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jueves, 25 de agosto de 2022

Lo posible.

El hombre es, inevitablemente, un ser futurizador, decía Ortega, con razón.

Lo es porque todas las cosas -incluyéndolo a él mismo- están marcadas por la deficiencia de lo que aún no son pero pueden llegar. En la potencia hay siempre la huella de una carencia. En este sentido lo potencial es la manifestación de cierta irrealidad de lo real. O, dicho de otra manera, cuanto más presente tenemos lo potencial, menos consistente se muestra lo real. Lo posible y lo real van en sentido opuesto. Para el hombre lo más real es lo que ya no está, el pasado. No está y, sin embargo, nos arrastra con el peso de la memoria.

Lo posible ontológico tiene siempre algún sentido antropológico. Puede ser deseable y buscado; puede ser imaginado y fabulado; puede ser temido y evitado... Puede ser visto como la obsolescencia del presente y, en este sentido, vivido melancólicamente; como azar o como necesidad, como sorpresa...  etc.

Lo posible puede ser también vivido estratégicamente, como una planificación que puede incorporar o no ciertas renuncias prudenciales. Es el caso, por ejemplo, del trabajo, vivido como una inversión del esfuerzo para conseguir una posibilidad de ocio... Se retuerce lo posible para buscar lo deseable.

La manera más intensa de vivir lo posible es la de la inminencia expectante, que es la que abre para el hombre la posibilidad de la aventura, el juego (y el azar amigo). Aquí se encuentra la posibilidad de vivir la negación como afirmación del deseo y, como diría también Ortega, aquí se encuentran las formas de la vida feliz, cuyo paradigma es la caza.

4 comentarios:

  1. "la lectura de Ortega es la mejor inversión intelectual" (Julián Marías)

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  2. Ortega, pudiera ser muy listo en cuestiones de Filosofía, pero cuestiones de caza era poco más que tonto. De ahí que su estupidez cinegética le lleve a la estolisez filosøfica. Pues la caza se hace en manada, mientras que la Filosofía se hace individualmente.
    Perdonempori insolencia, pero

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  3. Que mala leche tienes en agosto, Heriberto! Tu a partir de los 37 grados eres Otro.

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  4. Por eso, el Filósofo auténtico, es siempre un extranjero en su propia ciudad, como Sócrates. Y uno (hombre no filósofo) no es nunca él y sus circunstancias, (Ortega) sino que es uno-con-los demás.

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