Es interesante constatar que los hijos de profesionales en Navarra obtienen mejores resultados que los hijos de profesionales en otros lugares, por ejemplo en Cataluña (que es donde vivo) y que los hijos de trabajadores de ocupaciones básicas en Navarra obtienen mejores resultados que los hijos de directivos en Extremadura o Murcia. Debe haber alguna explicación convincente para esto.
Este gráfico parece que indica que lo realmente importante no es la ocupación de los padres, sino de la madre, pero normalmente la gente se casa con personas de su mismo grupo social y, por lo tanto, es de esperar que las titulaciones de las madres se correspondan con las de los padres. Pero en Andalucía la relación parece romperse.
De los dos gráficos primeros parece deducirse que lo único importante en el resultado de los alumnos es el nivel de los padres, pero aquí nos encontramos con datos que nos obligan a matizar mucho. El caso de Navarra merece ser pensado en serio. Pero quizás la respuesta pueda encontrarse en el siguiente gráfico.
Parece ser que lo más determinante en los resultados globales es el rendimiento de los niños de familias en ocupaciones básicas. Pero no es lo único determinante.
Todas las comunidades autónomas tienen y han tenido las mismas leyes educativas. A algunas les ha ido muy bien con ellas y a otras muy mal. Esto pudiera querer indicar que nos tenemos que tomar las leyes con una cierta ironía. Lo que influye es otra cosa. ¿El qué? Yo llevo intuyendo desde hace bastante tiempo que en lo que debemos fijarnos es en los valores asociados al esfuerzo. El año pasado recibí la invitación del partido político que gobierna La Rioja para hablar de valores. Lo que les vine a decir es que se olvidaran de los valores y tomaran clara conciencia de la importancia de los valores que ya tienen, es decir, de sus valores. Tanto en La Rioja como en Navarra y en partes de Aragón, el peor insulto que puedes dirigir a alguien es el de falso. Algo falso, ya lo sabemos, es algo que no es genuino. Pero en estos lugares el hombre falso es el flojo, el haragán. Me gustaría saber cuál es la distribución de resultados en función de la consideración social del haragán.
Es hora de asmumir que la escuela solo ensenya algunas cosas ? Aprendemos en familia, en sociedad y en nuestras decisiones y renuncias ademàs de en la escuela...
ResponderEliminarCreo que la enseñanza es la contraria; salvo el caso de Castilla y León (interesante el caso), la escuela está reproduciendo las desigualdades sociales, es decir, la escuela no está dando respuesta a las necesidades de los niños/as, en ningún caso responsables de la realidad que les toca vivir. Si Castilla y León está consiguiéndolo (los casos en Europa y sobre todo EE.UU. son mucho más claros) que no se consiga en cada escuela, en cada Comunidad, en cada sistema educativo supone un fracaso de la Educación que se les ofrece a los más jóvenes.
EliminarLos problemas en matemáticas de los hijos de los directivos murcianos resultan bastante comprensibles, teniendo en cuenta lo mucho que les cuesta a sus padres calcular el IVA. Curioso que donde la cultura del dinero negro está más afianzada, se vean estos resultados.
ResponderEliminarSe me ocurre que a lo mejor la clave podría estar en el grado de rigor (o de integrismo) con que se aplica el constructivismo. En Andalucía me parece que van "a calzón quitado" con él, sobre todo este curso. Igual Soria tiene mucho que decir sobre esto pues en mi ignorancia me imagino que en esa provincia lo deben de interpretar de un modo más "relajado".
ResponderEliminarTremendamente interesante este artículo gracias Luri.
ResponderEliminarNo te equivoques, Gregorio. Lo básico es el sistema, las variaciones se deben a los moduladores, es decir, el sustrato donde se aplica esa ley. Cuando comparas regiones con distintos moduladores e igual ley, destaca la influencia de los moduladores. Pero si comparas un mismo territorio (similares moduladores, ya que se tiene que hacer en tiempos distintos) con dos leyes distintas, lo que tienes es la influencia del sistema. La ventaja es que el sistema se puede cambiar, experimentar, mejorar, lo que quieras, en poco tiempo; mientras que los moduladores no.
ResponderEliminarJosé Manuel, ya sabes mi gran respeto por tus palabras. Pero estos resultados me parece a mi que deben ser pensados despacio, especialmente por lo que hace referencia a la incidencia y, por lo tanto, a la formación de los docentes (este post ha surgido de los datos que he encontrado mientras escribía un artículo para El periódico de Cataluña sobre las propuestas de Marina). Hemos convertido en un dogma de fe la tesis de que el factor clave del sistema educativo es el docente. ¿Es realmente así? En Cataluña nos encontramos con que en algunas comarcas el 80% de los alumnos supera satisfactoriamente la ESO en junio. Hay varias en las que el porcentaje no llega al 60% y una que llega justo al 50%. MI pregunta es: ¿Por qué nos interesa más aprobar leyes generales que incidir selectivamente en lo que no funcional?
EliminarOtra cosa: efectivamente, si comparas un mismo territorio con dos leyes distintas, te encuentras con la influencia del sistema. Pero ¿pueden las leyes alterar la relación entre los mejores y los peores territorios?
EliminarSobre lo primero: el que el factor clave del sistema educativo sea el docente es otro mito, sin excesiva base, pero que suena muy bien. Poniéndome la venda antes de la herida, es evidente que nada se puede hacer con un profesorado sin calidad, que es un factor importante, pero no es la piedra angular. Una de las cosas que le reprocho a Marina es haber empezado por los docentes, que hasta ahora era lo más sólido del sistema educativo (aunque lo que va entrando, especialmente en Primaria, es cada vez peor), en vez hacer un diagnóstico serio que localice los problemas y de establecer mecanismos de corrección. Tu pregunta no tiene una respuesta fácil, si es que la tiene: evidentemente, aprobar una ley tras otra basada en ideología en vez de en evidencias no lleva a ningún sitio. No establecer sistemas de corrección, mecanismos de innovación basados en evidencias... pues probablemente no nos lleven a nada. Hacer una ley como la Lomce, en la que se trasladan soluciones foráneas (y sin demasiada base empírica) para problemas genéricos (algunos de los cuales ni siquiera tenemos), pues evidentemente no va a funcionar (en ese sentido, la LOE estaba más pegada a los problemas reales, aunque diera soluciones muy parciales y sólo a unos pocos problemas).
EliminarSi sabemos que el sistema educativo discrimina a los alumnos de familias con menos recursos culturales, en territorios con una mayor proporción de alumnos de familias con menos recursos culturales tendrán una sobreproporción de fracaso. Si no alteran el mecanismo discriminatorio, si no lo entienden o, como suele pasar, ni sospechan que exista, ¿cómo vas a arreglar nada? A lo mejor una ley general se lo puede cargar por casualidad (una ley basada en principios razonables lo haría), pero poco más. Yo no me sé los datos que ofreces sobre las comarcas, pero habría que ver el grado de relación entre los factores socioculturales y los resultados: un sociólogo te pondría en valor esa relación, y se quedaría ahí (muchos llevan haciendo eso décadas), pero cuando los problemas se crean en la escuela, como es el caso, pues a lo mejor tiene poco que decir para arreglarlos (o lo mismo te cuenta eso de la pervivencia de las tasas de analfabetismo y otras zarandajas). Y si se lo das a uno de la nueva hornada, que investigan la educación sin conocer ni lo más básico de ésta, te copia un paper sobre Wisconsin que aquí funciona más o menos, y se permite el lujo de hacer recomendaciones para nuestro sistema cuando esas recomendaciones ni siquiera han funcionado en Wisconsin, pues apaga y vámonos. Estoy de acuerdo contigo en que hay que identificar lo que funciona para conservarlo e imitarlo (de hecho, en mi primera conferencia sobre educación, hace lustros, ya desarrollaba esa idea), y que antes de equivocarnos en masa con las ideas felices de cualquier político convendría hacer pruebas a pequeña escala y validarlas.
En fin, que esto tiene mucho que hablar y discutir, y creo que ya me he extendido bastante y pisado unos pocos callos. Pero que estoy de acuerdo en que el sustrato importa, pero que los buenos sistemas tienden a reducir su influencia, mientras que los malos la magnifican.
Contestando a tu segunda pregunta, pues sí: los sistemas compensadores reducen la distancia entre las regiones (la LGE de 1970 lo hizo, y mucho), mientras que los sistemas biempensantes tienen el efecto no deseado de hacer aflorar el sustrato y, por tanto, aumentar las diferencias. España es un caso paradigmático, pero hay más. Hong Kong es el que más me gusta.
Gracias, amigo, por este amplio comentario. Quizás lo más urgente que tenemos que hacer es ir mostrando los problemas para los que (¿aún?) no tenemos respuestas, para estar prevenidos contra los vendedores que intentan ocultar su quincallería pedagógica con la etiqueta de "fórmula milagrosa".
EliminarLa respuesta es la renta per capita o el PIB per capita. No es una cuestión de actitud, es de dinero.
ResponderEliminarPedro, le he estado dando muchas vueltas "al dinero" desde hace tiempo. He seguido de cerca los estudios que se han hecho en California y en Europa sobre los resultados de los hijos de emigrantes de diferentes culturas. Jaap Fronkers -que es un sociólogo de la educación socialdemócrata- me hizo ver que los diferentes resultados de alumnos en situaciones sociales semejantes sólo se podían explicar haciendo intervenir los valores que cada cultura asociaba al valor del conocimiento y del esfuerzo. Por otra parte, ¿cómo explica el PIB la diferencia de resultados de los hijos de padres de profesiones cualificadas en, por ejemplo, Cataluña, Asturias y Aragón?
EliminarYa he hecho varios comentarios sobre este asunto en el blog y respondiendo a muchos de los artículos de Marina y sus empeños. Es el contexto socio-económico pero también el cultural, referido a ciertos valores heredados históricamente. Madrid sería un ejemplo de lo primero. Pero es insatisfactorio al ver los resultados de Baleares o Cataluña y compararlos con C-León, de ahí el hecho cultural. Andalucía o Extremadura se lo llevan todo.
ResponderEliminarLa cuestión es cómo afrontarlo, porque viene de casa, del territorio, se vive en casa. ¿Qué hace la escuela? Esta cuestión se ha esquivado y se da la solución de igualar por debajo, perjudicando sobre todo a estos. Y ahora viene Marina, tela, y nos dice que cambiando el profesorado se va a solucionar todo y desprecia totalmente el contexto. Difícil una respuesta.
El domingo que viene publico en El periódico de Cataluña un artículo titulado "Los docentes y las tribus" que comienza así: "¿Es la formación de los docentes nuestro principal problema educativo? La respuesta es un rotundo no."
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