He enviado a mi espíritu a hablar un rato con el dios Sabazios. Mi espíritu -del que ustedes tienen aquí un esbozo con jersey- le decía que la oración es el único antídoto efectivo contra el dominio de la técnica, porque quien reza sabe que no se puede fiar ni de su saber ni de sus deseos. Y la docta desconfianza -he concluido- es un saber superior al saber técnico. El dios me miraba un poco perplejo, como preguntándome: "¿Y esto se lo vienes a contar a un dios muerto?".
O la humildad, sencillamente. Antídoto contra creernos, como algunos creyeron en el s. XIX, que a los tiempos por venir les quedaba en asunto de ciencia sólo calcular unos decimales más (luego vendrían la mecánica cuántica y la relatividad), o que hoy disfrutamos más de la vida por tener ipads y otros cacharritos, o que Aristóteles era un tonto risible porque sus ideas sobre física estaban equivocadas (¿cuánto lo estarán las nuestras dentro de unos pocos siglos, al paso que va la cosa?), o Platón, como han dicho tantos, el padre del totalitarismo, como si los peores totalitarismos no hubiesen nacido de gentes muy ilustradas en el s. XX?.
ResponderEliminarGregorio: he descubierto este blog por haber sabido de tu libro sobre Strauss, que algún día espero leer, y me he pasado no sé si una o dos horas leyendo entradas antiguas sin parar. Mi admiración y mi agradecimiento, Julio