Gráfico 1
Puntuación de matemáticas de nuestros alumnos:
España ocupa el puesto 26 con una puntuación de 36.9
Puntuación de matemáticas de los alumnos españoles
cuyos padres tienen un nivel bajo de formación:
España ocupa el puesto 15 con una puntuación de 20,8
Puntuación de matemáticas de los alumnos españoles
cuyos padres tienen un alto nivel de formación:
España ocupa el puesto 23 con una puntuación de 47,1
Por supuesto, yo no digo nada hasta no conocer la opinión de mi gurí [gracias a J. Saavedra, corrijo: gurú]: José Manuel Lacasa
gurí.
ResponderEliminar1. m. rur. Arg. y Ur. Niño, muchacho. (Def. Rae)
¿No querría decir gurú?
Los datos son consistentes con lo demostrado por PISA edición tras edición: estamos ayunos de alumnos en niveles altos (excelentes). Y como debe haber bastantes padres competentes en matemáticas y los alumnos buenos (en PISA) escasean, me sorprendería bastante ver otra cosa en las gráficas.
El asunto, harto interesante, ya ha sido tratado por Lacasa quien concluye (de memoria hablo) que la característica común entre los mejor clasificados en PISA radica en su capacidad para elevar el rendimiento de sus alumnos por encima de sus expectativas en cuanto a su nivel socio-económico se refiere. Usando un símil bancario el sistema coreano produce enormes beneficios y el nuestro (y muchos otros) se sostiene con emisiones de preferentes que descapitalizan las economías familiares.
En cualquier caso, me gusta mucho "gurí", aunque solo sea por una caprichosa asociación de palabras. Mejor que la acepción que se cita del RAE o la que se emplea en el texto, propongo un nuevo significado, que se me antoja sugerente: Gurí como síntesis de Gurú y Hurí. Un punto de encuentro entre el Hinduísmo y el Islam, en el que la sabiduría ética femenina jamás estaría enfrentada a ojos turbadores, labios sugestivos y curvas turgentes, lo que generaría un proselitismo espiritual sinuosamente voluptuoso.
EliminarGracias por la corrección, que incorporo al post.
ResponderEliminarEn este Café de Ocata, lo que dice Lacasa va a misa.
Muy breve, que no tengo tiempo. Lo de que nuestros listos son tontos ya lo defiende J. Saturnino con la tesis (más o menos) de que la clase alta del franquismo lo era por política y no por mérito, y por eso sus hijos no rinden lo que debieran. No estoy de acuerdo con su tesis por varias razones que no voy a explicar aquí, sólo voy a decir por qué los alumnos con más posibilidades no lo hacen bien en España.
ResponderEliminarEse fenómeno es conocido desde principios de siglo, en algunos círculos lo llamábamos "la ceja" (era lo que estaba de moda, pero el fenómeno es anterior a Zapatero), porque en todos los gráficos del Instituto de Evaluación y de PISA se observaba que dependiendo de diversas circunstancias socioeconómicas (nivel de estudios de los padres, libros en casa, etc.), según éstas iban mejorando, mejoraban las puntuaciones de los alumnos, salvo en la categoría final (la mejor) en que la mejora no se producía, por lo que el gráfico quedaba como una ceja zapatera, como un acento circunflejo (^).
En mi opinión, la razón por la que esto ocurre es porque no dejamos a los buenos ser buenos. Nuestro currículo es muy "estrecho", hay muy poca diferencia de contenido entre sacar un cinco y sacar un diez. Un alumno que en nuestro país saca un 10 en otro país de Europa, con lo que sabe, le ponen un ocho (es decir, si nuestro alumno estuviera en otro país y quisiera sacar un diez tendría que seguir aprendiendo cosas, pero en España lo que le decimos es que no tiene que esforzarse más). Lo que hemos hecho en nuestro país (es que somos unos genios) es utilizar el diez no como premio, sino como desincentivo.
He llegado a ver casos divertidos: en una comunidad, en Matemáticas de Primaria, había más sobresalientes que suspensos, aprobados,bienes o notables, era un efecto techo clarísimo, pero en esa comunidad estaban orgullosísimos.
Los mecanismos para lograr esto que describo no son sencillos y ha hecho falta lo peor de nuestro espíritu como pueblo (estupidez, envidia, odio a la excelencia, pereza, cobardía...) para plasmarlo en el sistema educativo. Las razones técnicas también son largas de contar, precisamente las estoy escribiendo ahora para un capítulo que me han encargado, ya avisaré cuando salga.
Sobre las consecuencias de la falta de excelencia, aparte de las obvias, hay una que me encanta: la famosa (y falsa) equidad española. Según mostré en un libro que escribí hace tiempo (http://www.red2001.com/congreso/segunda_mirada_pisa_2009.pdf; apartado 1.3, "La supuesta equidad"), toda nuestra equidad se basa en la falta de excelencia: si dejáramos a los buenos alumnos serlo no seríamos equitativos, porque con los peores alumnos lo hacemos igual que el resto.
Yo me quedo con Massachusetts y New Jersey. ¡Caña de score!
ResponderEliminarViendo anoche '5th Ave Girl'. Ginger Rogers: 'I guess rich people are just poor people with money'.
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