Cuando a Julio Camba, ya al final de su inalcanzable carrera, le comunicaron que le habían concedido un sillón en la Real Academia, el genio lo rechazó arguyendo:
—¿Para qué quiero yo un sillón cuando lo que necesito es un piso? Y eso no me lo van a dar ustedes...
De Salmonetes
Interesante vida de´este señor, de anarquista a colaborador del diario arriba, es para reflexionar las vueltas que da la vida.
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