"Un día llegó al estudio de Whistler una nueva discípula y se puso a pintar un paisaje con magnífica púrpura y verdes estupendos.
Whistler mira el lienzo y pregunta:
- ¿Qué está usted pintando?
Ella entorna sus verdes ojos soñadores y responde:
- Pinto la Naturaleza tal y como se me presenta. ¿No es esto lo que debe hacerse, señor Whistler?
- Bien, bien -responde el maestro-. Pero no olvide -le hace observar- que la Naturaleza no se presenta nunca como usted la pinta"
Federico M. Alcázar,
"Teatro de acción y teatro de ideas",
en Espíritu Español.
El maestro, de mentalidad sin duda conservadora, tenía claro que la naturaleza es la que es y se presenta de una cierta manera. La joven, en cambio, opinaba que no hay naturaleza, cada uno "ve" las cosas como le da la gana.
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