A mi parecer, que en este caso alcanza la condición de dogmático, el trabajo más peligroso de la historia de la humanidad le cayó encima al filósofo marxista Jan Sten el día que Stalin le ordenó que le explicara La fenomenología del Espíritu de Hegel. Como era de esperar, el pobre Jan Sten acabó fusilado.
Sten se quejaba ante sus conocidos de que su alumno no progresaba adecuadamente. Stalin fue un precursor de la actual opinión de que si algo no les entra a los alumnos, la culpa es del profesor.
ResponderEliminarSten, que era uno de los filósofos marxistas más importantes, se dio cuenta de dos cosas. De que Stalin y Hegel no se llevaban muy bien y de que este último tenía planes muy siniestros para la URSS. Ninguna de las dos debía saberse.
EliminarEl propio Adorno se las vio y deseo para sacar agua clara del Heráclito redivivo que fue Hegel el oscuro en versión hiperextensa..., y llegó a la conclusión, no podía llegar a otra, de la poderosa ininteligibilidad de buena parte de su obra. Lo que no excusa de acercarse a ella por el placer de viajar (to get a "trip").
ResponderEliminarEfectivamente, como no te tomes la Fenomenología y, especialmente, la Lógica, como un deporte, estás perdido. Ahí está lo peliagudo del asunto, que Stalin quería entender.
ResponderEliminar