Mientras abrazaba a Agatón tenía mi alma en los labios.
Se asomaba, infeliz, como queriendo adentrarse en su cuerpo
Este epigrama tuvo cierto éxito en la Antigüedad. Un amigo de Aulo Gelio, en el siglo II, lo recreó así:
Cuando con los labios medio abiertos beso al muchacho y a través de los suyos respiro el perfume de su aliento, mi alma, sufriente y herida se asoma a mi boca, queriendo pasar a la de mi amigo, que parece abrirle paso. Si nuestros labios permanecieran unidos un instante más, mi alma, ardiendo de amor pasaría de mi cuerpo al suyo. Un gran prodigio acaecería, y yo habría muerto.
Este apunte es para ella, que dice que ando huraño... esperando que se estabilice el tiempo.
Magnífica traducción Gregorio.
ResponderEliminarBello epigrama.
Caerá rendida a sus pies, como siempre. Pero no se arriesgue.
ResponderEliminarSeguro que a "ella" le gusta este Beso carnivoro que vampiriza almas ....Cosas de la primavera ....
ResponderEliminarGregorio:
ResponderEliminarLe recomiendo permanecer unido un instante más, aunque eso lo llevara inevitablemente a la muerte,seguramente no lo hará solo.
Para "ella" , un regalo de Julio Cortázar:
http://www.youtube.com/watch?v=UvQOzyVW5JQ
y de coincidencias:
ResponderEliminarEl mismo dia que usted escribía estas líneas, aquí hablaban de lo mismo, atribuyendo quizá ligeramente los versos a Platón. El motivos de la cita, pero, es muy otro: relata la búsqueda de un autor moderno que titula un libro de poemas con el título que puso Gelio a su obra. El autor del blog, buscando al autor del libro (José Antonio Padilla), encuentra un homónimo suyo que, curiosamente, le ayuda a encontrar al verdadero autor, fatídicamente muerto hace unos dias. También Padilla reutiliza el verso para escribir este otro: "Cada vez que te asomas a mis labios nada es tan terrible como vivir."
Ramon: Me fascinan estos cruces del azar. Unos caminos se encuentran con otros y por un instante lo inverosímil se desmiente a sí mismo. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias también a los autores de los otros comentarios.
Es día uno de mayo y llueve en Ocata y mientras escribo esto pienso que si en las bocas cerradas no entran moscas, en las abiertas se cuelan, sigilosas, las almas. ¿Quién sabe qué almas ajenas lleva en sí?
Otra consideración sobre el blogging,
ResponderEliminarhttp://www.cartoonbank.com/product_details.asp?sid=121304
Feliz fiesta.
Por cierto, Ramon, estoy comenzando a preparar un curso que tengo previsto impartir el próximo mes de julio en "l'Escola d'Estiu del Col·legi de Doctors", titulado "introducción al vocabulario platónico". Y con esta excusa he comenzado a releer a Platón y, como siempre, me encuentro con cosas nuevas.
ResponderEliminarEsta vez he descubierto lo que me parece una profunda ironía platónica (se podría escribir una tesis sobre la ironía platónica) en la Apología de Sócrates.
Me gustaría pedirte tu opinión.
EnApología 17 c, dice Sócrates (traducción de Joan Creixells para la Bernat Metge): "No escauria, atenesos, a la meva edad, de compareixer davant vostre amb un discurs acuradament preparat, com un jovenet".
Lo que Creixells traduce como "discurs acuradament preparat" en el original es "pláttonti lógous".
Como saber el verbo "plassÔ" significa formar, modelar, fingir, simular, inventar...
De ahí que, me parece, este texto podría también traducirse irónicamente, así: "No escauria, atenesos, a la meva edad, de compareixer davant vostre platonitzant com un principiant".
De hecho, algunos autores posteriores, basándose probablemente en este texto, defienden que Platón se atrevió a salir en defensa de su maestro durante el juicio, pero que su impericia pudo más que sus buenas e ingenuas intenciones. Erasmo recoge esta historia en el "Elogio de la locura" (XXIV): "Acudió a defender al maestro en el juicio cuando le peligraba la cabeza, su discípulo Platón, abogado tan ilustre que, desconcertado por el estrépito de la plebe, apenas si pudo concluir con el primer párrafo. (…) Al empezar una arenga, enmudeció repentinamente como si hubiese visto al lobo".
Que bonic!
ResponderEliminarDar vida, es dar aliento. Creada la criatura los
ResponderEliminarDioses para completar su obra, le dan aliento. No comienza la vida el niño recién nacido, hasta que el llanto llena sus pulmones, el aliento.
Espiramos con el último aliento, la enfermedad incluso se manifiesta en el aliento.
La boca, los labios, al moverse hacen circular el aire de tal manera que vibran las cuerdas vocales y surgen las palabras, el aliento del alma. Y a veces un beso, esa tierna suavidad de unos labios entregados, nos dan aliento para comenzar el día.
"En las abiertas,(bocas)
ResponderEliminarse cuelan, sigilosas,
las almas.
Quien sabe qué almas ajenas
lleva en si ?"
No sé si et vas adonar, amic Goyo, que vas acabar el comentari adreçat al Ramon, amb uns "preciosos versos" que he posat entre cometes Sí, són versos d'un poema que tu potser no saps que has fet... O sigui, allò del malalt imaginari, quan amb sorpresa va dir que havia passat la vida parlant en prosa i no ho sabia.
M'agradaria seguint aquesta idea fer-ne un altre, i així establiríem un diàleg poètic a l'estil dels versaires populars.
Vejam què em surt...
Sé que obrim la porta
sense pensar a què o a qui l'obrim
moguts per l'instint naïf
que ens anul.la les defenses.
I sé que en un instant
lluminós o fosc
retornen els colors
dels blaus
i les olors de les essències
de les mirades
i el gest humil
d'un pètal de genciana
del prat ignorat
de la nostra infància
o aquella paraula que reneix
tot d'una agafada de la mà
d'un rostre
i que teníem oblidada.
Fa tant de temps
que ens transiten
per l'ànima
com una cèl.lula més
de la nostra geografia
de la nostra biografia
que és tan i tan nostra
que no cal pensar-la.
Molt estimada Pepa
ResponderEliminarNo són les paraules les que parlen
per la nostra boca
sinó el seu aroma
la veritat
que emana el nostre alè
en dir-les i callar-les
Una forta abraçada
Lo recoge Pedro Azara en su blog:
ResponderEliminar"Se pueden apresar los bueyes y las pingües ovejas, se pueden adquirir los trípodes y los tostados alazanes; pero no es posible prender ni coger el alma humana para que vuelva, una vez ha salvado la barrera que forman los dientes."
(Homero, Ilíada, 9, 401 y ss.)