistrales. Pero en mi opinión (y al margen de la belleza de las composiciones), en este caso la metáfora es tan banal y previsible que me ha hecho pensar más en un muestrario de modos de habitar que en el mensaje que transmite del buen salvaje.
Es curioso a mi me ha gustado por su previsibilidad. He interpretado que nos quería decir que los paraísos a nuestro alcance son banales y previsibles. Pero puedo estar equivocado, claro.
También se puede interpretar de esa manera, sin duda, es el carácter polisémico de muchas imágenes. Lo interesante de Michals es que consigue crear un mundo poético, ambiguo y bello a partir del realismo de la foto, en él a menudo de posado hierático. Su obra está a medio camino de la filmación cinematográfica y la fotografía, algo así como el guión visual de una posible película, pero que dejaría de tener el encanto de estas pocas tomas significativas desde el momento que se fijan.
Conocí a un diseñador que tenía aversión a las plantas de interior, no por ellas mismas, sino como elemento ambiental decorativo, jamás las usaba y se enervaba cuando algún cliente con el paso del tiempo las había introducido con todo su derecho. Su premisa era “las plantas sólo en el jardín”. Duane Michals es un gran fotógrafo, casi siempre realiza series a modo de secuencia con una narración onírica o misteriosa y muchas son espléndidas, magistrales. Pero en mi opinión (y al margen de la belleza de las composiciones), en este caso la metáfora es tan banal y previsible que me ha hecho pensar más en un muestrario de modos de habitar que en el mensaje que transmite del buen salvaje.
ResponderEliminarEs curioso a mi me ha gustado por su previsibilidad. He interpretado que nos quería decir que los paraísos a nuestro alcance son banales y previsibles. Pero puedo estar equivocado, claro.
EliminarTambién se puede interpretar de esa manera, sin duda, es el carácter polisémico de muchas imágenes. Lo interesante de Michals es que consigue crear un mundo poético, ambiguo y bello a partir del realismo de la foto, en él a menudo de posado hierático. Su obra está a medio camino de la filmación cinematográfica y la fotografía, algo así como el guión visual de una posible película, pero que dejaría de tener el encanto de estas pocas tomas significativas desde el momento que se fijan.
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