¿30%? Esa es una cifra políticamente correcta. Desde una experiencia de más de 30 años de evaluador profesional, el nivel de regalos que se ofrecen en las evaluaciones de junio -quede claro que sin contrapartidas ni en especie ni dinerarias- hace subir ese 30% a un 40%, y quizás me quede corto. Para que se sepa la consideración que les merece a las autoridades el título de la ESO, un alto cargo de la Inspección catalana defendía ante una Directora que el graduado social es algo así como el DNI, un "carnet de ciudadanía" del que no podía privarse a nadie. Y quedóse tan pancho. Y así nos va. De todos modos, estadísticas al margen, la evaluación de la calidad de lo que se enseña está totalmente ausente del sistema, y eso ya es achacable al igualitarismo a ultranza que ha guiado la acción sindical, que ha impedido el establecimiento de una carrera docente en la que se puedan verificar las capacidades de quienes opten a los puestos de responsabilidad. En la película de Taverniere, "Hoy empieza todo", hay una escena en la que el inspector realiza una evaluación del director que me pareció una auténtica escena de terror..., si a mí alguna ve me hicieran una evaluación semejante, sencillamente es que me expulsaban del sistema, por incompetente... ¡Sufrí lo indecible!, pero también comprendí lo que supone la profesionalidad. Y no está al alcance de todo el mundo.
Tiene usted toda la razón, Gregorio. A fecha de hoy, la escuela se ha convertido en una garantía de permanencia en la clase social en la que se ha nacido. Todo un logro de la pedagogía progresista (y perdóneseme el pleonasmo).
Se me estaba ocurriendo un sesudo comentario sobre el pan y escuela de Joaquín Costa pero mejor lo dejo.
ResponderEliminar¿30%? Esa es una cifra políticamente correcta. Desde una experiencia de más de 30 años de evaluador profesional, el nivel de regalos que se ofrecen en las evaluaciones de junio -quede claro que sin contrapartidas ni en especie ni dinerarias- hace subir ese 30% a un 40%, y quizás me quede corto. Para que se sepa la consideración que les merece a las autoridades el título de la ESO, un alto cargo de la Inspección catalana defendía ante una Directora que el graduado social es algo así como el DNI, un "carnet de ciudadanía" del que no podía privarse a nadie. Y quedóse tan pancho. Y así nos va. De todos modos, estadísticas al margen, la evaluación de la calidad de lo que se enseña está totalmente ausente del sistema, y eso ya es achacable al igualitarismo a ultranza que ha guiado la acción sindical, que ha impedido el establecimiento de una carrera docente en la que se puedan verificar las capacidades de quienes opten a los puestos de responsabilidad. En la película de Taverniere, "Hoy empieza todo", hay una escena en la que el inspector realiza una evaluación del director que me pareció una auténtica escena de terror..., si a mí alguna ve me hicieran una evaluación semejante, sencillamente es que me expulsaban del sistema, por incompetente... ¡Sufrí lo indecible!, pero también comprendí lo que supone la profesionalidad. Y no está al alcance de todo el mundo.
ResponderEliminarTiene usted toda la razón, Gregorio. A fecha de hoy, la escuela se ha convertido en una garantía de permanencia en la clase social en la que se ha nacido. Todo un logro de la pedagogía progresista (y perdóneseme el pleonasmo).
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