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miércoles, 1 de abril de 2009
De visita al quirófano
Tengo que decir, para comenzar que no soy precisamente el hombre más valiente del mundo frente a una intervención quirúrgica. Si no hubiese sido porque mi rodilla parecía un monedero con calderilla chocando a cada paso, para rato me ven la cara en la Clínica del Remei. Pero como me gusta andar, darme largas caminatas y no estoy dispuesto a renunciar a mi poquito de montaña de vez en cuando, haciendo de tripas corazón, bajé la testuz y me encaminé hacia el sacrificio. A las nueve de la mañana cruzaba las puertas de la clínica luchando contra el imán que me tiraba hacia fuera, hacia "la calle. Una vez en la habitación me metí humildemente (metí humildemente lo que pude de mi) en una bata dos tallas menor de lo que mi cuerpo exigía y, antes de tener tiempo para pensar, me vi sometido a dos enfermeras empeñadas en rasurarme la pierna con una dedicación estajanovista. Inmediatamente después, tumbado en una camilla estrecha de la que me colgaban los pies, me llevaron al quirófano. ¡Cómo se agradece la amabilidad en estos trances! ¡Y con cuánta me encontré! ¡Con deciros que me trataron como si fuera un adulto! Me explicaban lo que me hacían y por qué, se interesaban por mis reacciones y suspicacias y me invitaron a disfrutar, a través de un monitor que tenía delante, de las interioridades de mi rodilla, en la que el cirujano se entrometió con una cámara microscópica. Y así asistí, atónito, a mi propia artroscopia, en un ejercicio de teleintrospección que me parecía cargado de simbolismo. ¡Este es un mal vicio filosófico: uno no puede asistir en paz a ningún espectáculo sin ponerse a teorizar! (lo cual, obviamente no significa que lo teorizado tenga consistencia). El caso es que a las siete de la tarde ya estaba al cabo de la calle y clausuré el día cenando a la boloñesa (o sea, que lo que nos congregó fue Bolonia) en un restaurante del centro. Lo más curioso de todo es que al salir de la Clínica me dirigí a la recepción para ver si tenían algo así como una hoja de agradecimiento. Me parecía natural pensar que si en los hospitales tienen hojas de reclamaciones bien pueden disponer de hojas de agradecimiento y yo quería dejar constancia documental de lo magníficamente bien que me habían tratado. Sin embargo, tras recuperarse de su inicial sorpresa por lo –al parecer- insólito de mi demanda, la recepcionista me entregó un formulario con una encuesta. Fue éste el único gesto despersonalizado que recibí en la clínica.
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I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...
Me n'alegro molt que tot hagi anat bé.
ResponderEliminarUna abraçada,
ferrancab
Apúntalo; porque es caso raro que alguien haya sido bien atendido. Los días que nos vimos, acabé en el Hospital de San Pablo acompañando y en un centro de salud: algo terrible.
ResponderEliminarPor lo demas, con la edad nos vienen los dolores, si podemos evitarlos mejor: no has hecho bien; en estos casos uno se inventa un dolor terrible y una clinica suiza y después de operarse se pega unas vacaciones adecuadas.
Luri,mejor: volveremos a pasear. Pero ahora, te empezará a doler la otra.
Avisa si necesitas algo ya sabes.
Uy, ya he intentado dos veces colgar el comentario y nada, se me estropea el intento.
ResponderEliminarMe alegro que todo fuese tan bien, seguro que las enfermeras habían leído 'L'escola contra el món' y sabían con quién estaban tratando.
Tal vez sea por seguir con la parábola de las vírgenes necias: de las diez, sólo una se volvió a dar las gracias. Supongo que, dadas las raquíticas posibilidades de demanda de "hojas de agradecimiento", no se ha planteado esta posibilidad. En los centros escolares nos vendrían muy bien también, para poder después aducir ante unos que hay otros que sí están contentos con el trato, porque ya también hay padres que piensan que los profesores les tenemos manía...
ResponderEliminarUn abrazo y buena recuperación.
Conmovedor relato. Muchos pensamientos me vienen a la cabeza, por ejemplo que el miedo es un pésimo consejero si antes de hacer la operación te hubieran mostrado tu imagen futura pidiendo una hoja de agradecimiento seguro que ni siquiera lo poco mal que lo pasaste en el hospital lo hubieras pasado.
ResponderEliminarSaludos
Hasta de su propia operacion teoriza Don Gregorio, bienvenido al club del corrillo de los Achaques.
ResponderEliminarEsperemos poder verle de nuevo en forma y totalmente recuperado para volver disfrutar de sus palabras y de su amplia sonrisa bonachona.
Reciba un cordial saludo
Apa, home, que això no ha estat res! Enhorabona per l'article a La Vanguardia d'avui. Un 10!
ResponderEliminarMe alegro de que todo haya ido tan bien, de cuerpo como de alma.
ResponderEliminarPor si le sirve para entretener la recuperación, le dejo algunos ejemplos sacados de un libro
apropiadamente titulado 'Oxymoronica':
'Todos somos unos fracasados, o, al menos, los mejores de entre nosotros'
(J.M.Barrie)
'Un escritor es alguien para el que escribir le resulta más difícil que al resto
de la gente'
(T. Mann)
'Cuendo un escritor descubre que carece de talento, ya ha tenido demasiado éxito
como para dejarlo'
(G. Kaufman)
'No creo que sea en absoluto bueno. Si pensara serlo, no lo sería'
(J. Betjeman)
'Todos mis mejores pensamientos fueron robados por los antiguos'
(Emerson)
'La única dignidad del hombre es despreciarse a si mismo'
(Santayana)
'Le pagamos demasiado, pero lo vale'
(Samuel Goldwyn)
'En realidad no estaba desnuda. Simplemente no llevaba ropa'
(Josephine Baker)
La lògica demasiadas veces va pareja a la heterodoxia -por lo de la hojita-.
ResponderEliminar(Lo fotut de les presentacions és que em sap greu anar-hi i interessar-m'hi pel què s'hi diu i no comprar el llibre. A més la meva relació amb l'ensenyament és bastant "especial", per raons que no venen al cas. Salutacions i sort. He penjat una mini resenya al blog.)
Es un Valiente Gregorio , eso de contemplar la propia reparacion anatomica mientras a uno le manipulan indefenso es solo valido para espiritus muy templados ...yo siempre pido el "Limbo" de la anestesia mental
ResponderEliminarPara completar la performance del cuerpo sin órganos, quizás debiera de haber sido filmado todo en video y luego como no, haberlo colgado en el blog.
ResponderEliminarQue se mejore, de todas formas.
Me alegro de que todo vaya bien y de tus agradecimientos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pd. Merci beaucoup par le livre, Gregorio.
Te deseo una buena evolución. Y no sabes cuánto me alegra saber que alguien ha buscado una "hoja de agradecimiento". Sí, estamos despersonalizando "tanto" que lo único que existe son las "hojas de reclamaciones". Pero estoy segura de que quienes te atendieron supieron leer las gracias en tus ojos. Un abrazo.
ResponderEliminarMAR
¿Le dieron la grabación de la operación, Don Gregorio?
ResponderEliminarMe alegro que todo saliera bien!!
ResponderEliminarBravo. Espero que no te enseñaran el menisco cogido con unas pinzas. Qué ilusión, los médicos, con sus trofeos.
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que todo fuera tan bien. (No me ha extrañado nada lo que cuentas. En la clínica del Remei nació mi hijo.)
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Me alegro de que la experiencia haya sido buena! Seguro que esa rodilla no se doblega más que para tus paseos y carreras. Es algo tremendamente humanizante agradecer las cosas, el trabajo bien hecho, el tiempo que dedican otros a nosotros. ¡Yo creo que es algo importantísimo!
ResponderEliminarLos médicos, en general, son buenos, se esmeran, y que conste que cada vez que voy (esta última vez tras 5 años de no pisar el consultorio) me encuentran algo.
Precisamente hoy he comprado tu libro en Sants mientras esperaba el AVE y he podido leer las primeras páginas. Lo seguiré leyendo con el mismo esmero y cariño con el que lo he empezado. Ahí estaba, verde y llamativo, diciéndome: "cógeme".
¡Un abrazo!
Goyo, pero que bien has narrado todo el proceso
ResponderEliminarde tu experiencia en el hospital.ja,ja,ja
Bueno campeón, me alegro de que todo vaya bien, ahora deseo que la recuperación sea corta.
un besote
Me alegro que todo haya ido bien y que lo hayan tratado como se merece, aunque era previsible siendo como es tan optimista.
ResponderEliminarun abrazo,
Ramon
Ánimos! Abrazos! y propuesta de lectura, creo que, reconfortante. Todavía hay inteligencia. Viene de Salamanca: http://eltingladodesantaeufemia.com/2009/04/03/de-salamanca-a-la-ministra-de-ciencia-e-innovacion/
ResponderEliminarPara que esboces/esbocéis una sonrisa al respecto de los pedagogos que nos (des)gobiernan...
ResponderEliminare-faro.info Los expertos vacíos [viñeta]
Estimado Señor Luri,recientemente he publicado novela ("La multitud silenciosa" Patrañas ediciones, 2009, ISBN: 978-84-935810-2-2)y tenía interés en mandarle un ejemplar.
ResponderEliminarMi correo es : francisco.ruiz@mpsa.com , allí podrá mandarme una dirección postal para efectuar el envío, si es que está interesado, claro está.
Un saludo y gracias por su tiempo
Francisco Ruiz
http://www.revistadeletras.net/la-multitud-silenciosa/
Don Gregorio: Me alegro de que Vd. ya pueda de nuevo "meter la pata" con integridad. Un saludo cordial.
ResponderEliminarQueridos y sin embargo amigos: No ha sido nada... al menos comparado con la desesperación de estar casi un par de días sin conexión a internet. ¡Este sí que ha sido un mal difícil de soportar!
ResponderEliminar¿el sindrome de internet? mu bueno eso de queridos y sin embargo amigos.
ResponderEliminarsalidos mu cordiales
Lo de mu por la vaca socratica
Feliz y rápida recuperación. Un saludo.
ResponderEliminarAyer se actualizó el pagerank de Google. El de esta bitácora es de 5 (no recuerdo el anterior).
ResponderEliminarTras la pertinente consulta a Dr. Maty (¿como enlazarlo?) ¡consigo gritar a Avanty a don Gregorio...!
ResponderEliminarQ.-
Probando inserción de comentarios vía cuenta OpenID. En este caso: http://getopenid.com/maty
ResponderEliminarSegur que tornaras a caminar sense molèsties, a pujar muntanyes i a gaudir de la natura. Ànims!
ResponderEliminarM'alegro i ànims en la recuperació!
ResponderEliminarHoy, amigos, barra libre para todos. La casa recomienda especialmente un Libalis de los Valles de Sadacia bien frío para acompañar un amplio surtido de pescaditos fritos.
ResponderEliminarUstedes son formidables.