Si tuviera que hacer una antología de textos filosóficos españoles, creo que la comenzaría con el prólogo que Ortega escribe a este libro:
No me he leído el libro, pero sí he repasado varias veces el prólogo, cuyo contenido me reafirma en la tesis de que el mejor Ortega se encuentra donde no se lo busca. Hoy he visto que ha sido traducido y publicado este mismo año en Francia por Editions Atlantica:
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