Estaba Memónides de Moronea cavando en su huerto cuando pasó por el camino el sibarita Mindíride, que al verlo levantar la azada con ganas, le pidió por favor, que dejara de realizar ese duro trabajo ante su vista, porque nada más de verlo se había quedado sin resuello.
Memónides se levantó, se secó el sudor de la frente y le hizo un saludo con la mano.
- ¿Por todos los dioses, qué es lo que te empuja a trabajar de esta manera?
- Encuentro -le contestó Memónides- que hay que hacer muchos más esfuerzos para divertirse que para trabajar.
Mindíride hizo un gesto de desprecio con la mano y se alejó perplejo.
No es exactamente lo mismo, pero: "Il faut travailler, sinon par goût, au moins par désespoir, puisque, tout bien vérifié, travailler est moins ennuyeux que s'amuser." (Baudelaire)
ResponderEliminarQuanta raó! (Memònides i Baudelaire)
ResponderEliminarEsa misma sensación he tenido cuando he visto a la muchachada trasegando alcohol arraudalado y ajolgoriado en sus botellones de explanada; o cuando llegan las patéticas diversiones establecidas: carnaval, fin de año, etc.
ResponderEliminarEfectivamente: Ante el espectáculo de ciertas diversiones, uno se queda "eslomau", que dicen en mi pueblo.
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