Hoy he ido a Lleida a hablar, en la Seu Vella, nada más y nada menos, que de Newton, Bernardo de Chartres y Diego de Estella, el sobrino de San Francisco Javier. Con frecuencia me siento el hombre más afortunado del mundo por poder entretener con estas cosas a un público atento.
En el viaje leo a Camus. llego a la conclusión de que un filósofo que continuamente te proporciona citas para quedar bien en cualquier contexto, no es muy de fiar.
En el tren... iba a hacer un comentado mordaz sobre el crecimientos demográfico de las viudas alegres jubiladas y sus repercusiones sobre la ecología cultural europea. Me muerdo la lengua. Sigo con otra cosa.
Antes de comenzar la conferencia me fijo en la piedra trabajada del lugar que nos acoge, con rastros de mil manos; en los arcos perdidos, inacabados, que delatan el arrepentimiento súbito del arquitecto; las puertas tapiadas, las huellas de la metralla, la capilla convertida primero en establo y luego en sala de conferencias... es como un viaje a las profundidades del alma.
Pintada en la estación de Montgat: "Votemos volar".
En los servicios de la estación de Lleida cumpliendo con las labores propias de mi sexo. Un anciano, a mi izquierda, se me queda mirando y me pregunta, "¿Qué? ¿Qué va a pasar con lo de Cervantes? ¿Lo encontrarán o no?"
Ya veo que se le quedó adherido aquel comentario de Jordi Pujol sobre Camus.
ResponderEliminarY es que...
No vale la pena escribir lo que no comienza pareciéndole falso al lector.
N.G.D.
Claro que también es fácil abusar de este principio, afirmando cualquier disparate.
Digamos que Camus, a día de hoy, es un Blue Chip (valor seguro y con alto volumen de negociación), mientras que otros pensadores son, más bien, chicharros (valores arriesgados con bajo nivel de capitalización). Esto, independientemente de su altura intelectual.
Quién sabe cómo estarán las cotizaciones dentro de treinta años. ¿Quiénes serán entonces los Blue Chips, los más adecuados para quedar bien?
Me encantó lo del "viaje a las profundidades del alma". Para un arqueólogo de la construcción esos detalles de la piedra no hacen más que una "estratigrafía vertical". Deformación profesional creo que lo llaman.
ResponderEliminarE. García.
No hay que eludir la cuestión. Yo creo que eso del crecimiento demográfico de las viudas (alegres o no) debería ser investigado desde el punto de vista policial.
ResponderEliminarDigamos, don Antonio, que hay temas en los que la prudencia y la falta de arrojo aconsejan morderse la lengua.
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