Imaginemos que reúno en un conjunto -llamémosle C- todas y cada una de las cosas que tienen nombre. ¿No estoy inmediatamente dando nombre a lo que queda fuera de ese conjunto, puesto que lo innominado es no-C? Llevo un buen rato con esta paradoja. Pensé en ella por primera vez el domingo, mientras hacía un puré de calabacín (aceite, ajo, cebolla, calabacín, agua hirviendo y... una porción de quesito por calabacín, etc). Después me olvidé de ella pero hoy, acabando con los restos del puré, he visto el plato como el conjunto C. Y aquí me tienen, matando moscas con el rabo.
no sabia don Gregorio que el puré tenia culos, habla usted de los rectos del puré, quizás sea eso de la cocina creativa ferranadrianesca. El demonio de las palabras nunca descansa.
ResponderEliminarA mí me ocurre con el orden doméstico. Es necesaria una habitación para colocar todos los elementos que no corresponden a ninguna otra. Es lo que llamamos trastero.
ResponderEliminarExpresar el no-ser es como tratar de iluminar la oscuridad; tan pronto se derrama la luz sobre ella, desaparece.
ResponderEliminarNo-C se mueve en el elemento de C, que diría Hegel. Es, aunque sea parasitariamente.
El hombre es el rey Midas del ser (más que el pastor).
De hecho el no-ser que es-de-alguna-manera es una d ellas cuestiones centrales del Sofista de Platón. Toda delimitación de lo que es supone un previo infinito (algo sin límites) (Descartes). Pues con todo esto me he estado entreteniendo.
EliminarAunque no soy experto en lógica, aventuro una respuesta: no. Para empezar, no es por definición que una propiedad define un conjunto, es decir: no toda propiedad lo hace. Un conjunto es una colección (en principio arbitraria) de elementos. Afirmar que toda propiedad define un conjunto lleva a la paradoja de Russell, por la cual el conjunto de los conjuntos que no son elementos de ellos mismos es y a la vez no es elemento de sí mismo.
ResponderEliminarEs decir, que ud. define el conjunto de las cosas que tienen nombre, y determina como sus elementos las cosasa que tienen nombre. Fuera de dicho conjunto quedarán las cosas que no lo tienen, y si quiere ud. puede hacerse otro conjunto, el de las cosas que no tienen nombre, y puede ud. llamarlo no-C. Por lo que, dicho conjunto y no sus elementos, pasaria a ser un elemento del conjunto de las cosas que tienen nombre. Para que los elementos de dicho conjunto fuesen eleementos del conjunto de las cosas que tienen nombre deberia ud. dárselo, però entonces abandonarian un conjunto para pertenecer al otro... y no hay paradoja (si he razonado bien)
La cuestión se me plantea -dejo claro que no pretendo otra cosa que jugar con ella- a partir de la lectura del libro de Loren Graham y Jean-Michel Cantor, "El nombre del infinito", que habla de "los adoradores del nombre" y su repercusión entre los matemáticos rusos de principios del siglo XX. La pregunta que plantean los autores es la de si existen realidades matemáticas que no estén bien definidas y, por lo tanto (aunque aquí hay un non sequitur) si todo lo que en matemáticas está bien definido tiene realidad. La pregunta que yo me hacía es si la definición de lo no definido no es precisamente su indefinición.
EliminarY, sí, creo que usted ha razonado muy bien.
EliminarEl dogma y su herejía, ambos dentro del mismo cantón.
ResponderEliminarUna variante de mi futesa: ¿Forman los agujeros del queso gruyère parte del queso?
EliminarSi decimos que no, los podríamos eliminar y no se alteraría el queso.
Si decimos que sí, entonces, "aumentando el número de agujeros o su tamaño, aumentamos la cantidad de queso?
Cuanto más queso de gruyére hay, hay más agujeros. Y cuantos más agujeros hay, hay menos queso de gruyére. Luego, cuanto más queso de gruyére hay, hay menos queso de gruyére
EliminarAhora, según tengo entendido, tras años de batalla entre Francia y Suiza, el gruyere no tiene agujeros, sino el emmental.
Y pensar que Salvador Espríu dijo --¿o no fue él?-- que las Matemáticas se acabaron tras Bertrand Rusell. Elhombre de Synera no cayó en la cuenta de la relación entre un queso de gruyére y la Emperatriz de las ciencias.
ResponderEliminarDon José Luis, le he mandado el problema del gruyère a Jean-Michel Kantor. Si tengo respuesta, le haré partícipe de la misma.
EliminarEl cantante PRINCE, en un arrebato paranoico y comercial, quiso borrar su nombre público y sustituirlo por un signo gráfico, cosa que hizo. Como era del todo imposible nombrarlo a menos que ese signo se lanzara a la cabeza a modo de arma afilada y voladiza, tuvo que buscarse este otro denominativo -The Artist- tan melifluo en comparación con el aristocrático nombre de su bautismo musical como inútil para sus propósitos. En el signo creado uno halla por omisión los dos nombres a la vez, como grandes agujeros de queso emmental.
ResponderEliminarNombre no, aunque si caracterización.... (DEformaciones de matemático)
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