Quiero insistir en la importancia de la memoria, porque muchas ideas que se nos presentan como innovadoras sólo pueden pasar como tales gracias a la desmemoria pedagógica. Como esto puede parecerles una exageración, les propongo un divertimento pedagógico: un examen en competencia innovadora. Les leeré diez frases y después de cada una les diré 3 fechas. Una de ellas se corresponde con el año con que la frase fue dicha. Apúntense, si les parece bien, el número de la frase y la fecha. Después les diré las fechas correctas. ¿Estamos?
Tranquilos porque a diferencia de lo que ocurre en muchos cursillos de innovación, no acabaremos ni bailando ni pegando post-its por las paredes.
[Nota: en este caso, las respuestas correctas aparecen al final del post]
1) “Existen esquemas del pasado que hay que superar. El aprendizaje no puede ser ya una continua sujeción a datos y cifras, sino un estímulo de las capacidades creadoras del alumno”: ¿1863, 1971 o 2017?
2) “Jamás se debe decir a un niño, cuando está aprendiendo a escribir, que una letra está mal escrita. La estupidez es fruto del desaliento”: ¿1913, 1968 o 2018?
3) “La idea de que nuestras escuelas deben proporcionar a los niños cuerpos de conocimientos es absurda e inquietante”: ¿1966, 2006 o 2016?
4) “El plan de estudios de la escuela primaria debe contemplarse más en términos de actividad y experiencia que en los de adquisición de conocimientos y memorización de hechos”: ¿1931, 1981 o 2005?
5) “Si deseas ser aplaudido en una convención educativa, utiliza tópicos sentimentales sobre los sagrados derechos del niño, resaltando especialmente su derecho a conquistar la felicidad por medio de la libertad. Es probable que te ganes un aplauso extra si te lamentas de la crueldad de los exámenes y los deberes”: ¿1879, 1934 o 1976?
6) “En la educación pensamos demasiado en términos de conocimientos y muy poco en términos de sentimiento y gusto”: ¿2017, 1937 o 1998?
7) “Los alumnos del futuro deberán enfrentarse a problemas que aún no existen con tecnologías que aún no han sido diseñadas”: ¿1957, 1999 o 2014?
8) “La educación progresista ha estado mucho más preocupada por definirse a sí misma en oposición a la escuela tradicional que por crear una alternativa educativa consistente”: ¿1938, 1978 o 2018?
9) “El niño debe construir él mismo sus propios saberes”: ¿1989, 1998 o 2018?
10) “El profesor no debe adoptar el papel de experto, de figura ejemplar o de autoridad, sino el de compañero de juegos y amigo”: ¿1967, 1996 o 2000?
Sea cual sea su puntuación, lo que se pondrá de manifiesto es que ustedes no son innovadores. Si obtienen buena puntuación, es que saben que lo que no es tradición es plagio. Si es mala, como no saben lo que es viejo, difícilmente sabrán lo que es nuevo o innovador.
Otro concepto que está muy lejos de ser claro y distinto, es el de “experiencia”, a pesar que sobre él pilota todo el discurso pedagógico moderno. Es obvio que no toda experiencia es educativa. Ni siquiera toda experiencia competencial lo es, porque no toda competencia es loable. Si en la LOGSE se proclamaba como principio que el fin de la educación es desarrollar todas las potencialidades del niño, hemos de saber que una de esas potencialidades es, por ejemplo, la que los griegos llamaban “tékhne kleptiké”, cuya excelencia o areté puede estar al alcance de todos y, por eso mismo, hay que alejarla de nuestras escuelas.
Dewey descubrió en 1938 -y no sin sorpresa- que a pesar de que la experiencia pedagógica era el principio que sostenía todas sus propuestas pedagógicas, él carecía de una teoría filosófica de la experiencia que la fundamentara. Dedicó grandes esfuerzos a elaborarla, pero todo lo que nos ofreció fue su Logic, en cuyas páginas la palabra verdad sólo aparece una vez y en una nota a pie.
Les animo a vivir una experiencia inquietante: pregunten en las escuelas qué es lo que entienden por “experiencia educativa”. En la mayor parte de los casos ni se han planteado la pregunta.
La experiencia sólo puede ser educativa si está al servicio de unos fines que consideramos nobles, pero estamos viendo que los fines se han hecho confusos. Al elevar el pluralismo a principio constitucional supremo, nos impedimos ser precisos. Por eso muchas familias se preguntan por qué, si nadie tiene derecho a decirles cómo tienen que vivir, qué han de pensar, qué han de creer, a quién han de votar o qué género han de tener, por qué han de reconocerle al Estado competencia para educar a sus hijos. La educación en casa va en aumento y yo le auguro un buen futuro.
Respuestas correctas:
1) 1971. Programa de implantación de la Ley General de Educación (aprobada en 1970).
2) 1913: Cecil Grant
3) 1966: Peter Mauger.
4) 1931: Informe Spens sobre la educación primaria en Inglaterra y Gales
5) 1934: William Chandler Bagley
6) 1937: Informe Spens sobre la educación secundaria en Inglaterra y Gales
7) 1957: Joseph Devereux Colt. 24 días después del lanzamiento del Sputnik
8) 1938: Dewey, Experience and Education
9) La ley Jospin de julio de 1989
10) 1967: Informe del Consejo Central de Educación inglés, Children and their Primary Schools.
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