I
Sí que hay algo espectacular en Albacete: el Museo de Albacete. Situado en el Parque Abelardo Sánchez tiene algo de brutalismo por fuera, pero en su interior guarda maravillas del arte ibérico, comenzando por la famosa bicha de Balazote y pasando por las grandes damas oferentes y el imponente caballero de los Villares.
II
Como la mañana era larga y el tren no salía hasta las 14:45, fui a ver pasar el Albacete transeúnte desde la terraza del Gran Hotel. No hay mañanas más luminosas que las de los fines de semana en las capitales de provincia que no tienen prisa por huir de su historia. Había tanta gente paseando festiva y alegre que se lo comenté al camarero. "Es que", me dijo, "a Albacete se la conoce como la Nueva York de Castilla-La Mancha". Me lo dijo con tanta convicción que no pude por menos de darle la razón.
III
En otros tiempos me hubiera comprado un periódico y hubiese aprovechado el mediocre café que me sirvieron para leerlo despacio. En estos tiempos, como desatiendo por completo la prensa, saqué el ordenador y me puse a escribir. Hasta que un joven muy bien vestido se me acercó y me presentó a su novia, guapísima. "Porque es usted Gregorio Luri... ¿verdad?"
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