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lunes, 10 de marzo de 2025

El cogito cogitado

 I

Día largo y de mucho caminar por Barcelona y por Mataró. En este exacto momento mi reloj cuenta-pasos me dice que he dado 20.506 pasos, algo más de 15 km. No está mal.

II

Pero lo mejor es que ya está desencallado el libro. Todo fluye, aunque su formato tiene algo de voluntario rompecabezas. Queda algún fleco, alguna cuestión de estilo que tengo que resolver, pero antes de acabar el mes le habré puesto el punto final.

III

Siempre me deja sorprendido el hecho de que las respuestas me vengan cuando no las busco. Por eso llevo siempre en los bolsillos papel y bolígrafos. Es muy frustrante recordar que había encontrado una respuesta interesante a un problema, pero que ahora no recuerdo ni la respuesta ni el problema. Si la respuesta no ha sido fruto de una elaboración consciente de un razonamiento, ¿quién es entonces el verdadero autor de la misma? El yo pienso piensa también cuando no sabe que piensa y el yo está en otra cosa.

IV

Me llega otra invitación de Chile, ¡Lástima que todo esto no me pille con treinta o cuarenta años! Ahora tengo que decir que no, lamentándolo mucho, a propuestas de viajes muy interesantes, pero sé bien que tengo que dosificar el esfuerzo. Cada vez me cuesta más tiempo recuperarme.

domingo, 9 de marzo de 2025

La felicidad

I

La mejor definición de felicidad que conozco lleva la firma de San Agustín: La felicidad es seguir deseando lo que ya se tiene.

II

Pero si la felicidad es eso, entonces en estos tiempos nuestros de obsolescencias programadas, en los que lo nuevo ha sustituido a lo bueno, la felicidad es imposible.

sábado, 8 de marzo de 2025

Let it be

 I

Cada vez me enfado menos con mis iguales, los humanos. Son lo que siempre hemos sido: depredadores de su propio sustento, como los elefantes que acaban devastando las plantas de las que se alimentan porque, simple y llanamente, tienen hambre. Ya he aceptado que el mundo está, como ha estado siempre, en manos ignorantes (aunque, posiblemente, bien intencionadas), pero ahora, eso sí, disponen de botones nucleares que acabarán con los elefantes.

II

Una madre en el café reprende a su hijo porque está manchando la pared con las suelas de sus zapatillas, llenas de barro. El niño no le hace caso. La madre se lamenta de cuántas veces se lo tiene que repetir. El niño la ignora. "¿Es que no piensas hacerme caso?" Es obvio que no. La madre sigue con la monserga ineficiente. El niño termina con su capricho y pide un donut de chocolate. La madre asiente y sigue con el móvil, al que no ha dejado de prestar atención.

III

En política, decía un sabio, nunca sabemos muy bien por qué acabamos en líos fenomenales y nunca, tampoco, sabemos muy bien por qué hemos salido de ellos... si es que salimos.

IV

Me acaban de llamar por teléfono de una desconocida compañía de la luz. Le pido a la voz femenina del otro lado del teléfono que me haga el favor de no volver a llamar. Me contesta, impertinente, que no estoy en condiciones de pedir favores. Me sorprende su descaro. Cuelgo.

V

Cuando se aprobó la última ley de educación, la LOMLOE, llenamos su articulado de alabanzas a la ciudadanía mundial y a la paz. Hoy se nos dice que estamos en situación prebélica.

VI

...

viernes, 7 de marzo de 2025

Pensar el gris

I
Leo en Herta Müller: “La añoranza arde como las ascuas y con el tiempo se hace más grande, pero nunca se hace adulta”.  ¿Pero acaso alguna de las emociones fuertes de la infancia se hace alguna vez adulta?

II
La fenomenología, en su conjunto, bien pudiera entenderse como un proyecto filosófico de reencantar el mundo. Este es, a mi modo de ver, el gran empeño de Heidegger y para ello coge al Dasein de la mano. Con Heidegger -decía Ortega- la filosofía visita a domicilio». Lo que ocurre es que a veces uno se queda con la sensación de si perder la inocencia es un progreso o una pérdida.

III
Día de nubes tocadas del ala. Llovizna. Estoy tomando un café cuando un político se me acerca. Quiere hablar de la educación catalana. «Aquí hace falta una consejera de educación que tenga el valor de exiliarse después de hacer lo que se tiene que hacer», me espeta. Y yo asiento.

jueves, 6 de marzo de 2025

Respuestas

 Las respuestas que busco se encuentran donde no quiero hallarlas, en Heidegger.

La nada anonada

 I

El día ha comenzado llevando a mi nieto al colegio y a partir de aquí ha sido un no parar: llevar el coche a Mataró, al taller; ir a pedir hora al centro médico; releer el ¿Qué es metafísica?, de Heidegger; hacer la compra y la comida; videoconferencia con Colombia (hay un proyecto interesante en marcha); recibir una invitación para dar varias conferencias en Guatemala y, a continuación, otra para viajar a Chile; ir a Barcelona a la presentación del último libro de Ignacio Peyró, El español que enamoró al mundo, una biografía de Julio Iglesias. Creo que si Peyró escribiese una guía telefónica, le saldría literatura del teclado.

II

Es la cuarta o quinta vez que leo ¿Qué es metafísica? y cada vez me crece un poco más Heidegger. Es el filósofo más grande del siglo XX, con sus lagunas, ciertamente, especialmente en lo que tiene que ver con la decisión. Si sigues a Heidegger sabes que tienes que decidirte, pero no sabes nunca para dónde. Cuando lo leí por primera vez ¿Qué es metafísica? me reí con eso de que «la nada anonada». Ahora me parece una genialidad.

III

Tengo ya acabado el prólogo que me han pedido para un cómic sobre Caridad Mercader. Esta mujer es ya de mi familia.

IV

El mejor momento del día: un rato al sol en la plaza de Ocata, con unas patatas bravas, una cerveza, y el tiempo detenido, a mi disposición. Ha sido solo un paréntesis, pero memorable.

V

¿No tenéis a veces la sensación de que en estos tiempos de erotismo sin fronteras hemos acabado haciendo de Eros un objeto teórico?

miércoles, 5 de marzo de 2025

El alma de la filosofía

I
Visita a la ESDI -Escuela Superior de Diseño- de Sabadell. Aquí, hace ya unos cuantos años comencé a dar clases de ética del diseño, una asignatura que inauguré yo con la ayuda de Vilém Flusser. Recuerdo con cariño la experiencia, que tuvo que interrumpirse por problemas míos de salud. Hoy he estado hablando con un grupo de profesores sobre educación y universidad. Creo que ni hemos aburrido a nadie ni hemos dicho tonterías manifiestas.  


II

Sale ya a la venta El alma de la filosofía, que lleva por subtítulo La belleza de cultivar la vida interior, un libro en el que hemos puesto mucho cariño y no poco trabajo. Comienza con una introducción a Plotino firmada por Ricardo Piñero, demonólogo. Sigue con una traducción mía de La vida de Plotino escrita por su discípulo Porfirio. Continúa con una selección de textos sobre el amor y la belleza y se cierra con un apéndice mío de cinco páginas con este título: Moderato de Cádiz, ¿Un predecesor de Plotino?


Lo que más me gusta de este libro es que tiene algo de insubordinación contra el presente. Reivindicar a Plotino hoy casi suena a exabrupto. Pero bueno... también parecía una locura editar textos de Balmes y aquel libro lo vendimos muy bien. No está mal, pues, negarse a hacer demasiado caso a las tendencias y empeñarse en seguir el propio criterio. En los próximos meses publicaremos más libros arriesgados.

III

Sigo empantanado con mi propio libro. 


IV
Recuerdo la clausura de un congreso de filosofía en la Universidad de Santiago. El encargado del asunto nos dijo, muy serio y solemne, que aquel había sido un congreso excepcional. No había oído ni una tontería.
 

El cogito cogitado

 I Día largo y de mucho caminar por Barcelona y por Mataró. En este exacto momento mi reloj cuenta-pasos me dice que he dado 20.506 pasos, a...