Buscar este blog

domingo, 3 de noviembre de 2019

Ese momento...

... en que le das al icono de "enviar" y sale irremediablemente disparado el texto de tu libro para el editor es bien contradictorio. Por una parte, experimentas una agradable sensación de levedad. Ya está. Ya lo has acabado. Respira hondo, mira al horizonte. Hay más cosas en la vida que tus obsesiones. Por otra, ya se sabe que post coitum... Sé muy bien que pasaré unos días descentrado, pero asaltado de vez en cuando por un insidioso bombardeo de flashes:  Aquel capítulo quizás está mal acabado; la referencia a Y debería haberse completado con otra a X; entre el capítulo 3 y el 4 la transición no está bien lograda... y, lo peor de todo, sé que algún amigo bien intencionado cometerá la imperdonable maldad de enviarme un imporantísimo artículo que se me ha pasado por alto. ¡Dios lo confunda!  En fin, el estricto sino del neurótico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Lecciones no aprendidas

  I Como con frecuencia me cuesta decir que no, me veo obligado a asumir las consecuencias de mi pusilanimidad: vivo bajo un alud de comprom...