Si tuviese que quedarme con un fotograma de la historia del cine -cosa bastante absurda, pero de alguna manera tengo que empezar este post-, elegiría, sin ninguna duda, éste, porque con esta cara, capaz de absolver al más abyecto criminal de todas sus culpas, saliendo súbitamente de la penumbra (tal cual, así, con esa síntesis imposible de mensajes que reflejan todo lo que no quisiéramos ser, pero tememos poder llegar a ser... e incluso sospechamos que anda latiendo bajo lo que creemos ser), con ese gesto cinematográfico genial que demuestra cuanta irrealidad puede mostrarse con el más estricto realismo, descubrí con doce años el cine. Y de fondo, claro, aquella inolvidable música de cítara.
Pero ¿qué pensarán de aquí a mil años?
ResponderEliminarLa respuesta al final de este documental histórico:
http://www.youtube.com/watch?v=3Z2vU8M6CYI
Es usted una mina.
ResponderEliminarPelícula endiablada donde las haya. Si todos (la gran mayoría, afortunadamente...y tal y cual) somos Cotten, menuda cara de tontos llevamos puesta.
ResponderEliminarPor lo demás, la escena, impecable: la oscuridad, el gato (!) relamiéndose, y, de repente, la verdad al fin iluminada. Quizá, ciertamente, los genios no existan toda vez que se ha muerto Orson.
Lola: Toda la aletheia heideggeriana desocultada en cinco segundos.
ResponderEliminarEducación creativa:
ResponderEliminarhttp://www.theonion.com/content/news/montessori_school_of_dentistry
Claudio nos propone esta broma imapagable:
ResponderEliminarMontessori School Of Dentistry Lets Students Discover Their Own Root Canal Procedures
Mientras leía (o debiera decir "interpretaba") trabajos escritos (si ya no cuentan ni ortografía ni gramática) de mis alumnos (mozalbetes post-bachilleres) me veía a mi mismo reproduciendo la escena final de Les quatre cents coups, aunque en esta ocasión fuera el profesor quien echara a correr por una playa (digamos la de Ocata) del susto que me produce saberme cómplice de semejante desaguisado intelectual.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=doVaiuuH4RQ
Y aquellos cerebros pensantes, mientras tanto, discutiéndose sobre las nieves de febrero...
Quin país!
J. Sora: Inolvidable final. Si es que en el cine, como en la vida, como en la enseñanza, la verdad está en lo circunstancial, "en los etcéteras", dice mi admirado J.M. Espinàs. Por eso es tan falsa la grosería. Y agota tanto combatir contra ella.
ResponderEliminarHola, retomando un poquito el blog y de paso visitando los otros. Contento de volver a leerle. Como siempre con usted, aprendiendo y disfrutando.
ResponderEliminarUn saludo
Bellorofonte: Un saludo
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