- No se puede culpar a Marx de las locuras de Stalin, Gregorio -me dice el Gran Sociólogo.
- Bueno...
- ¿Qué?
- A quien no se puede culpar es a Adam Smith.
- ¡Claro!
- Entonces oponemos un "Bueno..." a un "¡Claro!"
- Me parece que no te sigo
- Es que alguna responsabilidad tienen los padres de las derivas de sus hijos.
- ¡Ya te has ido por los cerros de Úbeda!
- Vuelvo: el comunismo realmente existido ha sido una desviación del marxismo, ¿verdad?
- Te estás poniendo cínico.
- Pues digamos que el capitalismo realmente existente ha sido una desviación del smithismo, y en paz.
- Con los cínicos es imposible dialogar.
- El diálogo es un ejercicio de divergencias controladas dentro de consensos amplios. En caso contrario, es la antesala del paredón.
- Lo que yo digo, un cínico.
Y así nos hemos acabado la segunda jarra.
La solución a este dialogo, la hubiesen encontrado con dos jarras mas de cerveza!!.
ResponderEliminar¿Y si me acerco a la mesa con la mía?
ResponderEliminar¿Algo así? (el razonamiento, no la reunión cervecera)
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=JUH1H-b-N5o
Glauka: La capacidad semántica de la cerveza está fuera de toda duda, querida Glauka.
ResponderEliminarJesís: Bien venido será.
ResponderEliminarPues sí, responsabilidad tienen, Marx y Smith de las tropelías de los smithsonianos y de los marxsenianos. Aunque hay ciertas diferencias, si atendemos a los casos particulares, lo cual no exculpa a nadie.
ResponderEliminarLo de Smith, por empezar, es ideología, un discurso que articula una realidad ya existente en su tiempo, la legitima y pretende guiarla hasta su punto más óptimo; por continuar, diría yo que el eje sobre el que gira, que como en Marx es económico, atiende a las necesidades de la clase dominante.
Por contra, lo de Marx es pura utopía en cuanto que, por más que quiso impulsar sus ideas en el ámbito real, teoriza sobre un mundo que está más allá que acá; muy a pesar suyo, ha substituido el reino de Dios por un mundo idealizado a partir de un fino análisis basado en el materialismo histórico. Pero más allá de su responsabilidad, Marx pretendía cambiar un mundo que a todas luces se regía por unos esquemas políticos y económicos injustos para el común de los mortales.
En cualquier caso, nada de eso importa ya pues ni Marx ni Smith tienen más presencia que la de una cierta reminiscencia de un mundo que ya no existe, lo cual nos obliga a repensar constantemente el que nos ha tocado vivir.
Lo que sí podemos concluir es que la ideología sólo sirve al poder dominante y mientras domine una minoría el funcionamiento será escandalosamente injusto para la mayoría. Y también que la utopía, por más buena voluntad que tenga, sigue siendo opio para el pueblo, por lo que discursos del tipo "Otro mundo es posible" tan solo abundan en un error de principio, dar opio al pueblo de la peor manera, de forma inconsciente.
Pregunta:
ResponderEliminar¿Tendrá Cristo entonces alguna responsabilidad en las derivas -o locuras- de los diversos cristianismos?
Claudio: Aquí, un permanentemente agradecido.
ResponderEliminarNegentrópico: A mi me dejó traspuesto una frase de Kundera: El entusiasmo es el opio del pueblo.
ResponderEliminarDesde entones comprendí las importancia de las dosis.
Suetonio: No puedo responder a esa pregunta en Navidad. Dejémoslo para el día de la expulsión de los comerciantes del templo.
ResponderEliminar- Bueno...
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