jueves, 26 de noviembre de 2009

Futesas de un día de noviembre

I
11 h.

- Ferrer y Guardia -me dice F., en catalán- fue el creador de "l'Escola Moderna".
- ¡En absoluto! - le contesto.
- ¿Como que no?
- Fue el creador de la " Escuela Moderna"
- ¿Y qué diferencia hay?
- Para él, mucha.

II
14 h

Como en el Parlament de Catalunya con Irene Rigau. Se acerca a nuestra mesa Salvador Giner y aprovecho para interesarme por sus años de estudiante en la Universidad de Chicago, donde fue alumno de Leo Strauss. Me cuenta que le presentó un trabajo sobre Aristóteles y que Strauss le echó una bronca en su despacho por haberse atrevido a opinar: "No quiero que me diga su opinión sobre Aristóteles. Quiero que me diga lo que piensa Aristóteles". ¡Bien por Strauss! Quedamos para una larga entrevista, con Giner, claro.

III
18.30 h

En la librería Documenta. Comenta un famoso escritor catalán que escribe siempre en catalán: "Los autores mejor tratados en Cataluña son los que nadie ha leído. Los que leemos todos son insoportables".

IV
19.30 h

Conferencia en el "Institut d'Estudis Catalans". Inauguración del curso de la Societat Catalana de Filosofía a cargo del amigo Toni Bosch. Una conferencia magnífica.

V
21.30 h

Vuelta a casa en tren. Leo en el "Diccionario del dandi" de Giuseppe Scaraffia: "A una dama que, percatándose de su palidez, le preguntó si no se encontraba bien, Oscar Wilde le respondió: 'No, sólo estoy cansado. Ayer en el bosque recogí una prímula, pero era tan débil que la he tenido que cuidar durante toda la noche'"

VI
0:13 h

Vuelvo a leer en el mismo libro lo que Baudelaire le preguntó a Nadar: "¿No crees tu también que el cerebro de los niños debe tener un gusto parecido al de las avellanas?"

3 comentarios:

  1. Esta vez, Oscar Wilde fue cursi, no ingenioso.

    ¿Sabes si Baudelaire finalmente probó cerebro de niño?

    Tocho

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  2. Don Pedro: la fina línea que dicen que separa lo cursi de lo ridículo es a veces tan ancha como un campo de fútbol... y a pesar de todo, no se ve. Es un consuelo que los grandes se confundan.
    Respecto a Baudelaire, s eme ocurre que si la mistificación se lleva a la práctica se convierte en mixtificación. En cualquier caso aquí Baudelaire es más fino que Byron, que detestaba a los niños y afirmaba que no haría jamás un viaje con niños, a menos de ir acompañado por un estrangulador.

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  3. Más fino, pero menos realista........
    Claro que Byron era un niño (grande)

    Gracias por sus comentario, Don gregorio

    Tocho

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