Escribo esto en tierras de Requena, cubiertas por un espeso manto de niebla, en el AVE que me lleva de Madrid a Valencia, donde me espera una mesa redonda con una persona a la que aprecio y admiro, la neuropediatra María José Mas Salguero. Tengo muchas lagunas, pero intento suplirlas con buenos sabios amigos. Los amigos decía Clarín que son los trozos de tu alma que tienes repartidos por el mundo. También podríamos decir que son los conocimientos que tienes repartidos por el mundo y son accesibles con una llamada telefónica. Estoy algo cansado porque no he dormido bien, pero tengo la certeza, gratificante, de haber exprimido a fondo el día de ayer. Llegué a Atocha con retraso, porque los trenes en España se han puesto caprichosos y han decidido emanciparse de los rígidos horarios que los aprisionaban. Me esperaban en INFOBAE, en la Gran Vía, para una entrevista. A la salida, el gran Edu Ares me estaba esperando con el coche en marcha para llevarme a una comida con un grupo de curas: gente entrañable, buena y con un gran sentido de la hospitalidad. Fue una gran sobremesa. Después, corriendo a un colegio para intentar convencer a los padres de que no sean perfectos. Con ser suficientemente buenos ya está bien. Después cena en el Invernadero de los Peñotes con una compañía inigualable. Y ahora aquí. Si la felicidad es, como quería Rousseau, no sentir vacíos en el alma, he de concluir que soy feliz, porque me siento el alma compacta. Bueno.... un agujero sí que tengo: aún no sé nada de B.
sábado, 27 de septiembre de 2025
viernes, 26 de septiembre de 2025
Derechos impostergables del niño
Hoy he estado hablando en Madrid de los derechos del hijo de una familia sensatamente imperfecta, que son, entre otros, los siguientes:
Derecho a que alguien en su familia se resigne a hacer de adulto.
Derecho a tener unos padres tranquilos.
Derecho a ser frustrado y a experimentar la decepción.
Derecho al juego libre y arriesgado.
Derecho a que sus padres les den la tabarra.
Derecho a tener los únicos padres del mundo que le prohíben lo que todos los demás padres permiten.
Derecho a que los padres entiendan que si quieren hijos responsables, han de darles la libertad de ser responsables.
jueves, 25 de septiembre de 2025
Erika Kirk rechaza las tinieblas
Israel o el descaro del recuerdo amargo
¿Y si lo que no pudiéramos soportar de Israel no fueran tanto sus acciones como lo que esas acciones nos recuerdan, contra nuestra voluntad, a nosotros, los buenos europeos? ¿Y si lo que nos recuerdan impertinentemente es cómo se han formado nuestros Estados modernos?Responder a este interrogante requeriría asumir, primero, que la moralidad puede tener un origen inmoral, y, segundo, que el realismo político continúa vigente. Esto dejaría a los armados de buenas intenciones en un extraño lugar que sería más seráfico que político. Así que mejor no recordar que no queremos recordar y actuar como si la Historia hubiese aprendido de sí misma el significado de la bondad, la convivencia y la justicia. En este caso, su conducta de ayer sería debida a su ignorancia de sí misma y las protestas de hoy, a su recientemente adquirida sabiduría. Por algún sitio escribe Leo Strauss que Dios creó al pueblo judío para demostrar a los demás pueblos la imposibilidad de la redención. Strauss era, como es sabido, judío y estaba acostumbrado a la mirada histórica de su pueblo, que ha visto crecer y derruirse tantos imperios.
miércoles, 24 de septiembre de 2025
De Castelar a Cánovas
Traigo hoy a este café tres fragmentos de tres cartas que don Emilio Castelar dirigió a su amigo Antonio Cánovas, porque quizás hayan hallado en nosotros a sus destinatarios más necesitados. El primero, de 24 de abril de 1880: «Quisiera que tu asistencia [a la recepción de Castelar en la Academia] recordase a nuestra patria, tan necesitada de tolerancia, cómo nuestros disentimientos políticos y nuestra opuesta historia, no empecen a que nos apreciemos y nos queramos mutuamente». El segundo, de 22 de agosto de 1882: «El recuerdo de aquellos días en que nos sentábamos en los mismos bancos universitarios y [...] fundábamos una amistad entre nosotros dos, sin rivalidades ni envidias, que conservada siempre, a pesar de los disentimientos de ideas y de los tristes casos de la política, será uno de los mayores timbres de nuestra vida». La tercera del 11 de septiembre de 1882: «Somos testimonio vivo de cómo pueden sobreponerse los corazones a todos los disentimientos, y amarse con mutuo fraternal cariño los destinados quizá por la providencia en sus designios a representar tendencias diversas dentro del mismo amor a la Patria y bajo los mismos sentimientos de alta moralidad política y completo desinterés personal. Nuestra oposición política en nada mengua nuestro mutuo afecto.»
martes, 23 de septiembre de 2025
La desmemoria
Tengo un vecino en mi calle al que la edad lo está volviendo a la adolescencia. Está a punto de cumplir 100 años y cada año ha ido perdiendo memoria, como si perdiese los estratos superiores de un paisaje. Cada estrato perdido es un retorno. Ahora es un niño que vive con sus padres y se mueve con un andador, como si estuviese volviendo a andar a cuatro patas. No reconoce a nadie. Todos los estratos superiores de su memoria se han volatilizado. Me hace recordar lo que le escribió un anciano a una neuróloga que le pidió que escribiera una frase: «Mamá, yo no te olvido». Todo lo nuevo, todas esas experiencias que ha ido buscando a lo largo de su vida; todos esos viajes, fiestas, alegrías, trabajos, desengaños.... Todas las novelas, los versos, las películas, las canciones... Hijos, nietos, mujer, amigos... todo lo que fue una vez presente se convierte en polvo. Todo va siendo erosionado y quedándose atrás, pero nada fue realmente olvidado, la vida puede traerlo al presente, como una película que se pasa al revés, del final al principio. No sé si esto es malo para quien experimenta el retroceso. Pero es desolador para los familiares próximos, que han ido convirtiéndose en extraños para el anciano.
lunes, 22 de septiembre de 2025
Extraños compañeros de cama
Las encuestas sobre intención de voto que se realizan en Cataluña dibujan, cada vez con más rotundidad, un país de muy difícil gobierno. Y si bien, como decía Fraga, la política hace extraños compañeros de cama, también los deshace, porque dormir a la fuerza con alguien al que no le encuentras atractivo, no deja de tener sus riesgos. En conjunto parece que la Cataluña indepe no cabe en la Cataluña constitucional y la Cataluña constitucional no cabe en la Cataluña indepe. Y esto que acabo de escribir no les gustará ni a unos ni a otros. Quizás haya que ponerse hegeliano y contemplar la realidad como algo unilateral cuya síntesis la misma historia se encargará de resolver... vete tú a saber de qué manera.
Aún no sé nada de B.
Escribo esto en tierras de Requena, cubiertas por un espeso manto de niebla, en el AVE que me lleva de Madrid a Valencia, donde me espera un...