Buscar este blog

sábado, 27 de septiembre de 2014

La fe y el estiércol

Se reía el cristiano Tertuliano, allá por el año 200, de tres dioses romanos: Sterculus, Mutunus y Laurentia. ¿Cómo han podido contribuir a la grandeza de Roma estos ridículos diosecillos?, se preguntaba, y me imagino que sus fieles se reirían a carcajada limpia. A Prudencio también le costaba creer que hubiera senadores que los siguieran adorando. Sterculus es el dios del estiércol o, si se quiere decir más lisa y llanamente, de la mierda; Mutunos era una deidad fálica y Laurentia parece que era o una diosa prostituta o una diosa de las prostitutas.

En su origen, Sterculus estaba relacionado con Saturno, un dios protector de los trabajos del campo que conocía el milagro de fertilidad que hace posible el estiércol. O incluso pudo haber sido una imagen de Saturno en pañales. 

Probablemente ni Tertuliano ni Prudencio sabían nada del capitán de un barco que en mitad de la noche navegaba por las aguas próximas a la isla de Paxis, en el Golfo de Patras y en un momento en que toda su tripulación estaba durmiendo, oyó que alguien lo llamaba por su nombre desde el interior de la isla para decirle: “El gran Pan ha muerto”. Lo cuenta Plutarco en ¿Por qué guardan silencio los oráculos? Hans Jonas comenta esta historia diciendo que la civilización occidental siempre ha llevado en su seno la imagen de la muerte de Dios. El problema es que lleva en su seno también la imagen de los dioses convertidos en mierda y la mierda no necesita de la fe para afirmarse como una presencia.




7 comentarios:

  1. http://elcafedeocata.blogspot.com.es/2007/09/el-gran-pan-ha-muerto-ii.html
    HdW

    ResponderEliminar
  2. http://elcafedeocata.blogspot.com.es/2007/09/el-gran-pan-ha-muerto.html
    HdW

    ResponderEliminar
  3. Lo que nuestra soberbia nos ha llevado a olvidar en nuestra relación con Dios es que Él es el necesario y nosotros los contingentes. Pretender matar a Dios es como cortar el cordón umbilical en el útero materno con el fin de acabar con la vida de la madre, el que muere es uno. Así, la muerte de Dios es la muerte del hombre. El "súperhombre" se convierte en "infrahumus"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que eso es lo que descubre, exactamente, el Nietzsche de Más allá del bien y del mal.

      Eliminar
    2. De hecho, quien murió fue Nietzsche, no Dios

      Eliminar
  4. por eso después de nietzsche vienen los exsitencialismos y postmefafisiquismos que en casos extresmos, como el de Artaud, lo que pretenden siempre es volver al huevo, retornar al útero materno, alojarse en un preconsciente uterino. Pienso también en esa imagen de los huevos fritos amarillentos que propuso Dalí para illustrar ese estado que yo llamaría pre-existencial del existencialismo. En esas circunstancias antimetafísicas, a parte de que hay un retorno a un lugar sin dios, hay un retorno a un inconsciente sin persona paterna, cuya figura es sustituida por un amniomorfismo...bueno ya se me va la olla. Disculpen.
    HdW

    ResponderEliminar
  5. Respecto a la muerte del dios Pan oída por Tamo; Robert Graves, en su libro "Los mitos griegos" interpreta que Tamo oyó mal el lamento ceremonial Thamus Panmegas Tethnece ("El todopoderoso Tammuz ha muerto") y entendió "Tamo, el gran Pan ha muerto".

    Juan Antonio

    ResponderEliminar

A veces te echo de menos...

 I El sábado pasado mi mujer y yo fuimos en coche hasta Lérida. Esta es una época ideal para viajar en coche por las carreteras de la Catalu...