Vale, me ha convencido. Ya me llamó la atención la primera vez que lo mencionó. Me he quedado con esta frase: ...un individuo que, como dijo Brodsky, «no acepta el papel de víctima».
¡Qué detalle lo de Matt Dennis! Gracias, él bien se merece ser escuchado. No sólo compuso algunos de los mejores standards ( Violets For Your Furs, The night we called it a day, Let´s get away from it all, además del famoso Angel eyes) sino que cantaba y tocaba el piano muy bien. ¡Qué tiempos aquellos en los que uno podía sentarse en el bar de un hotel y escuchar a este señor! A veces, la nostalgia de lo que no hemos vivido está justificada.
Respecto a la nostalgia: Tiente tanta razón que yo tengo nostalgia de las cenas que no hemos compartido usted y yo.
Sobre Dovlatov: Además de los indudables valores literarios de la obra, hay un elemento romántico en juego que a mi, se lo confieso, me conmueve. La editorial, Labreu, es una aventura de tres jóvenes currantes que en sus horas libres en lugar de quejarse de lo mal subvencionada que está la cultura o de lo poco que lee la gente, se han lanzado a montar una editorial en catalán para publicar poetas jóvenes (y arriesgados) y prosas valientes (y, obviamente, no menos arriesgadas). Allí están, como enanitos en medio de las grandes empresas editoriales, dispuestos a dejar oír su voz. Como la calidad de lo que hacen merece todo mi respeto, con todo gusto les hago, en la medida de mis posibilidades, de altavoz.
La Zona, don Claudio, no le defraudará, de eso estoy completamente seguro.
Me produce una perturbadora emoción, y a la vez me emociona y me deja perturbado. Me perturba y eso me emociona. son buenas razones para su recomendación, gracias
Aquí me tiene usted, para lo que guste mandar. Que pase un buen día. Seguramente necesitará otra vez la bolsa de guisantes, esta vez para la mano, de tanto firmar.
Thus, to take the historical St. George; if all we know about him is that he was killed for his opinions, that fact is, properly considered, so staggering that it might send us all singing into battle. Or take rather the legendary St. George, who is (I need hardly say) very much more important than the real one. As it is, St. George the dragon-slayer stands to us simply and sufficiently as the symbol of courage. He does not stand in our minds connected with any of those silly epigrams which great men in their old age utter to misguided youth. St. George never told anybody what was his "method" or what was "the secret of his power." He made no remarks; he merely killed the dragon. He did not say that the dragon was killed on Eton playing-fields. He did not say that the dragon was killed on the anniversary of Majuba. He did not say that he had never met a dragon with whom he couldn't do a deal. He never called the death of the dragon inevitable: while he was fighting the dragon he had thoroughly discovered that it was not. He never said that the way to kill a dragon was to work hard in early youth, or to start with twopence a day, or to avoid tobacco, or to know your own mind, or any of those inane tips. For St. George knew very well what all real soldiers know; that the only way to be even approximately likely to kill a dragon is to give the dragon a heavy chance of killing you. And this method, which is the only one, is much too unpleasant to be talked about. You see, I am making a character of St. George at my own will and fancy. That is the whole point and advantage of the unknown saint. That is why saint-worship is so much more free than hero-worship.
G.K. Chesterton The Illustrated London News, 12 de mayo 1906
no volia anar a dormir sense agrair-li el seu post sobre La zona. Crec que vostè m'entén perfectament quan em ruboritzo, i internament em molesto, a l'escoltar elogis sobre la nostra tasca editorial com per exemple els que vostè ens dedica sovint pels puestus. Però vostè ho fa per tocar-me els collons, i això està bé. En canvi, en el seu post, els editors mereixen el lloc que els hi correspón: el d'una simple nota al peu, un simple comentari, tal i com hauria de ser. És tal com veig jo la figura d'editor, i amb la que, no m'enganyo, entro en constant contradicció: la de ser una discreta presència. Però com vostè, jo sé que una de les poques maneres de superar les barreres d'un món editorial per norma molt tancat és la de construïr una mena de figura antiheroica, uns editors suicides... quan en el fons ja sabem que és una professió més, com la d'una sabater. Un post honestíssim, i intel·ligentíssim, el seu, perquè el post està íntegrament dedicat a l'obra i a l'autor. Vostè es fixa en l'obra, no amb els intermediaris; això només pot fer que dignificar l'obra, la qual no necessita de la seva simpatia per l'editorial, com tampoc necessita de la nostra amistat, per a ser recomanada. L'obra perdura, en canvi, l'autor, l'editor... en el fons, què importen... Així que gràcies
Vale, me ha convencido. Ya me llamó la atención la primera vez que lo mencionó.
ResponderEliminarMe he quedado con esta frase: ...un individuo que, como dijo Brodsky, «no acepta el papel de víctima».
¡Qué detalle lo de Matt Dennis! Gracias, él bien se merece ser escuchado. No sólo compuso algunos de los mejores standards ( Violets For Your Furs, The night we called it a day, Let´s get away from it all, además del famoso Angel eyes) sino que cantaba y tocaba el piano muy bien.
¡Qué tiempos aquellos en los que uno podía sentarse en el bar de un hotel y escuchar a este señor! A veces, la nostalgia de lo que no hemos vivido está justificada.
Respecto a la nostalgia: Tiente tanta razón que yo tengo nostalgia de las cenas que no hemos compartido usted y yo.
ResponderEliminarSobre Dovlatov: Además de los indudables valores literarios de la obra, hay un elemento romántico en juego que a mi, se lo confieso, me conmueve. La editorial, Labreu, es una aventura de tres jóvenes currantes que en sus horas libres en lugar de quejarse de lo mal subvencionada que está la cultura o de lo poco que lee la gente, se han lanzado a montar una editorial en catalán para publicar poetas jóvenes (y arriesgados) y prosas valientes (y, obviamente, no menos arriesgadas). Allí están, como enanitos en medio de las grandes empresas editoriales, dispuestos a dejar oír su voz. Como la calidad de lo que hacen merece todo mi respeto, con todo gusto les hago, en la medida de mis posibilidades, de altavoz.
La Zona, don Claudio, no le defraudará, de eso estoy completamente seguro.
Del músico... no hace falta añadir nada.
Tomo nota, su post es muy completo. Bastante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me produce una perturbadora emoción, y a la vez me emociona y me deja perturbado. Me perturba y eso me emociona. son buenas razones para su recomendación, gracias
ResponderEliminarGregorio,
ResponderEliminarAquí me tiene usted, para lo que guste mandar.
Que pase un buen día. Seguramente necesitará otra vez la bolsa de guisantes, esta vez para la mano, de tanto firmar.
e-faro.info Educación y las Estadísticas [viñeta]
ResponderEliminarNo deja de sorprenderme lo que da de sí un libro, una interpretación, un autor, una época y un contexto. Me sumo a lo de "post completo".
ResponderEliminarTomo nota, y más aún después de la temporada de Chéjov y Turgueniev que llevo.
Siempre leo recomendaciones. No deje usía de recomendar.
Thus, to take the historical St. George; if all we know about him is that he was killed for his opinions, that fact is, properly considered, so staggering that it might send us all singing into battle. Or take rather the legendary St. George, who is (I need hardly say) very much more important than the real one. As it is, St. George the dragon-slayer stands to us simply and sufficiently as the symbol of courage. He does not stand in our minds connected with any of those silly epigrams which great men in their old age utter to misguided youth. St. George never told anybody what was his "method" or what was "the secret of his power." He made no remarks; he merely killed the dragon. He did not say that the dragon was killed on Eton playing-fields. He did not say that the dragon was killed on the anniversary of Majuba. He did not say that he had never met a dragon with whom he couldn't do a deal. He never called the death of the dragon inevitable: while he was fighting the dragon he had thoroughly discovered that it was not. He never said that the way to kill a dragon was to work hard in early youth, or to start with twopence a day, or to avoid tobacco, or to know your own mind, or any of those inane tips. For St. George knew very well what all real soldiers know; that the only way to be even approximately likely to kill a dragon is to give the dragon a heavy chance of killing you. And this method, which is the only one, is much too unpleasant to be talked about. You see, I am making a character of St. George at my own will and fancy. That is the whole point and advantage of the unknown saint. That is why saint-worship is so much more free than hero-worship.
ResponderEliminarG.K. Chesterton
The Illustrated London News, 12 de mayo 1906
Benvolgut Luri,
ResponderEliminarno volia anar a dormir sense agrair-li el seu post sobre La zona. Crec que vostè m'entén perfectament quan em ruboritzo, i internament em molesto, a l'escoltar elogis sobre la nostra tasca editorial com per exemple els que vostè ens dedica sovint pels puestus. Però vostè ho fa per tocar-me els collons, i això està bé. En canvi, en el seu post, els editors mereixen el lloc que els hi correspón: el d'una simple nota al peu, un simple comentari, tal i com hauria de ser. És tal com veig jo la figura d'editor, i amb la que, no m'enganyo, entro en constant contradicció: la de ser una discreta presència. Però com vostè, jo sé que una de les poques maneres de superar les barreres d'un món editorial per norma molt tancat és la de construïr una mena de figura antiheroica, uns editors suicides... quan en el fons ja sabem que és una professió més, com la d'una sabater. Un post honestíssim, i intel·ligentíssim, el seu, perquè el post està íntegrament dedicat a l'obra i a l'autor. Vostè es fixa en l'obra, no amb els intermediaris; això només pot fer que dignificar l'obra, la qual no necessita de la seva simpatia per l'editorial, com tampoc necessita de la nostra amistat, per a ser recomanada. L'obra perdura, en canvi, l'autor, l'editor... en el fons, què importen... Així que gràcies
Una abraçada,
M