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martes, 23 de agosto de 2022

El instante

"¡Detente! -le pedía Goethe al instante- ¡Eres tan hermoso!"

Un filósofo musulmás sostenía que el castigo del diablo es no poder detener el instante. Cuando, por ejemplo, le llega el sonido de una bella melodía, quisiera detenerlo, apropiárselo y gozarlo sin descanso. Pero todas las cosas pasan y sólo Dios y el diablo permanecen. Dios vive en el instante porque es lo que siempre es actual; el segundo, está condenado al instante, porque siempre está cayendo en la inactualidad. Pero en ambos casos, el instante es lo eterno en el tiempo.

El hombre moderno ha sido capaz de congelar el instante y guardarlo en sus exomemorias (léase USB, ordenador, teléfono móvil...) para reproducirlo a su antojo cuando quiera. Vive así es una pluralidad de instantes que, si es posible, es porque el instante genuino ha perdido realidad.

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