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sábado, 13 de marzo de 2010

El erotismo (II)

Antes de continuar con Nietzsche me ha parecido conveniente, por motivos que quizás se aclaren más adelante, hacer una parada en Mir Damad, un filósofo neoplatónico persa completamente desconocido entre nosotros.

Cuando Mir Damad murió, su alma fue, como correspondía, severamente interrogada por los ángeles Nâkir y Monkir, que le dirigieron las preguntas de rigor: "¿Cuál es tu fe?", "¿En qué Dios has creído?”.

Mir Damad respondió que sólo había tenido un dios, Ostoqos-al ostoqsât, es decir, «El elemento de los elementos».

Los dos ángeles se miraron entre sí sin comprender nada. ¿Qué extraña fe era esa? Como no sabían cómo juzgar al recién llegado decidieron consultar el caso directamente con Dios.

Tras escucharlos atentamente, Dios les dijo: “Mir Damad ha tenido toda su vida unas ideas tan raras que ni yo mismo las he comprendido.
Pero es un hombre justo y bueno. Es digno de entrar en el Paraíso".

3 comentarios:

  1. Gracias por esta bouffée de aire fresco.

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  2. Lo mismo podría decirse de los deconstruccionistas, aunque ignoro si las bondades vitales de cada uno de ellos les abrirían las puertas del paraíso. A Lacan se las cerraron a cal y canto -que fue como abrirlo en canal- para evitar la embriaguez conceptual eterna ¡sin siquiera el consuelo de la resaca! Al fin y al cabo, la diosa complementaria de Jehová ha sido siempre Sabiduría, y ella sbe cómo tratar a los tenebrosos, a la "infame turba de confusas aves".

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  3. Dios no fue creado para ser filósofo (ni fue creado por filósofos). Por eso puede juzgar en base a la conducta real seguida por el persa y no según lo que piensa. Para los ángeles, es fácil definir, dogmáticamente claro, el destino de un muerto en base a una respuesta del tipo "este Dios" o "este Otro", porque ellos se basan en una fórmula de equivalencia simple: conducta = etiqueta ideológica.

    Esto debería ponernos sobre aviso: ¿por qué ahora el papa recupera un discurso de "superación del posmodernismo" si es que esto es lo que persigue -lo que parece una buena hipótesis, aunque no tengo elementos suficientes para aceptarla-? ¿Qué nuevo discurso papal se le hace necesario a la Iglesia y con qué fin?

    Bueno, paso a leer la continuación...

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