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viernes, 4 de diciembre de 2009

¿Presocrático? ¿Qué es eso?

El término "presocrático", tan frecuente en los manuales de historia de la filosofía nos dice más del estado de la historiografía filosófica del siglo XIX, que de la "antigüedad" (palabra que, por otra parte, tampoco es especialmente antigua: la "antigüedad" fue inventada por Lebeau en 1759 para referirse a una época que comenzaría con el nebuloso origen de la escritura y se cerraría no se sabe muy bien cuando).

Fue Hermann Diels en primero en hablar de "Vorsokratiker" (Die Fragment der Vorsokratiker, 1903), un concepto confuso que es incapaz de delimitar por sí mismo lo que proclama. ¿A cuento de qué se considera al atomismo presocrático, o a la sofística?

Incluso el pitagorismo, si comparamos con rigor la divergencia entre la raquítica consistencia de las fuentes históricas anteriores a Platón y la reelaboracion historiográfica a la que hemos acabado denominando "presocratismo", es dudosamente presocrático. Nuestra imagen filosófica del pitagorismo ha sido construida básicamente a partir de los textos del propio Platón. Así que conviene andar con precaución a la hora de cargar al platonismo de influencias pitagóricas. Y lo más curios de todo es que únicamente se encuentran dos referencias a Pitágoras y a los pitagóricos en todo el Corpus platónico. El llamado pitagorismo es una leyenda filosófica cuyo principal artífice es Jámblico (ca. 250-325). ¿Qué demonios sabía Jámblico de Pitágoras que, supuestamente, vivió 900 años -casi nada- antes que él? Sin embargo nuestros manuales hablan alegremente, por ejemplo, de la influencia pitagórica en la teoría platónica de la transmigración de las almas, cuando no hay ni un testimonio fiable que permita sustentar esta tesis. Por el contrario, el gran número de índices que permiten sospechar una influencia directa del corpus hipocrático en Platón (incluso en la elaboración de la teoría de las ideas), han sido ignorados olímpicamente porque nadie ha considerado que el gran Hipócrates (el primero en formular directamente la pregunta "¿Qué es el hombre?) merece un puesto entre los presocráticos. ¿Qué razón hay para considerar la obra de Empédocles más filosófica que la de Hipócrates?

En su momento el término “Vorsokratiker” apareció con la intención de hacerse un lugar propio entre la “filosofía preática” de Ueberweg y el llamado “periodo ontológico” de la filosofía griega de Wildebrand. Y ha acabado triunfando sobre ellos. Ciertamente este triunfo siempre ha tenido algo de precario. Los historiadores de primera línea nunca se han tomado muy en serio lo de "presocrático", pero nadie ha ofrecido una alternativa convincente que permita periodizar didácticamente las distintas corrientes de la filosofía griega. Probablemente su actual dominio en los manuales se deba a la pérdida de peso de los historiadores de la filosofía. Hoy todo el mundo se dedica a escribir artículos de detalles sobre aspectos microscópicos de tal o cual filósofo antiguo. Nos sobran microrelatos de la historia de la filosofía y nos faltan relatos fuertes, que se atrevan a proponer categorías nuevas, aunque sean problemáticas.

En general las periodizaciones historiográficas nos acaban ofreciendo una proceso teleológico de la filosofía antigua que, de acuerdo con una supuesta lógica interna, desembocaría en Sócrates y Platón. Es paradigmática en este sentido la Early Greek Philosophy de John Burnet (1892), traducida al alemán como Die Anfänge der griechischen Philosophie y al francés como L’Aurore de la Philosophie grecque. Ni la idea de comienzo ni la de aurora son neutrales. Son, en realidad, metáforas que ya avanzan una culminación de la filosofía en nuestro tiempo que, a su vez, habría elegido a Grecia como su inicio.

Creo que deberíamos ir librándonos de la pereza mental que pone de manifiesto este refugio en las historias teleológicas de la filosofía y buscar otras alternativas que no partan de la premisa del progreso inevitable, sino de la imagen de un flujo con un elemento de indeterminación que ahora se ralentiza o detiene, ahora reinicia la marcha abandonando determinadas ideas, recuperando otras anteriormente perdidas, etc. La historia de la filosofía, como toda la historia humana, tiene algo de daimónico.

Lo cierto es que Platón no tiene ninguna conciencia de ser postsocrático. Dialoga con los filósofos que le han precedido como si fueran contemporáneos. Habla con ellos porque los considera actuales. Lo mismo podríamos decir de los medievales, que no tenían ninguna conciencia de serlo y hablaban de Sócrates, Platón, Aristóteles como si viviesen al lado de su casa y se los acabasen de encontrar en la plaza. Cuando un escritor del siglo XIII cede la palabra a Aristóteles lo hace para escuchar a alguien que tiene algo relevante que decir y, por lo tanto, a un contemporáneo intelectual.

La conciencia histórica es una perspectiva (o una falta de perspectiva) que arrastramos nosotros como una distancia insalvable. Ese es nuestro problema: Buscamos en la historia a los pre-contemporáneos y cuando los encontramos, los guardamos en los museos.

8 comentarios:

  1. Sabe que aunque buena razón tenga en su exposición, hay una cita de Heródoto de Halikarnaso cuya época es del 450 adC aprox. que habla de un Pitágoras hijo de Mnesarco que tuvo por esclavo a un tal Zalmoxis. Pitagorismo y Orphismo parecen converger en esta cita dando veracidad a los vinculos entre estos dos sistemas de pensar la trascendencia de un alma transmigradora.

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  2. Henri: Conozco bien la cita, la referencia a Zalmoxis en el Cármides y el libro de Eliade al respecto y le he dado muchas vueltas a las relaciones posibles entre orfismo y pitagorismo. ¿Considera usted la incubación una práctica pitagórica? ¿Tenía Pitágoras, el defensor supuesto de la transmigración de las almas, esclavos? Quiero decirle que no niego que en el siglo V se hablara de Pitágoras, sino que ya para entonces era un personaje que tenía muy poco de histórico.

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  3. Cuando yo estudiaba, hace años, el departamento de historia de la UAB se escindió. Los profesores que daban desde prehistoria a historia medieval se agruparon. Decidieron que había algo que les unía: estudiaban las sociedades precapitalistas. Y así designaron al departamento. En ese momento les pareció una buena idea. Hoy en día se sienten observados, como usted por Bacallà Salat, día a día. No tienen escapatoria. A ellos se les han desmoronado las certidumbres (Bueno, para ser algo más exactos: a aquellos que las tenían).

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  4. Adu: Hemos visto demasiada historia como para confiar ciegamente en la historiografía (con perdón).

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  5. Llamar a los filósofos que precedieron a Sócrates, 'primitivos filósofos', no estaría mal, si no fuera porque no sabemos qué tanto de primitivismo tenían.

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  6. Lo mismo que si llamamos a cualquier alborotador antes de Cristo "pagano". Lo que ocurre es que no sabemos qué tanto de pagano (y alborotador) tenía.

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