jueves, 4 de septiembre de 2025

De miserables neuróticos a infelices banales


La pretensión de vivir una vida sin frustraciones es, simple y llanamente, contraria a la vida. Recordemos que para Freud lo más que podemos pedirle al psicoanálisis es que nos transforme de miserables neuróticos en infelices banales.

Consumimos tanta información sobre los trastornos socioemocionales, que estamos comenzando a interpretar los desafíos de la vida cotidiana como si fueran inevitablemente patológicos. Al mismo tiempo, en nombre de la salud mental y emocional estamos huyendo de todo lo que nos resulta ingrato y sometiendo a la infancia a una “narrativa” de enfermedades y malestares que acaba haciendo atractivo el propio malestar.  Ya no hay niños traviesos. Todo comportamiento infantil ha sido traducido al lenguaje terapéutico. 

El mundo se ha llenado de terapeutas, consejeros, mistagogos, coaches, sanadores, vendedores de crecimiento personal, psicólogos positivos, abraza-árboles y afines. Hemos entrado de lleno en la cultura del sentimiento del propio sentimiento. El resultado: La ansiedad se ha convertido en un producto comercializable, especialmente en el ámbito digital. Ya podemos hablar de la "industria de la ansiedad" o, si se prefiere, de psicosocialismo.

Laboratorio de ideas

Son las 8:50. Dentro de algo más de media hora comienzan mis diez minutos semanales de colaboración con Jorge Bustos en la COPE. Aprecio mucho a Jorge y he seguido su trayectoria con el mayor interés. Hoy me tiene a su servicio. La sección en la que colaboro se llama «Laboratorio de ideas» y ya que se trata de laborar con ideas y no con opiniones, hay que prepararse lo que se va a decir. Hoy quiero hablar de los "tiempos lloricas", que son los nuestros: los de la incontinencia emocional y el pensar sintiendo, o sea, los del psicosocialismo. En la radio han tenido la amabilidad de ponerme una especie de estudio en casa y aquí me tienen ustedes, enredado en los cables. Haré radio desde mi celda. La vida está llena de sorpresas y hay que intentar no dejar pasar de largo ninguna que pinte bien. Ya saben: la vida es como el hierro y si no se usa, se oxida.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Tiempos lloricas

Acabo de leer en la prensa que el 40% de la población sufre trastornos posvacacionales. Obviamente se está mejor disfrutando de unas buenas vacaciones que sufriendo un mal trabajo, pero es tu trabajo el que te permite tener vacaciones. Hace unos días un informe alertaba de lo que sufren los alumnos, y especialmente las alumnas, de bachillerato en España a causa del tremendo estrés a que se ven sometidos. La verdad es que comparando el esfuerzo que se exige a un alumno de bachillerato actual con el que tenía que encarar uno de COU, uno no se explica como los de COU logramos salir vivos. Mires por donde mires te encuentras con una veta de sufrimiento psico-emocional. Así que, o bien la sociedad nos trata cada vez peor o bien somos cada vez más incapaces de resistir la frustración. Hace tiempo que sospecho que una de las características de la cultura contemporánea es la negación de la tragedia, es decir, de la colisión del bien con el bien. Lo peor del triunfo de la tecnología es la ideología que la acompaña, que nos anima a creer que, sea el que sea el problema con el que nos encontremos, hay por algún lugar una tuerca que, bien ajustada, lo solucionará. Pero no es siempre así, por eso la frustración tiene siempre una silla reservada en nuestra mesa y lo mejor que podemos hacer es recibirla con serenidad.

martes, 2 de septiembre de 2025

El elusivo yo

Por la Plaza de Ocata apareció hace algún tiempo un reputadísimo neurólogo y, como el roce hace el cariño, hemos acabado de tertulianos. No veo que tengamos muchas posibilidades de acuerdo porque nos separa ni más ni menos que Aristóteles. Es decir: el busca lo primero en sí y yo, lo primero para nosotros. Cuando se busca el yo neurológicamente no se encuentra nada y por lo tanto los neurólogos afirman alegremente que el yo no aparece por ningún sitio en el cerebro. Esta mañana hemos discutido de esto. Yo he intentad refutarlo con un argumento que me parece definitivo: cuando los neurólogos buscan al yo en sus laboratorios el yo, efectivamente, se les escabulle; pero cuando al salir del trabajo se van a tomar una cerveza y alguien dice «yo pago», nadie tiene dudas de quién tiene que pagar. En definitiva, que las cosas humanas hay que buscarlas de manera humana si se quiere dar con ellas. El yo, como la conciencia o la libertad, tan escurridizos en los laboratorios, son ni más ni menos que los presupuestos imprescindibles para que haya vida política, que es lo primero para nosotros. Así que, aunque tengamos pocas posibilidades de acuerdo, no paramos de discutir y de decir «tú» e, incluso, «yo».

lunes, 1 de septiembre de 2025

Don Quijote en América

Miguel de Cervantes quiso ser nombrado corregidor de La Paz, la actual capital de Bolivia. Lo pidió infructuosamente el 21 de mayo de 1590. Posiblemente eligió esta ciudad porque aquí vivían sus amigos Juan de Salcedo Villandrando y Rodrigo Fernández de Pineda. Algunos han manejado la hipótesis de que El Quijote pudo ser escrito en tierras americanas en 1605. No parece probable, pero lo cierto es que desde 1962, Cervantes es «Corregidor Perpetuo de La Paz». ¿Cómo hubiera sido El Quijote de haber sido escrito en América? El que sí consiguió llegar a América fue Tirso de Molina, que residió en Santo Domingo de 1616 a 1618. Aquí conoció la vida y milagros del erotómano don Luis Colón, tercer Almirante de las Indias y nieto del Descubridor, que presentaba no pocas similitudes con Don Juan Tenorio. 

Abuelos

1 de septiembre. Volvemos a ser abuelos. Durante un par de meses nuestros hijos nos han dejado a nuestro aire y, si bien de vez en cuando echábamos de fata a los nietos, teníamos nuestras actividades que nos libraban de la melancolía. Casi diría que durante dos meses hemos vuelto a ser recién casados. Pero con el primero de septiembre vuelve a sonar cada día el timbre de la puerta. O sea, que antes ha sonado el despertador. Si los padres van a trabajar y los hijos aún no son suficientemente autónomos como para quedarse solos en casa, la casa de los abuelos siempre está abierta. Ser abuelo es ser un ser incondicionalmente disponible. No digo que esté mal. Es lo que toca y la gracia de la vida consiste en hacer en cada momento lo que toca. Posiblemente la de los abuelos es la institución más española y un conservador tiene el deber moral de respetarla.

domingo, 31 de agosto de 2025

Rehacerlo todo

Le escribo a un amigo que acaba de enviudar: «Como soy incapaz de imaginarme la vida sin mi mujer, no encuentro manera de ofrecerte una palabra de consuelo para lo inimaginable». Me contesta inmediatamente: «Después de más de cincuenta años comprometidos en un proyecto común, pleno y feliz, su ausencia se me hace insoportable. No solamente la he querido: he estado siempre enamorado de ella. Se ha llevado la mitad de mí y no sé que me queda ni quién seré a partir de ahora. Siento una tristeza infinita». Son ya unos cuantos los amigos y las amigas que se han quedado solos en el camino y que sienten que no saben caminar solos.  Hay que rehacer todas las inercias, hasta los hábitos minúsculos, y esa es una tarea excesiva, porque hay que hacerlo todo cuando todo está ocupado por su ausencia.


De miserables neuróticos a infelices banales

La pretensión de vivir una vida sin frustraciones es, simple y llanamente, contraria a la vida. Recordemos que para Freud lo más que podemos...