"La CEOE ve en los genes la clave del éxito escolar", titulaba el otro día una articulista de El País. El cabreo ante semejante felonía fue ávidamente recogido por otros medios progres, como El periódico, dando por supuesto que la CEOE había desarrollado un programa educativo en la sombra. "La CEOE ha presentado una propuesta educativa, en la que señala que la genética es tanto o más determinante que el entorno socioeconómico de las personas para evaluar el rendimiento que puede tener un alumno", denunciaba otra pluma de este mismo diario.
Dando muestras de un curioso sentido de la profesionalidad, estos periodistas ignoran que no es la CEOE quien firma este informe, sino sus autores y que estos, recogiendo algunas investigaciones recientes se limitan a señalar, dando muestras de un talante más que precavido, que "quizás estaríamos sobreestimando notablemente la influencia del nivel social familiar en el rendimiento escolar". Es el nerviosismo provocado por esta afirmación, tan cautelosa, lo que me interesa especialmente.
Si Dios ha muerto, entonces conviene no divinizar la naturaleza ni introducir a escondidas una especie de divina providencia entre sus pliegues. Como advertía Nietzsche, matar a Dios para divinizar la piedra es un mal negocio. Si Dios ha muerto, entonces ha muerto con él toda posibilidad de providencia. Por lo tanto, somos seres naturales y criaturas de una naturaleza ciega, no providente. Pero resulta que esto es lo inaceptable para ciertas mentalidades cuando lo que está en juego es el reparto natural de la inteligencia. Ya entiendo que la naturaleza ha de pesar muchísimo menos que la cultura si es que ha de haber alguna opción para el progresismo, pero que su peso sea intelectualmente minúsculo me parece que exige un acto de fe considerable, porque está muy lejos de estar confirmado por los datos científicos.
No me hubiese detenido a escribir este post si no me hubiese encontrado esta mañana en un diario catalán con esta confesión de un biólogo: "La fidelidad es, en gran medida, una cuestión genética". Estoy convencido que en este caso la afirmación no encenderá los ánimos de nadie. Ya nos parece bien que así sea, porque, entonces, nuestra responsabilidad en este asunto se diluye. Si intentamos unir la tesis que afirma que la inteligencia no está condicionada genéticamente y esta otra, que nos prohíbe genéticamente tener mala conciencia al condenarnos moralmente a la dictadura de los genes, surge una imagen del hombre bien curiosa. No se necesita menos fe para creer en ella que para defender la resurrección de la carne.
Así pues, de nuestras virtudes intelectuales somos nosotros los responsables, pero de nuestra ruptura de los compromisos con la palabra dada, lo son los genes.
Los genes se han convertido en los ángeles de la guardia de nuestra moralidad.
la naturaleza ha de pesar muchísimo menos que la cultura si es que ha de haber alguna opción para el progresismo
ResponderEliminarNo tiene por qué. Primero, porque podría ser que la naturaleza pese mucho más que la cultura, pero la cultura esté organizada de tal forma que no se le permita desarrollarse a la naturaleza todo lo que podría, y tal vez ese desarrollo sería la mar de "progresivo". SEgundo (aunque en realidad es un ejemplo de lo anterior), puede que la genética determine más la capacidad que la educación (o puede que no, pero supongamos lo primero), aun así, puede ocurrir que los ricos sean genéticamente más tontos que los pobres, y que una educación más equitativa permitiera sacar más provecho de la naturaleza.
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Ya digo: no digo que sea así, pero puede.
Detalle: no es la inteligencia la que viene explicada en tal o cual medida por los genes o el ambiente, sino que es lo que se explica mediante es la variabilidad en inteligencia.
ResponderEliminarEl efecto de los genes se suele calcular con con la correlación entre gemelos adoptados en familias diferentes (misma base genética y distinto ambiente). Pongamos que esta correlación sea de 0.7. Si mañana encontramos una pastilla (o un modo de educar) que haga que todos los chavales aumenten en 20 puntos su CI, la correlación del CI entre gemelos separados seguirá siendo de... 0.7.
Por otro lado, que la genética tenga una gran influencia es una muy noticia desde el punto de vista progresista. A mayor éxito del Estado social, mayor semejanza de los ambientas donde se desarrolla la gente. Y mayor semejanza de ambientes, menos peso pueden tener éstos como variable explicativa. En un supuesto Estado totalmente homogeneizador en lo ambiental, las diferencias serían explicadas por completo por los genes.
Me pregunto por qué, cuando presuntamente no hay niños lectores de este blog, tenemos que seguir fingiendo que la inteligencia es importantísima y tiene un papel enorme en el resultado fracasado o feliz de una vida.
ResponderEliminarClaro que esas mentiras primordiales son muy difíciles de franquear (y quizá no merezca la pena hacerlo)
Pero, ¿no fué la idea de Progreso la que vino a substituir rapidamente a la de Providencia?
ResponderEliminarDe ese modo, por ejemplo, los primeros darwinistas no lo eran por motivos 'científicos' (para serlo el darwinismo hubo de esperar a Mendel), sino porque la idea de evolución encaja en la de Progreso. Viéndolo así, nadie dejaría la religión por la ciencia (enfrentamiento más bien absurdo) sino por previamente haber adoptado la del Progreso.
Si no ando mal informado, de la "gramática genética" apenas conocemos las preposiciones y poco más, ¿no? Cuando lleguen a las subordinadas sustantivas de sujeto que me avisen, por favor...
ResponderEliminarJesús: Yo creo que la filosofía debe intentar imaginarse un hombre completamente renaturalizado y para ello debe despojar a la naturaleza de toda categoría teológica (del teleologismo, por ejemplo)y, por supuesto, de todo narcisismo. Me da la sensación de que este proyecto es, sin embargo, irrealizable. Lo más que podemos hacer es intentar ver la historia de esta manera... lo que nos lleva a suponer que todo lo que sucede en la superficie de las cosas humanas expresa la naturaleza del hombre.
ResponderEliminarA mí me parece que estos revuelos surgen de que mucha gente coordina biunívocamente - se decía así,¿no?- la parejita Naturaleza/Cultura con Innato/Aprendido.Pregunten a un etólogo sobre el significado de "innato".
ResponderEliminarLa opinión de Jesús Zamora me ha recordado al Richard Lewontin de "Genes, organismo y ambiente".
Y creo que Dhavar ha hecho algo más que un chiste.
La noticia que comentas me recuerda otra que leí hace tiempo en la sección (curiosamente) de religión de El Mundo; venía a decir algo así como, "la ciencia localiza en el cerebro el centro de la religiosidad"..., lo que venía a significar lo mismo, que no éramos libres porque genéticamente ya estábamos ordenados a estar abiertos a la trascendencia o no.
ResponderEliminarLa noticia me hizo gracia, por lo que implica de fe en esa "pseudociencia", y porque se me ocurrió pensar que en caso de ser cierto la elección de Papa y selección de sacerdotes u obispos la íbamos a tener muy fácil, porque si ese centro está en el cerebro se podrá medir o pesar: por el tamaño, el que lo tenga más grande.
Avui ens diuen que el 94 % d'alumnes ha aprovat la Selectivitat. Com pot ser això amb un nivell d'ESO (segons l'informe PISA) tan dolent? En què s'ha convertit, doncs, la universitat?
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ResponderEliminarPues ser por dos cosas, o ambas combinadas.
ResponderEliminarCreo que el porcentaje se refiere al de alumnos presentados, y hay colegios que hacen una criba previa e impiden presentarse al que les puede fastidiar el porcentaje de éxito.
Y otra razón, probablemente más importante que la anterior, es el nivel de exigencia, que es muy bajo. Un profesor que conozco, que estuvo en un tribunal, comentaba que en un examen había detectado 87 faltas de ortografía, y que había recibido, en forma de amable comentario, la sugerencia de que no fuera demasiado duro. Si bajas el listón, saltan todos, y acabas, es un decir, con el fracaso escolar.
Yo estoy plenamente convencido de que al menos la mitad de mis alumnos de sexto de la antigua EGB aprobaría la actual selectividad.
ResponderEliminarHace poco leí en un artículo también relacionado con los resultados Pisa que España es de los países donde el porcentaje de fracaso escolar proviene más de entorno socio cultural bajo, pero en el resto de países este factor no es tan determinante. Respecto a la universidad, mi experiencia ha sido como la vuelta al cole, pero también reconozco que en otras facultades no es así. Tengo un familiar que es profesor desde hace 20 años en la facultad de matemáticas del mismo curso de primero y cuenta que si compara los exámenes que hacía y los que hace, no tienen nada que ver. Pero que, de todas formas, él cree que cada vez en conjunto la humanidad somos más inteligentes, que progresamos..
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