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lunes, 25 de noviembre de 2013

Leyendo a Ron Paul en el tren


A veces me da por leer cosas que intuyo que no me van a gustar. No lo hago por masoquismo (espero), sino porque me digo a mí mismo que hay que saber lo que piensan otros y hacer lo posible por entender lo que dicen. Quizás, si tienes suerte, te obliguen a pensar contra ti mismo. No ha sido el caso del último libro que he leído, The School Revolution, de Ron Paul (publicado el pasado septiembre en los Estados Unidos), un libro de digestión fácil, comenzado y acabado en el tren que me llevaba a y me traía de Pamplona. Esto no significa que no me dé que pensar el fenómeno de estos amantes radicales de la libertad, que son tan tan amigos tan amigos de eliminar restricciones, que están dispuestos a autorizar a todo el mundo a dormir al aire libre en las noches de invierno, sean ricos multimillonarios o pobres miserables.

Ron Paul se propone ni más ni menos que la abolición de la escuela y la universalización de la educación en casa (el homeschooling), entendiendo que Internet permite hacer ambas cosas y que ambas serán altamente beneficiosas para la salud colectiva. Añado que para Ron Paul los padres deberían tener derecho a diseñar el curriculum de sus hijos con lo cual lo que está eliminando también es, de paso, la cultura común... Eso sí, a cambio, y por si acaso, ofrece a los padres, sus propios cursos on line.

Lo que más me llama la atención de todo este fenómeno -que lo tengo en sí mismo por un fenómeno serio- de la extensión de la educación en casa (no lo duden: irá en aumento, dada la lógica individualista de nuestro tiempo), es que si en los años sesenta era defendida por los contraculturales y practicada fervorosamente por los hippies, hoy es el refugio de cristianos conservadores, musulmanes occidentales ricos, ultraliberales y, en general, de los defensores acérrimos de la autonomía ideológica de la familia (que no es mi caso).

4 comentarios:

  1. ¿No es síntoma de que aquellos "contraculturales" ahora se han hecho con el control de la enseñanza y los "cristianos conservadores" y demás han sido desplazados de ella?

    A mí mismo me empieza a costar convivir en mi medio laboral con la política adoctrinadora de los propagandistas de la ideología de género. Su injerencia es creciente, realmente invasiva y, lo peor, incorporada institucionalmente. No me extraña que haya quien quiera escapar de ello.

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    1. Un síntoma clarísimo.
      Respecto al generismo, ayer escribí un artículo que me costará alguna bronca. Pero me parece que confunde la necesaria crítica a los roles sociales que tradicionalmente se han atribuido a hombres y a mujeres, con la metasífica de un sexo construido sexualmente. Eso de que debamos construir nuestro sexo para después poder reconstruirlo libremente se le cae a uno a los pies en cuanto ve El Lago de los cisnes, por ejemplo. El cuerpo es una realidad objetiva y prepolítica. Pero estamos quedándonos en minoría, Rafael.

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    2. El gato de Schrödinger8:37 p. m., noviembre 26, 2013

      Resista, Sr. Hidalgo.

      En este blog encontrará munición intelectual para enfrentarse al adversario.

      No se deje acobardar.

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  2. Me sabe mal que se comente que los "cristianos conservadores" esten bajo la sospecha de que estan en contra de la institución escolar. ¿Quienes son estos personajes? En la doctrina social de la Iglesia se defiende la escuela como un soporte necesario i complementario en la educación de las nuevas generaciones que se incorporaran a la sociedad. La família és la primera escuela de amor i responsabilidad en la que debe crecer el niño, y éste necesita a su vez la segunda escuela en la que recibe los conocimientos y aprende a convivir con sus iguales, con la ayuda de los maestros. No podemos decir tan alegremente que los "cristianos..." no quieren la escuela.
    El buen cristianismo se vive en comunidad y no de forma aislada.
    Por otro lado, que seria de la institución escolar que conocemos sin la contribución de la Iglesia Católica, valorando en general su acción a lo largo de los siglos y en nuestra historia occidental.

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