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sábado, 30 de enero de 2021

Pamplona

 Viaje rápido a Pamplona. De lunes a jueves. Intenso y fructífero. Pero de todo lo hablado y oído, me quedo con una  frase escuchada en el Hotel Yoldi: "Un hijo es como tener algo siempre al fuego".

martes, 26 de enero de 2021

¿Sabe Dios que existe?

Duermo mal. Me cuesta conseguir ese sueño reparador que te permite levantarte con la cabeza despejada y el cuerpo en forma. Me cuesta concentrarme en lo que hago. Sigo disfrutando con la lectura, pero a pequeños sorbos. Escribir se me hace más pesado. Para mi sorpresa he acabado viendo mucha televisión, sin seleccionar, así que he desperdiciado unas cuantas horas siguiendo películas pésimas. Le comento lo que me pasa a mi amigo Luis Moctexuma, que vive aislado del mundo en las faldas del Don Gregorio, cerca de la Ciudad de México, y me dice que a él le pasa lo mismo, que es la angustia. Pero no creo tener angustia... a no ser que sea angustia este pasar sin apenas detenerme por las cosas.
 
Ayer, revisando los papeles de Victor Serge, me encontré con esto:

Es decir: "Según Juan Escoto Erígena, "Dios ignora su propia existencia... pero nosotros la conocemos".
 
¿Qué empujó a un viejo comunista a escribir esto en el primer trozo de papel que encontró y a guardarlo en sus archivos?

lunes, 25 de enero de 2021

Atopía

A lo largo de aquellos años sólo hubo dos clases de personas: los pesimistas y los inconscientes, siendo el elevadísimo número de estos segundos la principal causa del pesimismo de los primeros. Como el pesimismo afectaba sobre todo a las personas entradas en años, que a causa de la pandemia eran las principales víctimas, el mundo se fue poblando de inconscientes jóvenes y alegres y, en un par de décadas, la enfermedad dejó de ser una preocupación que afectase de manera estadísticamente significativa a las conciencias. La población joven se habituó a las metamorfosis del virus y a su vacuna mensual y, la adulta, a los altos porcentajes de fallecidos. Todo aquello duró doscientos años, que en términos históricos, apenas da para una época. Hoy, cuando los niños de las escuelas estudian el párrafo que los libros de texto dedican a esta llamada Édad de la inconsciencia, que redujo la población mundial a los niveles actuales, se sorprenden mucho de todo lo sucedido y la verdad es que no es nada fácil hacerles comprender que cada época se relaciona de manera directa con el diablo.

domingo, 24 de enero de 2021

Lo veo venir

Mañana vuelven a poner esta película en la tele:

Y, a pesar de que la ponen cada dos por tres, mi  mujer volverá a verla en el reclinatorio. Pero no es eso lo que me preocupa. Lo que me preocupa es que durante los interminables dos o tres días siguientes notaré en la mirada de mi mujer, cada vez que se cruce con la mía, un punto de decepción y tengo que reconocer que no le faltará razón. Yo, a Jeremiah Johnson/Robert Redford, no le llego ni a la suela de los zapatos.

miércoles, 20 de enero de 2021

El consentimiento

Ante los casos de abusos sexuales a menores de edad algunos alegan que es dificil dictaminar si hubo o no consentimiento por parte del menor, especialmente si se trata de un adolescente. No me parece que éste sea un argumento, sino un insulto a la inteligencia. Sea cual sea la conducta del menor, nada exime al adulto de su responsabilidad. Para mi la cuestión es sencilla.


lunes, 18 de enero de 2021

Rehaciendo la agenda

El jueves próximo debería estar en Madrid, dando una conferencia en la Francisco de Vitoria titulada, así, como si nada, "La historicidad moral de la vida humana". Pero resulta que en casa no me dejan viajar y, por si fuera poco, el pueblo en el que vivo es el que tiene el riesgo más alto de contagios de toda Cataluña.

He mandado la conferencia por correo antes de darla telemáticamente. 

Comienza así: "Cuando algunos sesudos pensadores se han propuesto comprender la singularidad de la vida humana han visto, con razón, que no puede comprenderse haciendo abstracción del tiempo. Estamos, obviamente, en el tiempo, pero lo importante es que el tiempo está en nosotros. El tiempo no es algo que nos pasa, sino algo que nos hace, alterando con su transcurrir nuestro ser y haciéndonos diferentes de lo que éramos. Mi biografía no sólo está en el tiempo, sino que, sobre todo, es el desarrollo de mi tiempo. A esta manera de ser de lo humano, tan singular, se le ha dado el nombre de historicidad. 

Y termina así: “Gracias a la vida, muero.”

sábado, 16 de enero de 2021

Un antojo teórico-paranoico

Cada vez estoy más convencido de que la ignorancia mueve al mundo y que un hombre de éxito es, básicamente, un ignorante con suerte. 

Cuando se contempla la historia desde esta perspectiva, se añoran las teorías conspìrativas, porque suponen un mundo gobernado por malvados, sí, pero por malvados muy inteligentes y, por lo tanto, el resultado sería un equilibro de poderes forzado por las grandes inteligencias conspirativas repartidas por el mundo.

Cuando leo a un analista político -cada vez de manera más ocasional- sospecho que ha reducido la complejidad de la realidad a su conveniencia, para poner de manifiesto su inteligenca analítica. El lector acaba su artículo convencido de que ese analista le ha desentrañado alguna de las claves ocultas de la realidad, pero en realidad no ha hecho más que manipular la realidad hasta convertirla en pedestal de su ego... o mejor, en pedestal del ego común, dado que cada vez más los medios dan más realce a aquella parte de lo sucedido que despertará la empatía del lector. Cuanta más empatía lectora movilicen, más anunciantes llamarán a sus puertas.

Cuando oigo a un político... me suena todo tan repetido, tan reiterado, tan cacofónico, que siento un poco de pena por él.

Respecto a mí, ignorante convencido, dado que la ignorancia es tan reacia a la lógica, sé que me moriré sin haber comprendido nada realmente relevante de todo este gran teatro del mundo, en el que la auténtica realidad son los actores que llevan tanto tiempo con las máscaras puestas que ya han olvidado quienes son realmente bajo las máscaras. De hecho, si se las quitasen posiblemente no se reconocería. ¿Y qué somos tú y yo, sino espectadores enmascarados que se niegan a aceptar que lo son?

O quizás sí haya comprendido una cosa: que la política puede soportar sin problemas la ignorancia, pero es incapaz de digerir el cinismo.

miércoles, 13 de enero de 2021

Envejecer

Suelo decir, más de veras que de bromas, que uno sabe, fatalmente, que es viejo cuando esá más pendiente de sus rodillas que de las rodillas de la vecina. 

Pero, en realidad, ahora sé que este de las rodillas es sólo el primer síntoma de una completa metamorfosis existencial.

Hay otros muchos síntomas que no dejan de sorprenderme, y no siempre para mal. Por ejemplo: encuentro hoy más intensidad musical, mucha más, en un pasaje cualquiera de La del manojo de rosas o de La tabernera del puerto que en la obra completa de Led Zeppelin. Y, para muestra, un botón (un botón sublime, ciertamente).

martes, 12 de enero de 2021

Auzolan

"Auzolan" significa en euskera “trabajo vecinal” y es una noble virtud republicana en la medida en que, como decía Cicerón, “res publica, res populi” (los asuntos públicos, son los asuntos de la gente). 

El "auzolan" es una colaboración voluntaria y gratuita de los vecinos en una tarea común de cuyo resultado se deriva un beneficio colectivo, por ejemplo, la apertura o el mantenimiento de un camino, la construcción de un edificio público... o la limpieza de la nieve acumulada en las aceras.

A la convocatoria de los vecinos al trabajo colectivo se la conoce como “llamar a auzolan”.
 
Es esta una tradición claramente conservadora que se mantiene viva porque es claramente republicana y por ello pone de manifiesto que la cosa común no es cosa del Estado, sino nuestra.

domingo, 10 de enero de 2021

Por una cultura del agradecimiento

Le escribo a mi querido y admirado amigo C. G., director de un magnífico colegio madileño. "En realidad -le digo-, no me gusta nada la expresión cultura del esfuerzo, aunque la haya utilizado más de una vez. Lo que me gustaría es poder transmitir a nuestros alumnos la alegría por la bendición del trabajo. No se trata, pues, de recuperar ninguna perdida cultura del esfuerzo o del ascetismo sacrificial, sino de ser capaces de dar forma a una cultura del agradecimiento por las oportunidades de desarrollo personal que nos brinda cada reto intelectual riguroso".

Parásitos de la mente

Ráfagas de lluvia intermitente contra los cristales, formando regueros de lágrimas que la gravedad arrastra caprichosamente; las copas de las jacarandas sacudidas por un viento arremolinado, que les arranca esas hojillas minúsculas e insidiosas que irán apareciendo misteriosamente por la casa durante los próximos días; las nubes bajas, densas, desfilando lenta y pomposamente; el mar revuelto; la manta sobre las piernas y un libro entre las manos. Frente a los desplantes de la naturaleza anónima, la resistencia del paso de las hojas. Estoy entretenido con la maravillosa coleccción Medio Siglo de Historia, publicada por la Editorial Purcalla en los años cuarenta. Cada tomo es una delicia, bien escrito, riguroso, bien documentado, ameno, con una combinación precisa de lo anecdótico y lo categoríal y, sí, de vez en cuando, con una pleitesía a los tiempos.

En el número 1 de Gedeón, Silvela aparecía ya caracterizado como "la daga florentina". 

Se decía que no había intervención suya en el Parlamento en la que no hubiera que lamentar desgracias personales.

Ando con Silvela un político tan inteligente y trabajador como débil para enfrentarse a los vértigos de la política. Cánovas lo captó muy bien. Ayer, por la noche, mientras andaba subrayando párrafos enteros, el eco de la casa me trajo dos frases de no sé qué una película que echaban en no sé qué cadena de la tele:

- "¡Cuidado con la mediocridad, es un parásito de la mente!"

- "Un tonto, por definición, es el que convierte todo lo que no comprende en un chiste".

Por supuesto la mediocridad acechante no es la ajena, sino la propia, la que nos acompaña nativamente como nuestra sombra. Respecto a la segunda frase, adviértase que la ironía no hace chistes.

sábado, 9 de enero de 2021

La trumpada, II

Antes, las revoluciones las dirigían revolucionarios profesionales que hacían de la conspiración y la clandestinidad un modo de vida. Ahora se hacen con el móvil en la mano y no hay revolucionario de bolsillo que no quiera ver su foto en las redes sociales asaltando el despacho de la Pelosi (que a mí me parece una Trump de izquierdas). 

Más allá de lo obviamente condenable, hay algo profundamente ingenuo en esos seguidores de Trump -perroflautas maveriks- que iban dejando huellas inconfundibles de sí mismos por el Capitolio; ingenuidad que se vuelve dramática cuando Trump los condena intentando salvar su propio pellejo de la inevitable quema.

Resalto otro punto: la prisa que han tenido los populistas de izquierdas para decir que ellos no son así. Es decir, que ante la posibilidad de verse a sí mismos retrospectivamente entre los asaltantes del Capitolio, se han dado una prisa inusitada en cerrar los ojos. Ya se sabe que el pueblo cuando en vez de manifestarse como clase se manifiesta como nación, es de ultraderecha.

Trump se ha hecho un flaco favor a sí mismo y ha hecho un flaquísimo favor a su partido, al que ha dejado calcinado.

jueves, 7 de enero de 2021

La "trumpada"

Este Cuento posnavideño lo escribí ayer antes de la "trumpada" y ha aparecido hoy en El Subjetivo, cuando la actualidad sólo tiene un nombre, Trump.

Contestando a las Cartas a un Príncipe, de Emilio Romero, Mariano Granados escribe desde el exilio mexicano las Cartas a un escritor (1965), donde entre otras interesantísimas cosas, dice: "La democracia es la forma de gobierno de un pueblo adulto. Pero la democracia no es todo. 'Democracy is not enough': es el afortunado slogan de Scott Nearing. Las ideas del siglo XIX acerca de la democracia están sujetas a revisión. El hombre libre en el Estado libre interviniendo mediante el sufragio en el régimen político del Estado, o contribuyendo a formar eso que Rousseau llamó 'la voluntad general' es sólo una entelequia".

M. Granados fue, entre otras muchas cosas, Secretario de la Agrupación al Servicio de la República. La pregunta que nos sugieren sus palabras es de calado: ¿Necesita la democracia un plus de sentido que no parece capaz de darse ella democráticamente a sí misma?



miércoles, 6 de enero de 2021

Las memorias de don Niceto

Llego al punto final de las memorias de Niceto Alcalá Zamora.

Lo primero que me pregunto es por qué alguien que fue Jefe del Estado -Presidente de la República-, es hoy tan ignorado. Desde luego, no se merece nuestro olvido. Pero nuestro olvido está ahí  y dice mucho sobre los caprichos y sesgos de nuestra memoria histórica. No nos deberíamos permitir el lujo de olvidar ciertas cosas.

A don Niceto se le descubren pronto sus puntos flacos. Es demadsiado orgulloso, demasiado seguro de sí mismo. Es, en suma, un tremendo narcisista. Pero aunque pudo equivocarse en sus decisiones puntuales, el proyecto que lo guiaba era noble: sumar a la República el apoyo de las derechas españolas. No quería verse a sí mismo como el ala derecha de los republicanos, sino como su centro. Sin duda, al asumir la Presidencia se incapacitó para hacer la política partidista que le hubiese permitido crear un partido capaz de realizar su sueño. Para la estabilidad de la República española fue un mal negocio la presidencia de don Niceto.

Es esta una de las biografías -todas memorias tienen mucho de biografías- más tristes que he leído, porque todo se transparenta y se anuncia en ellas. Todo cuanto vendrá está llamando a la puerta. Es especialmente doloroso comprobar la continua fragmentación del mapa político. La Restauración se hundió sin que hubiera tiempo para que el liberalismo transitara ordenadamente hacia el socialismo liberal (a la británica) y sin que el conservadurismo liberal consiguiera hacerse con un líder capaz de emular a Cánovas. Pudieron haberlo sido Maura, e incluso Cambó, pero faltó alguien que hiciera de Sagasta y, en un país tan cainita como el nuestro, las dinámicas centrífugas pudieron más que las centrípetas.

Hay tantos errores, tantas meteduras de pata, tanta improvisación, tanto ideal hiperbólico ocultando lo posible -"en política lo imposible es inmoral", decía Cánovas- que convendría no olvidar nuestra enorme capacidad para hacernos daño a nosotros mismos. Esta, de hecho, debiera ser nuestra primera preocupación cuando hablamos de la memoria histórica porque lo más probable es que todos nosotros tengamos a nuestros abuelos repartidos entre los dos bandos de la guerra civil.


martes, 5 de enero de 2021

Invitaciones indescifrables

A veces recibo invitaciones para participar en eventos -especialmente congresos filosóficos- con títulos tan estrambóticos que me resulta imposible entender su significado. La experienia me dice que, en estos casos, hay que decir sí o no, y, si se dice que sí, disponerse a hablar de lo que apetezca; pero nunca, nunca, debe uno pedir que le aclaren lo que se espera de él, porque, como tampoco lo saben los organizadores, se vengan de tu impertinencia aclarándotelo.
 
Imagine usted que recibe una invitación para asistir a un congreso internacional organizado por la facultad de filosofía de la universidad X con el título de la "La dispersión antrópica de la generalización hermenéutica de lo neutro". Si pides aclaraciones corres el riesgo de que te digan que, dada tu línea de investigación, hables sobre la "antítesis de los movimientos procedimentales de sentido y la concatenación fragmentaria de la resemantización".  ¡Y después dicen que los escolásticos son difíciles!

A pesar de todo, a veces asisto a congresos en los que el objetivo está claro y no se dice ninguna tontería y salimos todos tan satisfechos ante la espectacularidad de que dos más dos sigan siendo cuatro, sin notas ignaras a pie de página.

lunes, 4 de enero de 2021

Resumen del año

Ha sido este un año complejo. A las incomodidades, temores y perplejidades del coronavirus he de añadir una sucesión muy molesta de achaques personales. Pero, haciendo el recuento, no ha sido un mal año.

He publicado dos libros:  La escuela no es un parque de atracciones y Mi familia es bestial.

He escrito los prólogos a las siguientes obras: Eduardo De Filippo, Les veus interiors; Roger Scruton, Breve historia de la filosofía y Platón, La defensa de Sòcrates.

En las próximas semanas saldrán dos libros más con prólogos míos de los que les informaré en su momento.

He terminado un libro sobre el Siglo de oro que saldrá en primavera.

Ha aparecido la segunda edición de ¿Matar a Sócrates? y pronto aparecerá la de La escuela no es un parque de atracciones.

He dado una gran cantidad de conferencias tanto por España como por Hispanoamérica (México, Colombia, Venezuela, República Dominicana, Perú, Chile, Argentina).

He hecho incluso mis pinitos en el teatro con L’esperança cega, monólogo dirigido por Glòria Balanyà y representado por Pepo Blasco en el TNC del 1-10-2020 al 25-10-2020.

Y el Gobierno de Navarra me ha dado una medalla que el coronavirus me ha impedido (por ahora) recoger, la Medalla de Carlos III el Noble. 

El saldo, por lo tanto, muy a mi favor y por ello me siento agradecido.

domingo, 3 de enero de 2021

πάθει μάθος

I

Se suele decir que en las tragedias de Sófocles se pone de manifiesto el πάθει μάθος (páthei máthos), o sea, que el sufriendo es una fuente inevitable de aprendizaje. Estoy en condiciones de asegurar que es cierto. Con este cólico nefrítico, que parece que ya va remitiendo, rindiéndosse a pesar de algún conato de rebeldía, he aprendido algo sumamente importante: que el Nolotil no está hecho para ser bebido.

 II

Vaya por delante que a mí me gusta la Navidad y su jaleo, pero llega un momento en que estás esperando que pasen los Reyes y vuelva la rutina cotidiana, con sus horas tranquilas y sus ritos pausados. En el ajetreo hay también un aprendizaje.

III

Estoy leyendo las memorias de don Niceto Alcalá Zamora. Creo que es uno de los testimonios más tristes de nuestra historia. Todo está en ellas como anuncio de la inevitabilidad de una guerra civil cuya memoria debiera ser la de una profunda vergüenza colectiva. La memoria adolorida debiera permitirnos aprender algo, no meramente conmemorar nuestros desastres nacionales. 

IV

Le pregunto a mi mujer si volveremos a viajar como viajábamos. Me dice que sí y yo asiento a su sí con idéntica desconfianza. 

Yo pensaba en aquel mayo en que nos fuimos a remontar andando el río Tundja, en Bulgaria. Comenzamos la aventura en la ciudad turca de Edirne y la culminamos en el santuario de Shipka. ¿Volveremos a hacer viajes como éste? No lo creo, pero nos queda la memoria literia de aquel viaje:


En esta memoria hay también un resignado πάθει μάθος.


sábado, 2 de enero de 2021

Un singular comienzo del año

 

Imagen

He comenzado el año de manera inolvidable, con un rabioso cólico nefrítico que me ha obligado a llamar a un médico de urgencias. Pero mientras daba vueltas por la casa intentando hallar una postura que me hiciera má soportable el dolor, ha amanecido, y no he podido resistirme a la tentación de la foto.

El anónimo autor del De lo sublime dejó escrito que "la naturaleza no nos ha creado a nosotros, los hombres, como un ser bajo y vil; nos ha traído a la vida y al mundo como a un enorme espectáculo, para erigirnos en espectadores de todo lo que en ella ocurre”. 

Sin el hombre, la naturaleza sería muda, sorda, ciega. Y un cólico nefrítico sería tan anodino como un agujero negro -pura física- si no hubiese alguien que lo sintiera como su dolor.

Feliz año, amigos.

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...