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sábado, 18 de abril de 2009

Pedagogía y erotismo

Acabo de llegar de Madrid, ciudad que continúa manteniendo intacto -para mí, obviamente- todo su atractivo. Además esta vez he disfrutado, sin que estuviera previsto en el momento de la partida, de una experiencia muy singular: una visita a la infinita exposición de Francis Bacon en El Prado de la mano de Luis, el Señor del Bosque. Nos conocemos poco, casi nada, y sin embargo es como si nos tratáramos de toda la vida. Una amistad liviana, la nuestra. Gran cosa. Pero no me puedo entretener, que llego y salgo corriendo (y renqueando, como el Hefesto arrojado del Olimpo). El objetivo principal del viaje era dar una conferencia y me apetece recoger aquí la última frase de la misma, que en realidad no es mía, sino de George Steiner: "Un maestro es el celoso amante de lo que podríamos ser". Por eso no hay pedagogía sin erotismo.

17 comentarios:

  1. Preciosa frase de Steiner.

    Mejórese.

    Un abrazo.

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  2. Quizás la pedagogía necesite tantas cosas que ya no exista.

    Francis Bacon... me planteaba ir a ver la exposición la semana que viene, pero todos los trabajos se me han echado encima. Y mi carné joven está caducado.

    Un saludo melancólico. Buenas noches.

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  3. Bacon y erotismo en el mismo párrafo. Casi me da miedo. Siento mucha ambivalencia hacia Bacon. Me parece moralmente repugnante (no el qué, por supuesto, sino el cómo) pero magistral al mismo tiempo. En algunos casos es difícil separar la vida privada del autor de su obra, sobre todo si el artista intenta que la segunda sea reflejo de la primera.

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  4. Todo un lujo el infierno desgarrado existencialista de Bacon......

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  5. Javier: Una y otra vez volvemos a alimentarnos espiritualmente al Banquete de Platón.
    Me esperan horas y horas de guisantes helados.

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  6. Deac: La pedagogía necesita redescubrir lo obvio. Pero los pedagogos no parecen estar por la labor.
    ¡¡¡Vaya a ver a Bacon, aunque tenga que ir caminando!!!

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  7. Libertymad: Bacon es un artista de los grandes. Primero por su maestría técnica; segundo porque con esta maestría ha sabido crearse un estilo: tercero porque con ese estilo nos ayuda a profundizar en la comprensión (y, por lo tanto, en el espanto) del presente.
    No olvidaré fácilmente esta exposición. Es radioactiva.

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  8. Peggy: Es infierno y es desgarrado, sí... pero esa es, precisamente, la belleza de las flores del mal, que son las flores que crecen en nuestras noches en los corazones de nuestras ciudades.

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  9. Comparto la inclinación a esa amistad liviana, y la disfruto enormemente.

    En una pintura no hay vida privada. El espectador es dueño de sus reacciones, no de la vida del autor. Y en Bacon, nunca la fealdad atesoró tal cantidad de magisterio y belleza, de lucidez y plenitud. Bacon, Picasso, Manet, Goya, Velazquez, son miradas humanas sobre la humanidad y su tiempo.

    Lamentablemente la exposición acaba hoy, domingo.

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  10. Si me hubieses avisado y hubiese sido posible para tí, habría buscado el modo de facilitar un encuentro tiempo atrás sugerido y "olvidado". En fin... cosas de lo "demónico" que ya jorobó la salida de tu libro sobre Strauss que había sido establecida como base obligada...
    Un saludo y hasta la próxima.

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  11. Triple placer, Madrid, Bacon y Luís Rivera, Un tipo con suerte...

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  12. Luis: Ando colgado del catálogo, como perdido en un laberinto terrible del que no quiero hallar la salida..

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  13. Carlos: Se nos presentará, sin duda, la oportunidad de conocernos. Como se presentará, sin duda, la oportunidad de publicar el libro... tiempo al tiempo.
    Fue este un viaje relámpago.

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  14. Francesc: Añádale usted un bocadillo de calamares el viernes al medio día, con una cerveza negra y un paseo largo por las calles solitarias de Madrid el domingo a las ocho de la mañana.

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  15. conferencia en Madrid? Me habría encantado ir a saludarle...
    Vi Bacon en cuanto abrió la exposición. Suscribo lo que dice.

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  16. Doña Mary: Si llego a intuir que usted podría tener algún remoto interés por verme, me hubiera atado a un árbol del Paseo del Prado, para que nada pudiera arrancarme de Madrid hasta ver colmada su curiosidad.
    A sus pies.

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  17. Pues en Madrid, en el Ateneo, en el Círculo y en otros "lugares" de conferencias hay varios profesionales de lo que Vd. cuenta. En concreto en la Asociación de la Prensa siempre venía un tipo de pelo y barba blanca, una especie de hippy encantador, totalmente loco y genial, pero muy barullero. Había que entretenerle a la entrada con cualquier excusa como pedirle la invitación... o enviar a una guapa azafata para que lo encandilara.

    Jo, me acabo de parecer al susodicho interviniendo a posteriori y sin venir ya casi a cuento.

    Vd. perdone, me lo he pasado muy bien leyendo su blog (me lo recomendó Javier Sánchez Menéndez y aunque tarde aquí vengo).

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