sábado, 9 de enero de 2016

Su dominio eran las nubes

Artículo del diario ARA del 01/02/2016

La educación es básicamente un tropismo de la atención. Por eso la educación de la atención es más fundamental que el adiestramiento competencial, que al fin y al cabo es una domesticación tecnológica (puesto que concibe al hombre de manera instrumental). Educar la atención equivale básicamente a educar la mirada y la escucha atenta. Centrémonos hoy en la mirada. Saber mirar es saber encontrar en las cosas todo lo que hay, pero, como decía Balmes, no más de lo que hay.

Mi amiga B., que conoce mi interés por estas cuestiones, me ha regalado esta Navidad un libro que no olvidaré fácilmente, Le météorologue, de Olivier Rolin. Trata de la pasión y muerte de Alexei Feodosiévitx, uno de los primeros meteorólogos de la URSS, y comienza así: "Su dominio eran las nubes". Estaba convencido de que el socialismo también se edificaba el cielo. Fue detenido en enero de 1934, acusado absurdamente de sabotear el desarrollo de la agricultura socialista, por haberla privada de los medios de previsión de las sequías. Lo condenaron al gulag de las Islas Solovetsky, en el mar Blanco, y allí, cada vez que miraba al cielo abierto, sufría ataques de angustia. Políticamente no era ningún héroe. Era un hombre normal, aunque, como padre, lo que hizo me parece que bien merece el calificativo de heroico.

Tenía una hija, Eleonora -llamada así en honor de la hija de Marx-, a la que enviaba los dibujos de las plantas que encontraba en el gulag con la intención de enseñarle los rudimentos de la aritmética y de la geometría. Los lóbulos de las hojas representaban los números elementales, su forma la simetría y la disimetría, etc. El centenar de cartas que le escribió conforman un precioso esbozo de una didáctica de la mirada matemática. "Cada parterre -le dice en una ocasión- contiene algún elemento para la edificación del observador". Mientras su esposa, Bárbara, le hacía creer a la niña que su padre estaba haciendo un largo viaje de exploración, él encontraba tiempo cada día para desplegar ante la mirada de una niña la geometría implícita en cada planta, como si intentara preservar su fe en el orden del mundo. Hasta 1956, año de su rehabilitación post mortem, Bárbara esperó su regreso, pero había sido fusilado en 1937. Poco antes de morir, Eleonora confesó que la regla de su vida había sido siempre juzgarse a sí misma a través de los ojos de su padre.

5 comentarios:

  1. Educar la atención equivale básicamente a educar la mirada y la escucha atenta. Centrémonos hoy en la mirada. Saber mirar es saber encontrar en las cosas todo lo que hay, pero, como decía Balmes, no más de lo que hay.

    Lo de la escucha atenta es algo que saben hace tiempo los judíos. Shemá Israel (Escucha Israel), así comienza su principal plegaria. Tal vez por eso sean un pueblo tan sabio...

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  2. Yo resaltaría su educación en la lectura lenta y comprensiva.

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  3. “Se cree que el lenguaje se adquiere hasta los cinco años, pero nuestra investigación ha demostrado que la adolescencia es una etapa clave para asentar estructuras gramaticales complejas...
    Quien no domine el lenguaje estará limitado y no será capaz de transformarse y cumplir con las exigencias del mercado".

    Paola Uccelli, investigadora de Harvard

    http://economia.elpais.com/economia/2016/01/11/actualidad/1452504086_366478.html

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  4. El artículo es muy interesante. Efectivamente, sin educación de la prosodia, no hay educación de la lectura.

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  5. Cada día milito un poco más en un sano escepticismo, con cierta dosis de melancolía, respecto al optimismo tecnoutópico.
    De lectura recomendada:

    "El libro de papel tiene su propio design, concebido no únicamente para comunicar informaciones, sino también para proteger la atención. La materialidad, la linealidad del libro de papel influyen, no solamente en la lectura en profundidad, sino también en la forma en que los libros son concebidos y elaborados por sus autores para ayudar al lector a seguirlos en un trayecto apasionante y difícil.
    El contexto escolar es fundamental para la lectura, porque es el marco dentro del cual se aprende a leer. Me refiero a la lectura en profundidad, al ejercicio consistente en enfrentarse a un texto largo y complejo sin perder el hilo, comprendiendo lo que se lee y logrando, en última instancia, reproducirlo. La lectura en profundidad no surge de forma natural: hay que aprender a practicarla, y una vez aprendida, hay que protegerla.

    Roberto Casati, Elogio del papel

    http://www.planetadelibros.com/elogio-del-papel-libro-180520.html

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