Hace treinta años Allan Bloom se dirigió a un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Harvard con estas palabras: "Fellow elitists..". Por supuesto, lo decía en serio. Hoy si tratas a alguien de elitista, se enfada, y, sin embargo, todos -creo- queremos ser gobernados por los mejores, llevar el coche al mejor mecánico, tomar un café en la mejor cafetería, comer los mejores callos acompañados con el mejor vino que podamos permitirnos o no desperdiciar un beso besando de cualquier manera.
Bueno, esas palabras iban dirigidas a una audiencia que podía simpatizar con Bloom, pero cuando éste dio aquella conferencia lo de elitista ya estaba muy mal visto, y Bloom había sido ya criticado por elitista, por eso la empezó así, de forma un poco irónica.
ResponderEliminarSupongo que habrá leído este artículo reciente, pero, por si acaso, ahí va el enlace:
https://thepointmag.com/2017/criticism/the-closing-of-the-american-mind-allan-bloom
Por cierto, ya que hace poco mencionada a Lilla, ya me gustaría conocer la opinión de usted sobre The shipwrecked mind.
Admiro profundamente a Lilla desde que tuve la oportunidad de escucharlo en directo hace ya algunos años en Barcelona. Es un pensador riguroso, contundente, didáctico y ágil con el que es difícil polemizar en directo.
EliminarEl libro es importante porque, a mi modo de ver, está planteando una cuestión decisiva: ¿Por qué nadie parece sentirse satisfecho con la sociedad que estamos creando, especialmente en Europa? Con respecto a la "la mentalidad reaccionaria", tengo mis peros. Tengo a veces las sensación de que Lilla está, sobre todo, intentando salvar a Strauss de la apropiación neoconservadora. Pero eso no es importante. Lo importante es si Lilla nos ayuda a pensar el presente o no, dando por hecho que no hay vuelta atrás. Yo creo que sí.
Hace poco leí esta crítica del libro
ResponderEliminarhttps://www.newcriterion.com/issues/2016/12/the-great-debunking
pero sus comentarios me animan a comprármelo. Muchas gracias
Después de responderle he salido a pasear y me he dado cuenta de que le había dado una respuesta apresurada. El libro trata de la figura del intelectual, que es, en definitiva, el tema estraussiano, y de nuestra extrañeza ante la figura del intelectual reaccionario.
EliminarCon el tiempo me va pareciendo cada vez más que, de Strauss, más que sus opiniones, lo que más interesante me resulta es intentar aprender un poco a leer tan cuidadosa y hábilmente como él. Y no hay trampa: uno puede estar más o menos de acuerdo con su interpretación de los clásicos, que ahí están, para decididr si la lectura de Strauss nos gusta más o menos. Y lo mismo de Voegelin.
ResponderEliminarEl problema no es el elitismo sino su manera de reproducirse, tan bien estudiada aquí en Francia por Bourdieu y que es la de España también:
ResponderEliminar"Cómo las élites se perpetúan a través de la educación."
http://www.eldiario.es/sociedad/elites-perpetuan-traves-educacion_0_444456326.html
¿La solución? El elitismo para todos.
"Cet "élitisme pour tous" défendu par Cécile Ladjali.
Enfant adoptée, issue d'un milieu modeste et affectée de troubles de l'orthographe : pour partir dans la vie, il y a mieux... Pourtant, après avoir frôlé l'échec scolaire, Cécile Ladjali a réussi l'agrégation de lettres modernes et multiplié les prouesses dans l'enseignement. Ses maîtres mots ? "Exigence", "cours magistral", "culture classique". Un discours conservateur, qu'elle a appliqué - avec succès - dans quelques établissements difficiles de la Seine-Saint-Denis. Avec elle, les élèves ont écrit des pièces jouées à Paris, publié des recueils de poèmes, adapté pour le théâtre des textes obscurs."
https://www.lexpress.fr/education/cet-elistisme-pour-tous-defendu-par-cecile-ladjali_1683151.html
Ése era también el elitismo de Bloom, un Midwest boy de Indiana que consiguió lo que consiguió con su esfuerzo y su talento. Pero ay, talento y capacidad de esforzarse no parecen estar distribuídos por igual.
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