"Mirá que en pocas moradas de este castillo dejan de combatir los demonios" - Santa Teresa, Moradas, II, 193.
Quien es suficientemente grande para estar habitado por demonios sabe lo que hay realmente en juego cuando hablamos de emociones. Con frecuencia me pregunto qué emocioncillas tendrán los que son capaces de educar sus alteraciones de ánimo.
Emoción: Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.
Por cierto, me interesa tanto este tema de la educación emocional que estoy leyendo, con una profunda admiración y sorpresa, La conversión de la Magdalena (1588) de mi compatriota Malón de Chaide.
A mi me ha gustado mucho la parte final de "la salvación del alma moderna" de Eva Illouz. Muy de acuerdo con su visión de la psicología, la terapia, y la inteligencia emocional
ResponderEliminarNo se puede hablar de educación emocional sin haber leído a Illouz. También Sennett me parece que dice cosas muy sensatas sobre el emotivismo dominante en "El declive del hombre público". Obviamente hay que hacer algo con las propias emociones, para acabar ahogado en ellas: este era el problema central de la política en Platón. Mientras no vea a un educador emocionar dándole una forma política al coraje, no me creeré lo que dice.
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