Los tantos por ciento a qué se refieren? A mujeres maltratadas del total de mujeres? Entre que edades?
O bien son el tanto por ciento de hombres maltratadores del total de hombres?, entre que edades?
O son el tanto por ciento del total de maltratos, incluidos los que no son por causa machista, por ejemplo, los maltratos a la infancia o a los ancianos?
Em pregunto si està relacionat amb el consum de alcohol. Si no, encara és més preocupant que la Europa culta, la que ens mana i que ens vol donar exemple i lliçons sigui la capdavantera d'aquesta estadística. També fa que pensar que en els països catòlics els índex siguin dels més baixos... Al igual que també tira per terra el clixé de la preeminència del masclisme llatí...
En la Europa del norte e Inglaterra, la causa es el alcohol. En Francia, también, además de la situación socioeconómica de los habitantes de los más de 2.000 guetos que se han creado en este país en los últimos 30 años.
Le adelanto la respuesta "políticamente correcta" a estos datos estadísticos: si los cultos, igualitarios y no católicos países nórdicos resultan tener un porcentaje de "violencia de género" mucho más alto que los incultos, machistas y (¡horror de horrores!) católicos países del sur, ello se debe a que las mujeres de esos paraísos igualitarios están mucho más informadas y disponen de todo tipo de recursos para denunciar cualquier manifestación de esa opresora violencia estructural contra las mujeres, en tanto que en los atrasados países del sur las pobres mujeres no disponen ni de los recursos ni de la emancipación necesaria para denunciar. Quienes utilizan este argumento, naturalmente, tacharán al punto de machista a quien se atreva a insinuar que exactamente la misma explicación permite entender por qué es ínfimo el número de hombres que ponen denuncias por malos tratos contra sus parejas. Por otra parte, cualquier referencia a que fenómenos como el consumo de alcohol o las enfermedades mentales puedan estar relacionadas con la "violencia de género" sólo puede ser considerada como un grave ataque a la verdad única: la única razón por la que los hombres agreden a las mujeres es la violencia estructural del patriarcado. Amén.
En nombre del racismo se pueden decir chorradas, pero me cuesta entender a la gente que se preocupa más por las chorradas que se dicen en nombre del racismo que por el mismo racismo. Con el feminismo pasa - y me pasa - lo mismo.
No entiendo la ironía que aprecio en su comentario: es evidente que si las mujeres asumen como normal una actitud socialmente aceptada no la denuncien aunque pueda ser ilegal, y que lo hagan allí donde además de ilegal no es aceptada.
El alcohol puede, sin duda, ser concurrente necesario en algunas agresiones, pero resulta difícil responsabilizar al alcohol de la elección de la víctima.
Y por supuesto que la explicación del ínfimo número de hombres que denuncian las agresiones de sus mujeres es la misma: el machismo (de una sociedad que considera un hombre agredido por su mujer "tan poco hombre".)
Por mi parte, aventuro una explicación que complementa la que ud. presenta irónicamente y yo hago mía sin ironías. Una explicación a por qué en algunos paises menos desarrollados hay menos agresiones machistas: no se da poder económico del hombre sobre la mujer
Yo añadiría unas estadísticas más. Por un lado número de asesinatos/homicidio/etc a manos de hombres y el cometido por mujeres, sin importar el sexo de la víctima. Y por otro lado, número de suicidios de hombres y los de mujeres.
El problema no es la psicología del hombre/patriarcado sino su cerebro (valgame aquí sí la neurociencia don gregorio), que es distinto al de la mujer; no es una diferencia, sino cuestión de testosterona.
Eso sí, las diferencias culturales norte/sur son también sorprendentes en Europa
Si hemos de aceptar que el “machismo” o el “patriarcado” es el culpable tanto de que las mujeres sufran en silencio como de que lo hagan los hombres, ¿no será que estamos utilizando unas hipótesis imposibles de falsar? Pero, por si las hipótesis previas no fueran ya de por sí bastante elásticas, cuando por fin se presentan datos para confirmar esas hipótesis, resulta que tales datos se han seleccionado aplicando implacablemente la mecánica de la “petitio principii”: silenciando cualquier cosa que pudiera ir en contra de la hipótesis previamente declarada correcta,.
En España, por ejemplo, la gravedad de la "violencia de género" se evalúa haciendo encuestas (oficiales) a mujeres, y sólo a mujeres, y exclusivamente sobre aquellos casos en los que ellas se autodefinen como víctimas; con semejante selección de datos, el único resultado posible de tales encuestas es que sólo las mujeres son víctimas y sólo los hombres son agresores:
Pero, ¿qué sucede cuando las encuestas se hacen por igual a hombres y a mujeres? ¿Y si además se les pregunta no sólo por las agresiones que sufren, sino por las que admiten haber cometido (para ver si cuadran los datos)? ¿Y qué sucede cuando en vez de encuestas aleatorias se va haciendo un seguimiento durante años a una muestra representativa?
El llamado "Dunedin Multidisciplinary Health and Development Study" consiste en un seguimiento exhaustivo que se lleva realizando durante varias décadas a un millar de personas de la misma cohorte de edad (todas ellas nacidas entre abril del 1972 y marzo de 1973 en la ciudad de Dunedin Nueva Zelanda). En la primera fase, entre 1975 y 1996, el seguimiento se realizó con una periodicidad de dos o tres años. Entre las variables controladas había no sólo items de salud física (cardiovascular, dental, pulmonar…), sino también de salud mental y de "psychosocial functioning". Dentro de esto último, se incluían preguntas sobre las agresiones de pareja: tanto las que el sujeto (hombre o mujer) consideraba haber recibido como las que admitía haber realizado. El resultado fue el siguiente: un 27% de las mujeres y un 34% de los hombres consideraban haber sido víctima de abusos, en tanto que un 37% de las mujeres y un 22% de los hombres reconocía haber agredido a su pareja. Pueden consultarse los datos aquí:
Estos resultados, frente a lo que pudiera creer quien sólo conozca esta cuestión por los medios españoles, no tiene nada de inesperado: hay decenas de estadísticas oficiales (de países como Estados Unidos o Canadá, que se toman la molestia de registrar la “partner violence” de ambos sexos, y no sólo de uno) y miles de encuestas y estudios académicos que revelan que las mujeres no son intrínsecamente más pacíficas que los varones, al menos en las relaciones de pareja. Joaquín Leguina, que, como estadístico profesional, estaba al tanto de estos datos, escribió un artículo en ‘El País’ (el 4 de octubre del 2004) que le costó todo tipo de insultos:
En mi opinión el gráfico lo que demuestra es que: a más igualdad más violencia de genero.
Pero esta máxima se puede ampliar: cuanta más igualdad en lo cultural/político, más se generan/evidencian las desigualdades naturales.
Recuerdo que en este blog se habló del coreano de moda, Han. (La agonía de eros). Sobre esa igualdad narcisista que genera más estratificación social, las castas: las elites ya no son heroicas.
Los tantos por ciento a qué se refieren? A mujeres maltratadas del total de mujeres? Entre que edades?
ResponderEliminarO bien son el tanto por ciento de hombres maltratadores del total de hombres?, entre que edades?
O son el tanto por ciento del total de maltratos, incluidos los que no son por causa machista, por ejemplo, los maltratos a la infancia o a los ancianos?
Es importante saberlo.
Gracias.
Perdón, no había visto que habla de víctimas a partir de los 15 años.
ResponderEliminarPido disculpas.
Em pregunto si està relacionat amb el consum de alcohol. Si no, encara és més preocupant que la Europa culta, la que ens mana i que ens vol donar exemple i lliçons sigui la capdavantera d'aquesta estadística. També fa que pensar que en els països catòlics els índex siguin dels més baixos... Al igual que també tira per terra el clixé de la preeminència del masclisme llatí...
ResponderEliminarBelart, nos han llamado la atención las mismas cosas.
EliminarEn la Europa del norte e Inglaterra, la causa es el alcohol. En Francia, también, además de la situación socioeconómica de los habitantes de los más de 2.000 guetos que se han creado en este país en los últimos 30 años.
ResponderEliminarLe adelanto la respuesta "políticamente correcta" a estos datos estadísticos: si los cultos, igualitarios y no católicos países nórdicos resultan tener un porcentaje de "violencia de género" mucho más alto que los incultos, machistas y (¡horror de horrores!) católicos países del sur, ello se debe a que las mujeres de esos paraísos igualitarios están mucho más informadas y disponen de todo tipo de recursos para denunciar cualquier manifestación de esa opresora violencia estructural contra las mujeres, en tanto que en los atrasados países del sur las pobres mujeres no disponen ni de los recursos ni de la emancipación necesaria para denunciar. Quienes utilizan este argumento, naturalmente, tacharán al punto de machista a quien se atreva a insinuar que exactamente la misma explicación permite entender por qué es ínfimo el número de hombres que ponen denuncias por malos tratos contra sus parejas. Por otra parte, cualquier referencia a que fenómenos como el consumo de alcohol o las enfermedades mentales puedan estar relacionadas con la "violencia de género" sólo puede ser considerada como un grave ataque a la verdad única: la única razón por la que los hombres agreden a las mujeres es la violencia estructural del patriarcado. Amén.
ResponderEliminar(Athini Glaucopis)
En nombre del racismo se pueden decir chorradas, pero me cuesta entender a la gente que se preocupa más por las chorradas que se dicen en nombre del racismo que por el mismo racismo. Con el feminismo pasa - y me pasa - lo mismo.
EliminarNo entiendo la ironía que aprecio en su comentario: es evidente que si las mujeres asumen como normal una actitud socialmente aceptada no la denuncien aunque pueda ser ilegal, y que lo hagan allí donde además de ilegal no es aceptada.
El alcohol puede, sin duda, ser concurrente necesario en algunas agresiones, pero resulta difícil responsabilizar al alcohol de la elección de la víctima.
Y por supuesto que la explicación del ínfimo número de hombres que denuncian las agresiones de sus mujeres es la misma: el machismo (de una sociedad que considera un hombre agredido por su mujer "tan poco hombre".)
Por mi parte, aventuro una explicación que complementa la que ud. presenta irónicamente y yo hago mía sin ironías. Una explicación a por qué en algunos paises menos desarrollados hay menos agresiones machistas: no se da poder económico del hombre sobre la mujer
Yo añadiría unas estadísticas más. Por un lado número de asesinatos/homicidio/etc a manos de hombres y el cometido por mujeres, sin importar el sexo de la víctima. Y por otro lado, número de suicidios de hombres y los de mujeres.
ResponderEliminarEl problema no es la psicología del hombre/patriarcado sino su cerebro (valgame aquí sí la neurociencia don gregorio), que es distinto al de la mujer; no es una diferencia, sino cuestión de testosterona.
Eso sí, las diferencias culturales norte/sur son también sorprendentes en Europa
Hombre desencajado
Si hemos de aceptar que el “machismo” o el “patriarcado” es el culpable tanto de que las mujeres sufran en silencio como de que lo hagan los hombres, ¿no será que estamos utilizando unas hipótesis imposibles de falsar? Pero, por si las hipótesis previas no fueran ya de por sí bastante elásticas, cuando por fin se presentan datos para confirmar esas hipótesis, resulta que tales datos se han seleccionado aplicando implacablemente la mecánica de la “petitio principii”: silenciando cualquier cosa que pudiera ir en contra de la hipótesis previamente declarada correcta,.
ResponderEliminarEn España, por ejemplo, la gravedad de la "violencia de género" se evalúa haciendo encuestas (oficiales) a mujeres, y sólo a mujeres, y exclusivamente sobre aquellos casos en los que ellas se autodefinen como víctimas; con semejante selección de datos, el único resultado posible de tales encuestas es que sólo las mujeres son víctimas y sólo los hombres son agresores:
http://www.violenciagenero.msssi.gob.es/violenciaEnCifras/macroencuesta2015/home.htm
Pero, ¿qué sucede cuando las encuestas se hacen por igual a hombres y a mujeres? ¿Y si además se les pregunta no sólo por las agresiones que sufren, sino por las que admiten haber cometido (para ver si cuadran los datos)? ¿Y qué sucede cuando en vez de encuestas aleatorias se va haciendo un seguimiento durante años a una muestra representativa?
El llamado "Dunedin Multidisciplinary Health and Development Study" consiste en un seguimiento exhaustivo que se lleva realizando durante varias décadas a un millar de personas de la misma cohorte de edad (todas ellas nacidas entre abril del 1972 y marzo de 1973 en la ciudad de Dunedin Nueva Zelanda). En la primera fase, entre 1975 y 1996, el seguimiento se realizó con una periodicidad de dos o tres años. Entre las variables controladas había no sólo items de salud física (cardiovascular, dental, pulmonar…), sino también de salud mental y de "psychosocial functioning". Dentro de esto último, se incluían preguntas sobre las agresiones de pareja: tanto las que el sujeto (hombre o mujer) consideraba haber recibido como las que admitía haber realizado. El resultado fue el siguiente: un 27% de las mujeres y un 34% de los hombres consideraban haber sido víctima de abusos, en tanto que un 37% de las mujeres y un 22% de los hombres reconocía haber agredido a su pareja. Pueden consultarse los datos aquí:
http://departments.bloomu.edu/crimjust/pages/articles/Dunedin_Viol.pdf
Estos resultados, frente a lo que pudiera creer quien sólo conozca esta cuestión por los medios españoles, no tiene nada de inesperado: hay decenas de estadísticas oficiales (de países como Estados Unidos o Canadá, que se toman la molestia de registrar la “partner violence” de ambos sexos, y no sólo de uno) y miles de encuestas y estudios académicos que revelan que las mujeres no son intrínsecamente más pacíficas que los varones, al menos en las relaciones de pareja. Joaquín Leguina, que, como estadístico profesional, estaba al tanto de estos datos, escribió un artículo en ‘El País’ (el 4 de octubre del 2004) que le costó todo tipo de insultos:
http://elpais.com/diario/2004/09/04/opinion/1094248806_850215.html
En cualquier caso, quien quiera revisar por sí mismo esos estudios, dispone de una amplia recopilación en la siguiente página electrónica:
http://www.escorrecto.org
(Athini Glaucopis athini_glaucopis@hotmail.com)
Otros datos, el 93% de los accidentes laborales son de hombres, el 85% de los sin techo, ....
ResponderEliminarrobertocolom.blogspot.com.es/2013/10/violencia-domestica-cual-es-su-genero.html?m=1
En mi opinión el gráfico lo que demuestra es que: a más igualdad más violencia de genero.
Pero esta máxima se puede ampliar: cuanta más igualdad en lo cultural/político, más se generan/evidencian las desigualdades naturales.
Recuerdo que en este blog se habló del coreano de moda, Han. (La agonía de eros). Sobre esa igualdad narcisista que genera más estratificación social, las castas: las elites ya no son heroicas.
https://pacotraver.wordpress.com/2015/12/13/hacia-el-apartheid-social/
https://pacotraver.wordpress.com/2016/01/09/la-impermeabilidad-social-algunas-consecuencias/
Unfixed